Hace días, Nicolás Maduro, señaló que el analista Luis Vicente León “hace un retrato hablado de la criminal llamada la Sayona, quien es la que está detrás de sanciones, para el bloqueo, para la violencia”.
Las palabras de León fueron estas: “Quien esté celebrando no entiende el impacto de esta medida sobre la vida de la población” al referirse a la suspensión de la licencia otorgada por EEUU a Chevrón para extraer petróleo de Venezuela. Y lo dice, como si la explotación de la licencia y la entrada de dinero fresco al régimen haya impactado sobre la calidad de vida del venezolano, expresada, en más y mejor, educación, en más y mejor salud y salarios dignos para los trabajadores del sector público y que a partir de la suspensión de la licencia, ese bienestar, experimentado por la población gracias a la licencia, ahora revocada, el bienestar de la población, en todas las áreas de su vida cotidiana, retrocederá.
Pero, bueno, son las cosas de LVL, quien suele decir las peores cosas enseñando su enorme dentadura en risas abiertas.
Ahora, en verdad, no sé qué pensó Luis Vicente León cuando fue reiteradamente mencionado por Nicolás Maduro en una de sus apariciones públicas, que ahora son casi a diario. Fue el tipo de menciones, donde el hablante dice, que el mencionado no es precisamente su amigo, ni su seguidor, que, es más, nunca han estado de acuerdo con él y remata diciendo que de haber seguido los análisis de LVL jamás “hubiese recuperado al país”. ¿Recuperado? ¿dijo?
Es posible que LVL, se haya sonrojado, un poco con vergüenza, ante la mención hecha por Maduro, que no es precisamente, “el Mandela del Caribe”, ni tampoco el José Mujica tropical, sino, un dictador caribeño a la vieja usanza de los dictadores latinoamericanos: violador de derechos humanos y corrupto.
También es posible que LVL se haya sentido halagado (a él parece gustarle mucho), el caso es que, la susodicha mención, le sirvió a Maduro, para hacer lo de siempre: insultar a diestro y siniestro a la dirigente de la oposición MCM, a quien ha llamado “la sayona”, fascista y criminal, en fin, el repertorio de siempre.
Esto que hace y dice el analista León, no es nuevo, él tampoco es el único, hay una buena cantidad de “intelectuales” que hacen lo mismo. Al respecto, nos dice Anne Applebaum, en “El ocaso de la Democracia” que ningún autoritario puede triunfar sino cuenta con: “escritores, intelectuales, panfletistas, blogueros, asesores de comunicación política, productores de programas de tv, creadores de meme capaces de vender su imagen a la opinión pública… necesitan a personas que sepan utilizar un sofisticado lenguaje …”.
Antonio Gramsci, había trabajado los conceptos de “intelectuales orgánicos e intelectuales tradicionales” y Julien Benda, los había llamado los “clers” (escribiente) para designar aquellos pensadores, tanto de derecha como de izquierda, que son funcionales al sector social al que pertenecen o al poder. Claro, no hay espacio aquí para explicar esta cuestión y temo parecer un poco reduccionista, perdón por eso.
Bueno, en Venezuela, el régimen dictatorial, tiene sus intelectuales orgánicos y, si bien es cierto, que la dictadura se mantiene en el poder, fundamentalmente, por el control que tiene de sus aparatos de poder autoritario, también es, que tiene y cuenta con sus propios intelectuales, que de una manera u otra elaboran y /o justifican su “concepción del orden”.
Bueno es decir que, su principal y mejor “intelectual orgánico”, justamente, acaba de cumplir 13 años de muerto, aunque tiene otros, que actúan, no tanto como elaboradores de su concepción del mundo, de la sociedad y del mundo sino como “mediadores”, esos que afirmando la naturaleza de la dictadura (son los que dicen “en Venezuela gobierna un régimen dictatorial) al mismo tiempo le construyen elementos que pretenden legitimarla y aparecen como “quinta columnas” ( Un “invento” del fascismo español que: “es una expresión utilizada para designar, en una situación de confrontación …, a un sector de la población… que mantiene ciertas lealtades, reales o percibidas, hacia el bando adversario, debido a motivos políticos, religiosos, económicos, ideológicos o étnicos. Tal característica hace que se le perciba y vea como un conjunto de personas potencialmente desleales a la comunidad en la que viven y susceptibles de colaborar de distintas formas con el adversario”), por ejemplo, Luis Vicente León.
Hoy, aparte de estas figuras, también le quedan al régimen, lo que Gramsci llamó, “intelectuales tradicionales”, por ejemplo, Herman Escarrá.
Por su parte, MCM, ha sido la única que ha producido en cuerpo de ideas que ha sido entendido por el pueblo, convirtiéndose en la voz de los sin voz, vale decir, ella es la intelectual orgánica de la mayoría del pueblo venezolano, tanto como LVL, y otros, son los intelectuales orgánicos del régimen.
Ella, MCM, se ha hecho cargo del sentido y los sentimientos de los venezolanos y de sus demandas de cambio, eso la ha hecho objeto de odio y persecución por parte del régimen, pero, también, de algunos sectores de la oposición que consideran como un enorme problema su liderazgo que ha profundizado la crisis de representación del viejo liderazgo opositor, que, ya parece, que no representan a los que ese liderazgo dice que son sus representados. Sobre esto habría que preguntarle, por ejemplo, a Enrique Capriles.
Presumo, ojalá esté equivocado, que al interior de la Plataforma Unitaria (¿Unitaria?) imperará el miedo que les ha producido el liderazgo que MCM ha logrado construirse y, con ello, confirmaremos la enorme vocación “trapiche” de la oposición.
@enderarenas