Antonio de la Cruz: El latido que no se rinde

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(Photo by RAUL ARBOLEDA / AFP) (Photo by RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images)

Hay un grito en las calles,
un eco en las plazas vacías,
una sombra que se arrastra en la noche,
pero el miedo no dura, no para el alba.

El pueblo habló,
lo dijo con la sangre de sus pasos,
con el fuego de su voz,
con la rabia de los que no olvidan.
Y aún así,
siguen ahí,
con el puño cerrado sobre la garganta del país.

Pero escuchen bien,
porque el viento trae una advertencia,
porque la tierra conoce la verdad:
todo imperio de terror cae,
toda mentira se pudre en su propia farsa.

Tú, soldado en la encrucijada,
hombre de uniforme y silencios largos,
¿a qué patria sirves?
¿Al miedo o a la dignidad?
¿A un hombre o a un pueblo?
Sabes que el hierro no siente,
que las balas no perdonan,
pero la historia sí,
si decides romper las cadenas.

No hay salvadores,
no hay rescates,
no hay redención que venga de lejos.
Somos nosotros, con las manos en la piedra,
con la voz en la tormenta,
con la certeza de que resistir es vencer.

Cada hora de espera es una trampa,
cada duda es una piedra en sus cimientos,
y cada acto de valor
es un paso hacia el día en que la noche no regrese.

La dictadura caerá,
como caen las murallas del miedo,
como caen los nombres sin historia,
como caen los que traicionan a su gente.

Escuchen bien,
desde la montaña hasta la frontera,
desde la selva hasta las costas,
desde la cárcel hasta la trinchera:
Venezuela no se rinde,
Venezuela despierta.

Antonio de la Cruz 

Febrero 4, 2025