La situación política y económica en Venezuela ha generado una afluencia sin precedentes de personas migrantes y refugiados venezolanos en toda América Latina y el Caribe. En diciembre de 2024, más de 7,89 millones de venezolanos residían fuera de su país, siendo el segundo mayor desplazamiento del mundo. En Venezuela en las dictaduras de Gómez y de Pérez Jiménez no ocurrió este fenómeno. Por el contrario, Venezuela, a lo largo de su historia ha sido un país receptor de inmigrantes.
Actualmente, presenta un patrón migratorio completamente distinto, motivado por una crisis nacional bajo un contexto de deterioro institucional, recesión económica y descomposición social, situación que ha ido empeorando durante los últimos 17 años. Todos los estudios, sobre este flujo migratorio venezolano, coinciden en la existencia de un grave menoscabo de las condiciones de vida en Venezuela y la necesidad de un cambio profundo a nivel político, económico y social como condición necesaria para un posible retorno.
La mayoría de migrantes manifiestan que en Venezuela no hay seguridad con un profundo deterioro de la calidad de vida. Que es cotidiano la violación de los derechos humanos, incluso sin causa política, es algo habitual en los funcionarios policiales, públicos y judiciales, amén de la persecución política y enredar en ella a personas sin tener activismos políticos, ejerciendo sobre ellas violencia física (tortura) y apresándolos. Discriminación perversa contra quienes no profesan afecto al gobierno y han firmado contra el régimen (caso de lista de Tascón y posteriormente lista Maisanta). Despido de empleados públicos que se negaran a retirar su firma del revocatorio. Entrega de alimentos CLAP en función de la afiliación política. Acorralamiento de libre empresa generando miles desempleos
Estudios realizados sobre la migración cubana, nicaragüense y venezolana concuerdan en señalar que, además, del deterioro social y económico por sus nefastas políticas económicas, hay una política desde el poder, en esos países, que impulsan la migración, en otras palabras, promueven el desalojo del país.
Esta perversa y maligna política tiene sus efectos positivos en su estrategia de mantenerse en el poder. Dicho de otra manera, el desplazamiento de personas hacia fuera del país es una estrategia para perpetuarse en el poder. Obedece al cálculo político. Son básicamente tres razones que poyan esta estrategia: 1. Se quitan la presión de un elevado número de personas que critican o hacen oposición a las políticas gubernamentales (en Venezuela alrededor de 8 millones, manera de ejercicio numérico, supondría que en elecciones del 28 de julio posiblemente EGU hubiese sumado 16 millones). 2. Se quitan de encima problemas de presión sobre abastecimiento, servicios de calidad: educación y salud, 3. Los migrantes se convierten en fuente de ingresos de divisas para el país, por medio de las remesas a familiares. No hay duda de que el régimen madurista provocó el éxodo imponiendo salarios de hambre, pensiones infames, disminuyendo drásticamente el presupuesto a educación, pésimos servicios y desabastecimiento.
El régimen es consciente de que sus erradas y vetustas políticas económica, el cercenamiento de libertades y la inseguridad jurídica alejan inversiones, aíslan al país de la comunidad internacional, lo que significa merma de recursos. La torta que queda debe repartirse entre los que apoyan al régimen, nadie apoyaría si no participa en el reparto. La pandilla gobernante sabe que requiere una base popular de apoyo, para ello, tiene que generar un sector dependiente, lo construye a través de un gigantesco aparato burocrático, mediante las dádivas (bonos y CLAP), a las otras fuerzas de apoyo las coloca en sectores claves de la economía para que hagan sus negocios (oro, petróleo, coltán, hierro, etc.), por supuesto, en permisividad para negocios ilícitos (drogas, lavado de dinero). Es todo un aparato corrupto y con vocación de corruptor, pues, allí enlaza a alacranes gente dispuesta vender el alma al diablo.
Acerca de los efectos perversos que la migración generó en la estructura económico-social venezolana pueden destacarse: salida de la juventud venezolana que es la base esencial del factor trabajo, salida de profesionales y técnicos en los cuales el país había invertido enormes recursos, desintegración de la familia, desarraigo del país y parálisis en el avance económico, científico y técnico.
He vivido la tragedia de los venezolanos en el exterior, común en los que vivimos fuera. Se puede resumir así: “Fue triste porque me alejaba de todo lo que amo, mi familia, mi casa. mis cosas, mi país, mis amigos, mi perro”. También, he vivido los anhelos de regresar, la esperanza del cambio. Era enorme la esperanza sobre las elecciones del 28 de julio, después frustración. Ahora el espectáculo que brindan los políticos es una especie de tragicomedia, no perciben que el pueblo quiere más acción nacional y menos fórmulas políticas. El objetivo debe ser derrocar la dictadura. ¡Hasta el final!