Dámaso Jiménez: El 25%

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De todas las recientes decisiones de Donald Trump sobre Venezuela, unas más duras que otras, la de imponer un arancel del 25% a los países que compren petróleo y gas a Venezuela parece haber sacudido el escenario político y económico, tanto nacional como internacionalmente, más allá de toda lógica a esperar.

Esta medida seguida de la revocatoria de la concesión de Chevrón que ahora vence el 27 de mayo, busca golpear una de las principales fuentes de ingresos del régimen de Nicolás Maduro, que históricamente ha sobrevivido gracias a la venta de crudo, en especial a China, India y España, así como algunas refinerías en los EE.UU.

¿Pero realmente esta medida coloca en riesgo la estabilidad del chavismo o es otro efecto de humo de esos que terminan atornillando al dictador caribeño?

Desde que Estados Unidos impuso sanciones a PDVSA en 2019, el régimen venezolano ha encontrado formas de esquivarlas, vendiendo su petróleo con grandes descuentos y utilizando intermediarios en el mercado negro.

Sin embargo esta nueva estrategia no solo afecta el mercado para nuestro país sino que castiga el presupuesto de cualquier otro que compre su petróleo, lo que reduce aún más las opciones de Maduro para comercializar el crudo venezolano para sus propósitos.

Uno de los datos más llamativos de las últimas informaciones vía redes es que tras el anuncio de Trump, los precios del petróleo reaccionaron de manera mixta. El crudo Brent subió un 0.03% hasta los 73.02 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) cayó un 0.16% hasta los 69 dólares. Esto demuestra que, aunque la medida genera incertidumbre en el mercado, la tregua entre Rusia y Ucrania logró equilibrar parcialmente la situación.

FOTO DE ARCHIVO: Un barco con trabajadores en un campo petrolero en el lago occidental de Maracaibo, en Venezuela. 5 de noviembre de 2007. REUTERS/Isaac Urrutia

Maduro también enfrenta el otro problemita: Chevron. La licencia otorgada por Biden que debía expirar en marzo fue extendida recientemente por la Casa Blanca hasta el 27 de mayo, lo que indica que Trump está evaluando cómo manejar el impacto de las nuevas sanciones. Si Chevron se retira definitivamente Venezuela podría perder hasta 200.000 barriles diarios de producción, lo que representaría un duro golpe para su ya deteriorada economía.

Maduro calificó la medida de Trump como “arbitraria, ilegal y desesperada”, alegando que EE.UU. viola las reglas del comercio internacional. Sin embargo, el impacto real dependerá de cómo los principales compradores de crudo venezolano, como China e India, reaccionen ante esta nueva situación.

China, que ya enfrenta una guerra comercial por este asunto con Estados Unidos, por comprar con anterioridad petróleo venezolano con descuentos agresivos y métodos alternativos de pago para evitar sanciones, salió en defensa del régimen de Maduro por lo que consideró “una interferencia brutal en sus asuntos internos”, y puso el grito al cielo acusando a EEUU de abusar durante mucho tiempo de las sanciones, pero al siguiente día decidió dejar a un lado esa postura desafiante para volver a su diplomacia cautelosa, al decidir frenar la compra de crudo a Maduro, como proveedor ilegítimo de ese petróleo, a partir del 2 de abril cuando entra en vigencia el silbato.

Esta nueva presión de EEUU pone en riesgo a las refinerías de petróleo privadas de China, principal fuente de financiamiento de la dictadura chavista como comprador de crudo venezolano. De los 921 mil barriles diarios que produjo Venezuela durante el 2024, 351 mil barriles fueron exportados por China según datos de LSEG, pero ahora para abril del 2025 la compra facturada por China será cero.

Por su parte las petroleras indias que el año pasado importaron una media de 2 millones de barriles por mes decidieron abstenerse de comprar crudo a Maduro a partir del mes de abril, debido a la amenaza arancelaria y para evitar problemas diplomáticos con Washington, según deja constancia un cable de Reuters.  Si India se aleja del mercado venezolano, Maduro perdería uno de sus últimos grandes clientes además de China.

A esto se suma el contexto de la OPEP+, el grupo de países exportadores de petróleo, que parece decidido a aumentar la producción global en los próximos meses.

Si la oferta de petróleo sigue creciendo y los precios se mantienen estables, la Venezuela secuestrada por el régimen tendría aún más dificultades para vender su crudo, ya que otros países como Arabia Saudita o Irak pueden ofrecer un producto más atractivo y sin riesgos de sanciones.

La nueva medida de Trump busca aumentar la presión sobre el régimen chavista, en medio de nuevas denuncias por la exportación masiva de criminales hacia territorio estadounidense. La decisión se enmarca en una política para frenar la penetración criminal hacia EEUU: “Venezuela ha enviado a decenas de miles de criminales de alto nivel y otros delincuentes de manera intencionada y fraudulenta”, denunció recientemente Trump.

En términos prácticos, el régimen de Maduro, quien usurpa el poder en Venezuela desde el 10 de enero, tras el fraude electoral del 28 de julio de 2024, no solo perdería ingresos directos, sino también la capacidad de seguir utilizando el petróleo como una herramienta de poder.

Durante años, ha intercambiado crudo por apoyo político, financiamiento e incluso alimentos y medicamentos, especialmente con aliados como Cuba. Si las ventas de petróleo se reducen drásticamente, la supervivencia del régimen se complicará aún más.

Sin embargo fuera de referirnos a un tirano que ha empobrecido, encarcelado, torturado y asesinado a generaciones de venezolanos, despojándolos de un país, Maduro ha demostrado ser un experto no solo en sortear sanciones sino en convencer al sector castrense de seguirlo sosteniendo.

Recientemente en un discurso nacionalista intentó desviar la atención de sus seguidores civiles y militares sobre lo que vendrá ante el creciente aislamiento internacional: “Podrán sancionar y poner aranceles a lo que le dé la gana. Lo que no podrán sancionar es el amor y el patriotismo del pueblo venezolano”, fue lo que dijo Maduro sin ofrecer soluciones concretas al colapso económico del país.

Expertos consideran entre las salidas de escape que le quedan al dictador caribeño, la de buscar desesperadamente nuevos intermediarios en mercados menos regulados, como Turquía o Emiratos Árabes Unidos, o que intente vender más petróleo en criptomonedas para evitar los sistemas financieros tradicionales. Aunque estas estrategias han funcionado parcialmente en el pasado, el arancel del 25% añade un nuevo nivel de dificultad a su juego de supervivencia.

Estas nuevas sanciones de Trump representan uno de los mayores desafíos financieros para Maduro en los últimos años, pero no garantizan su caída inmediata. El impacto dependerá de la reacción de los mercados luego de la decisión de China, India y otros compradores como España, así como de la capacidad del régimen para encontrar rutas alternativas de venta.

Si estas últimas sanciones logran reducir significativamente los ingresos petroleros el gobierno chavista enfrentará un colapso económico como nunca en la historia reciente de los últimos años, aumentando la presión interna y externa que podría deparar en un ansiado cambio de poder.

Pero no nos engañemos a priori, si Maduro logra una vez más sortear las restricciones y mantener a sus aliados, su permanencia en el poder seguirá siendo esa frustrante realidad difícil de alterar.

@damasojimenez