A escasos 2 días para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos los ojos están puestos en el pronóstico del tiempo.
Los atletas intentan entrenar en condiciones similares a las que enfrentarán en Japón, pero todos sabemos que a veces la Madre Naturaleza no es siempre amigable.
Durante años la presión ha ido en aumento, a medida que las preocupaciones por el calor en la región se cernían sobre los Juegos.
Si se analizan todos los Juegos Olímpicos desde Los Ángeles 1984 hasta la fecha, la temperatura alta promedio de Tokio es la mayor y también la más húmeda durante las dos semanas que dura la competencia.
En Tokio, la temperatura promedio combinada con la humedad tiene el potencial de hacer que en estos juegos la sensación térmica sea de más calor que en Atlanta y Atenas.
Tokio también está amenazada por tifones, que pueden provocar lluvias torrenciales, vientos fuertes e inundaciones repentinas. La amenaza de tifones va de mayo a octubre, pero generalmente alcanza su punto máximo en agosto y septiembre.
Hace tanto calor que algunos eventos se trasladaron fuera de la ciudad
En julio de 2018, Kumagaya (ubicada unos 65 km al noroeste de Tokio) registró la temperatura más alta de todo Japón: 41,1 grados Celsius. Un mes después, se volvió a registrar esa temperatura en la ciudad de Hamamatsu, ubicada en el centro.
En 2019, el Comité Olímpico Internacional reconoció y abordó algunas de las preocupaciones por el tiempo caluroso y trasladó el maratón y varios eventos al aire libre a Sapporo, una ciudad más fría que se encuentra unos 800 km al norte de Tokio.
Esto es lo que le sucede a tu cuerpo con el calor extremo
Allí las temperaturas pueden llegar a ser unos 22 grados más frías que en Tokio durante el período en el que se desarrollarán los Juegos.
La temperatura alta promedio en Sapporo está en un poco por debajo de los 26 grados Celsius en esta época del año, similar a la de lugares como Boston, Portland y Minneapolis.
Pero al igual que estas ciudades de Estados Unidos, Sapporo tampoco está exenta de picos de calor. “En 2019, Sapporo tuvo un tramo a fines de julio y principios de agosto en el que ocho de nueve días superaron los 32 grados”, dijo la meteoróloga de CNN Taylor Ward.
El principal fenómeno meteorológico del verano en Tokio trae consigo lluvias torrenciales
A fines de junio y principios de julio, Tokio se ve afectada por el frente Mei-Yu o las ‘lluvias de ciruela’. Este frente semipermanente avanza lentamente hacia el norte y golpea gran parte del este de Asia desde mayo hasta julio.
Las áreas que atraviesa pueden experimentar lluvias fuertes e inundaciones repentinas durante algunas semanas.
Las lluvias de este año provocaron un deslizamiento de tierra en Atami que dejó 2 personas muertas y más de 20 desaparecidas. Atami está a unos 96 km al suroeste de Tokio.
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El frente de Mei-Yu generalmente llega al norte de Tokio a mediados de julio y marca el comienzo de las temperaturas más altas y la humedad más agobiante del año desde mediados de julio hasta agosto.
Si bien la temperatura alta promedio en Tokio durante los Juegos Olímpicos es de 30-31 grados Celsius, las temperaturas altas con frecuencia alcanzan los 35 y en los últimos años se han acercado a los 40.
No se trata solo de las temperaturas altas, sino que además la humedad es extremadamente alta.
Los atletas y el calor
Para la atleta de pista y campo estadounidense Gail Devers, el calor no parece ser un problema. “Me gustaría que estuviera caluroso y cómodo, porque cuanto más caluroso, más ayuda a que tus músculos se calienten más rápido”, dice.
Pero para otros atletas, como los corredores de larga distancia, el calor puede ser peligroso, si no mortal.
El cambio climático está produciendo olas de calor mortales. ¿Por qué no lo vemos como una crisis?
La combinación de este calor con una humedad muy alta ha provocado varias olas de calor mortales durante el verano en Japón en los últimos años.
Estas condiciones podrían ejercer una presión extrema sobre los atletas en las competencias al aire libre durante los Juegos Olímpicos.
Japón y el cambio climático
Estas olas de calor recientes que han impactado muchas áreas en el este de Asia y en todo mundo pueden atribuirse, en parte, al cambio climático y al calentamiento global.
A medida que nuestro planeta se vuelve más caluroso debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, nuestro clima cambia de muchas maneras. Una de ellas es el aumento de las olas de calor: duran más, son más intensas y más frecuentes.
Estudios científicos recientes han atribuido las olas de calor más extremas en Japón al cambio climático y señalan que son cada vez más probables a medida que el planeta se vuelve más caluroso.
Japón registra la floración de cerezos más temprana en 1.200 años. Científicos advierten que es una señal de una crisis climática mayor
Si los Juegos Olímpicos hubieran tenido lugar el año pasado como estaba planeado, el tiempo hubiera sido de ayuda.
Gran parte del verano fue inusualmente fresco, ya que la famosa temporada de lluvias de la región se extendió hasta julio, lo que ayudó a mantener a raya parte del calor.
Llueva o truene, los Juegos deben continuar.