Decenas de personas permanecían afuera del instituto forense de República Dominicana la noche del miércoles esperando noticias de sus seres queridos que seguían desaparecidos más de un día después de que un techo se derrumbara en un icónico club nocturno , matando al menos a 184 personas.
Un número cada vez mayor de ellos se pusieron máscaras y comenzaron a quejarse del mal olor mientras pedían a los funcionarios que les dieran información sobre sus seres queridos.
Más temprano ese mismo día, funcionarios del Instituto Nacional de Patología Forense leyeron los nombres de 54 víctimas que habían identificado hasta el momento.
«¡No podemos esperar a que anochezca!», dijo una mujer que esperaba noticias de un familiar cuyo nombre no había oído. «¡Nos vamos a volver locos!»
Las autoridades pidieron calma, afirmando que ya habían entregado al menos 28 cadáveres a sus familiares, pero que aún no contaban con todos los cuerpos recuperados. A última hora del miércoles, las autoridades elevaron la cifra de muertos a al menos 184, con decenas de heridos.
“¡Las autoridades nos están vendiendo sueños falsos!”, gritó José Sánchez, cuyo hermano y cuñado seguían desaparecidos.
El colapso
El legendario club Jet Set de Santo Domingo estaba repleto de músicos, deportistas profesionales y funcionarios del gobierno cuando el polvo comenzó a caer del techo y a caer en las bebidas de la gente la madrugada del martes.
Minutos después, todo el techo se derrumbó . Las losas de hormigón causaron la muerte instantánea de algunas personas y atraparon a decenas en una pista de baile donde cientos de personas bailaban al ritmo de un animado concierto de merengue. En los minutos siguientes, el sistema de emergencias 911 del país recibió más de 100 llamadas, muchas de personas sepultadas bajo los escombros.
Entre las víctimas se encuentra el ícono del merengue Rubby Pérez, quien cantaba para la multitud antes del desastre. Su cuerpo fue hallado la madrugada del miércoles, según informó el director de operaciones de emergencia, Juan Manuel Méndez.
El gobierno anunció el miércoles por la noche que suspendía la búsqueda de sobrevivientes y pasaba a la fase de recuperación tras el rescate de 145 personas de los restos del club nocturno. Equipos de rescate de Puerto Rico e Israel llegaron la madrugada del miércoles para ayudar en la búsqueda.
La alcaldesa de Santo Domingo, Carolina Mejía, elogió lo que dijo fueron actos de amor, incluyendo el de un dominicano que estaba repartiendo café a quienes estaban en el lugar y un hombre de vacaciones de Costa Rica que se unió a la búsqueda porque es parte de un equipo de rescate en su país.
Las víctimas
Hasta el momento, solo unas pocas docenas de personas han sido identificadas en uno de los peores desastres que ha azotado la República Dominicana. Entre los fallecidos se encuentran un cardiólogo, un arquitecto del gobierno, un policía retirado, un funcionario retirado de las Naciones Unidas, el hijo y la nuera del ministro de Obras Públicas y el hermano del viceministro del Ministerio de la Juventud.
También murieron el ex lanzador de las Grandes Ligas Octavio Dotel y el jugador dominicano Tony Enrique Blanco Cabrera, dijo a The Associated Press Satosky Terrero, portavoz de la Liga Profesional de Béisbol del país.
Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia noroccidental de Montecristi y hermana de Nelson Cruz , siete veces All-Star de las Grandes Ligas , alertó al presidente Luis Abinader sobre el desastre. Lo llamó desde debajo de los escombros, pero falleció posteriormente en un hospital.
Otras víctimas incluyen al saxofonista Luis Solís, quien tocaba en el escenario cuando se derrumbó el techo; el diseñador de moda neoyorquino Martín Polanco; varios cantineros venezolanos; y un capitán del Ejército que dejó a cuatro niñas. El Grupo Popular, una empresa de servicios financieros, informó que tres de sus empleados también fallecieron, entre ellos el presidente del Banco Popular de AFP y su esposa. Un hombre contó entre lágrimas a la prensa que perdió a cinco familiares, entre ellos su esposa y su hijo.
Decenas de víctimas permanecen sin identificar.
“He estado en muchos hospitales y no la he encontrado”, dijo Deysi Suriel sobre su amiga, Milca Curiel, de 61 años, residente de Carolina del Norte que estaba de vacaciones en República Dominicana.
El ministro de Salud, Dr. Víctor Elías Atallah Lajam, anunció la creación de una comisión para brindar ayuda psicológica a los familiares de las víctimas.
Más de 20 de los heridos seguían hospitalizados el miércoles, incluidos al menos ocho en estado crítico.
“Un punto a favor de ellos es que son jóvenes”, dijo el doctor Julio Landrón, director general del Hospital de Trauma Dr. Ney Arias Lora, que tiene a 21 del Jet Set heridos, incluidos cinco en estado crítico.
Landrón advirtió, sin embargo, que ninguno de ellos está libre de peligro y señaló que algunos sufrieron fracturas en el cráneo, fémur y pelvis.
“Pasaron horas, más de seis, siete, ocho horas bajo los escombros con múltiples fracturas, múltiples lesiones, con sangrado relacionado con el aplastamiento”, dijo.
La búsqueda
Decenas de familiares frenéticos escuchaban a los funcionarios leer en voz alta una lista de las víctimas identificadas en el instituto forense, mientras otros iban de hospital en hospital buscando a sus seres queridos, algunos con fotografías en la mano.
“Francisco Alberto Méndez… Rosa Herminia Pérez… Ramón Teodoro Jiménez… Juan Manuel Santana”, leyó un funcionario mientras la multitud se esforzaba por escuchar.
¡Aquí! ¡Aquí! —gritó una persona al oír el nombre de su ser querido.
Entre la multitud se encontraba Virginia Rosario, quien buscaba a sus familiares, entre ellos a su prima, aún desaparecida, y a su hermana, Rosa Herminia Pérez, fallecida y a quien describió como “bella, preciosa, muy simpática”.
“Siento mucho dolor”, dijo. “He tenido muchos momentos de desesperación”.
Las autoridades dijeron el miércoles por la mañana que no habían podido identificar al menos 33 cadáveres.
“Esta es una situación muy traumática”, dijo el diputado nacional Pedro Martínez, quien también tiene familiares desaparecidos.
Entre quienes buscaban a amigos y familiares estaba Kimberly Jones, cuyo ahijado, el artista Osiris Blanc, de 45 años, y sus amigos estaban desaparecidos.
“Era su lugar favorito; iban allí casi todos los lunes”, dijo Jones. Dijo que su sobrina también estaba desaparecida.
No estaba inmediatamente claro qué causó el colapso del techo o cuándo fue la última vez que se inspeccionó el edificio Jet Set.
El club emitió un comunicado indicando que estaba cooperando con las autoridades. Una portavoz de la familia propietaria del club declaró a The Associated Press que transmitió preguntas sobre posibles inspecciones.
Martín Adames Alcántara y Dánica Coto / AP
