Hay dos posibles respuestas que explican el cambio radical del presidente Trump con los venezolanos.
1. La primera: Cuando Biden ganó en 2020, Donald Trump no aceptó los resultados, y exigió lealtad a todos sus seguidores (incluyendo a los jefes del “interinato” venezolano), para iniciar una batalla de 63 días que culminó con el asalto al Capitolio.
2. El liderazgo opositor del grupo “Maduro vete ya” le dio la espalda a Trump, y salió corriendo a apoyar a Biden. Trump los consideró unos traidores. Pero desde finales de 2019 Trump ya les había perdido el respeto. Por eso nunca quiso recibir ni reconocer de manera oficial a Edmundo González Urrutia, asistente de María Corina Machado.
3. Esa oposición le mintió a Trump acerca de las supuestas debilidades del chavismo, de la determinación de los militares para poner fin al gobierno de Maduro, acerca de poderes que no tenían. Esta información errada condujo a Trump a una terrible derrota política frente a Maduro.
4. Pero lo que más decepcionó a Trump fue la falta de coraje de la oposición radical para asumir la vía militar por su propia cuenta en vez de estar suplicando de manera sinuosa al gobierno de los Estados Unidos por el envío de los marines a Venezuela. Trump los emplazó: “Qué raro que ustedes nunca nos han pedido apoyo militar para la causa venezolana”.
5. Obvio, Guaidó, López, MCM (ésta pedía la aplicación del TIAR) sabían la respuesta del presidente en caso de solicitar formalmente los marines: “Ok, ustedes adelante en la guerra, y nosotros atrás apoyándolos” (comillas ilustrativas). Hay tres cosas que Trump no perdona: la cobardía, la traición y el fracaso.
6. *Segunda hipótesis.* Tanto Trump como los venezolanos tienen expectativas diferentes respecto al caso Venezuela. Muchos opositores consideran que la causa venezolana es universal, es la lucha de la integridad democrática del mundo versus las tiranías extremistas. Y que Venezuela es el ombligo del mundo.
7. El razonamiento opositor por parte de Machado en este momento es que “Maduro es una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”, por tanto, ante el fracaso de las sanciones y de la retórica anti-Maduro, lo que queda por hacer es enviar a los marines.
8. Olvidan que Maduro es de la escuela política de La Habana. Los cubanos saben cuál es la raya amarilla que jamás deben pasar. Cuba, donde existe una brutal dictadura comunista, a 90 millas de la costa de EEUU, lleva más de 60 años conviviendo pacíficamente con los Estados Unidos. No se quieren, pero se aceptan. Y así terminará Venezuela de seguir como vamos.
9. Donald Trump, por su parte, ve las cosas de manera diferente. Su línea de análisis comienza por preguntarse: cuánto le sirve el caso Venezuela a los intereses de los Estados Unidos, y cuánto le sirve a él en particular para acumular más poder.
10. Los ucranianos ya entendieron el juego, y saben que con Trump nada es gratis, ni tienen validez las declaraciones de derechos humanos, ni la lucha contra los tiranos, ni toda la retórica inútil contra los enemigos de la democracia.
11. Trump es pragmático. Y, para él, Venezuela se reduce hoy día a dos temas: Tren de Aragua y los inmigrantes no deseados. La democracia y el liderazgo opositor no son de su interés. Prefiere entenderse con Maduro que con MCM.
12. Si los venezolanos le sirven a Trump para amenizar su narrativa política interna, aún cuando les haga daño, lo hará sin contemplación. Por eso eliminó el TPS a 300 mil de estos y acaba de eliminar el Parole Humanitario.
13. Así de sencilla es la ecuación. El mismo criterio utilitario privó tanto en 2019 como en 2025. Es necesario recalcar que Trump hace lo correcto en función de sus intereses y los de EEUU. El liderazgo político venezolano es el que no hace las cosas correctamente.
@JesusSeguias