El presidente de EEUU, Donald Trump, no anduvo con rodeos para referirse al presidente chino Xi Jiunping, en medio de una guerra comercial sin precedentes.
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Se trata, cada vez más, de una guerra sin cuartel: después de haber bloqueado la exportación de tierras raras en respuesta a los aranceles estadounidenses del 145% sobre el producto Made in China, Pekín ordenó a las aerolíneas del país que bloqueen las entregas de nuevos Boeing y sus componentes.
Para el gigante aeronáutico estadounidense, se trata de un nuevo y duro golpe después de la crisis que lo ha sumido en los últimos años tras una serie de accidentes que puso en duda su fiabilidad.
Trump no lo tomó bien: «Es interesante que hayan incumplido un gran acuerdo al decir que ‘no tomarán posesión’ de aviones con los que se comprometieron plenamente», tronó en su cuenta de la red social Truth.
También acusó a China de ser «brutal» también con los agricultores estadounidenses. «La pelota está en la cancha de China», añadió unas horas más tarde. «Son ellos los que tienen que llegar a un acuerdo con nosotros, no al revés».
Las relaciones entre Washington y Pekín «atraviesan una de sus crisis más graves desde 1979», advirtió el exembajador estadounidense en China, Nicholas Burns, quien indicó que el mayor desafío a superar es «reparar las relaciones al más alto nivel para evitar el riesgo de un desacoplamiento de las dos economías».
Hay mucho en juego para el presidente estadounidense: el choque comercial frontal con Pekín corre el riesgo de poner en peligro otros asuntos de la compleja relación entre las dos superpotencias económicas, empezando por Taiwán y el caso TikTok, la popular aplicación que Trump prometió salvar durante la campaña electoral porque contribuyó a su victoria.
Sin embargo, China no es el único país con el que las negociaciones comerciales están cuesta arriba.
Incluso con la UE no hay grandes avances por el momento, y según se informó, los funcionarios estadounidenses rechazan la propuesta europea de aranceles cero para los productos industriales.
A pesar de esto y de los nuevos aranceles que se están considerando para semiconductores y productos farmacéuticos (en las últimas horas incluso los tomates mexicanos fueron alcanzados con aranceles del 21%) los mercados bursátiles se mantienen al alza.
Todos los mercados financieros cerraron en territorio positivo, con Milán avanzando un 2,39%.
Wall Street se mantiene firme con los resultados trimestrales de los grandes bancos, que presentaron cuentas sólidas, aunque advirtieron de un posible deterioro de la economía.
Un problema que por ahora están posponiendo con la esperanza de que la administración Trump, bajo el liderazgo del secretario del Tesoro, Scott Bessent, pueda alcanzar acuerdos comerciales capaces de barrer las nubes de recesión que se acumulan en el horizonte.
ANSA