Ender Arenas: Un llamado a la rebelión popular

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«La hora ha llegado. Por nuestros hijos, por nuestra amada tierra, por nuestra Libertad. Depende de ti, de mí, de todos. Tú tienes que estar ahí. Yo estaré contigo”

«Que el miedo nos tenga miedo (…) Qué pasaría si todos actuamos coordinados al mismo tiempo. Esta es la clave, una inmensa mayoría no se deja aplastar por unos cuantos, si cada uno hace lo que le corresponde. Porque la libertad depende de todos, de mí, de ti y de todos. Estés donde estés, en un caserío en Amazonas o en Maracaibo; en Tenerife o en Lima»,

«Ha triunfado la verdad, la razón y el bien. Estamos decididos a permanecer unidos como una sola nación (…) A construir una nueva Venezuela, no un país normal sino excepcional».

Este ha sido el mensaje de MCM que sin lugar a dudas es una convocatoria a una rebelión popular. Este, por la naturaleza del llamado, tiene una calidad diferente al dirigido por Leopoldo López y Juan Guaidó el 30 de abril de 2019, la que se llamó “Operación Libertad”, que se diluyó como un levantamiento convertido en la repuesta contra la dictadura más ineficaz y limitado de la historia reciente del país.

Ahora bien, una rebelión, y esta convocada por MCM lo es, puede ser pacífica o puede ser violenta. La pacífica tuvo lugar el 28 de julio. Ese día el ciudadano se movilizó masivamente y mediante la única arma que tenía: el voto, logró derrotar al régimen.

Pero, el régimen, desnaturalizó el carácter democrático y pacífico de ese proceso que materializó un gran rechazo a Nicolás Maduro y a su gobierno y produjo el mayor fraude electoral registrado en el país y uno de los de mayor magnitud en el mundo.

Ahora, estamos frente a este 10 de enero que se ha erigido en una fecha clave y que ha devenido en momento “constitutivo” y, está en el régimen la responsabilidad de dar pie a una salida pacífica respondiendo a la naturaleza ciudadana y pacífica que el movimiento popular se dio el 28 de julio.

Pero, hasta ahora, el régimen, insiste en materializar el fraude y querer quedarse en el poder por las malas artes del fraude electoral, lo que fue un movimiento espontáneo, pacífico y democrático pudiera convertirse en una rebelión violenta cuyos resultados son definitivamente inciertos.

Una rebelión “implica una resistencia formidable” y la gente ha rechazado en todas las formas posibles (el pueblo ha hecho de todo: manifestaciones, marchas, intentonas golpistas, bailantas, ponerse en manos de la chinita, de la virgen de Coromoto, incluso de Adriana Azzi, etc.) el acoso y la intolerable manera de gobernar del régimen. Esa resistencia que ha sido formidable, requiere necesaria y fundamentalmente de la unidad, ya no solo de la gente sino de una dirección política inteligente con una igualmente inteligente “codificación estratégica” que organice y planifique de manera eficiente los objetivos trazados.

Lamentablemente, ya hay voces, algunas muy autorizadas, que pretenden desarmar la calidad de la resistencia y hasta sugieren el advenimiento de un nuevo liderazgo, (liderazgo con pies en la tierra, así lo llaman) una vez el llamado a la calle que hace MCM fracase.

Sin lugar a dudas, esta es la primera posición que debe ser derrotada antes del 10 de enero, porque ciertamente si no se produce un movimiento masivo de la gente y la oposición organizada en los partidos sigue jugando al “Sí, pero no”, sobre este movimiento opositor puede recaer una derrota indefinida y el fracaso de la recuperación de la democracia. ¡Ay! “Si esta fallara, las formas de opresión pueden reforzarse, perfeccionarse y extenderse…” hasta cuándo, Eso no lo sé.

Si el llamado hecho por MCM es respondida por el pueblo y los partidos actúan organizada y estratégicamente de manera planificada en torno a los “objetivos planteados” entonces, el 10 de enero, la rebelión popular se convertirá en un movimiento revolucionario, esta vez, de naturaleza liberal y democrática y habrá un cambio definitivo de gobierno que será sustituido por una república civil.

De allí la vital importancia del 10 de enero en la constitución de nuestro futuro, es decir, marcaría lo que viene: uno, que la dictadura se mantenga o, dos, que se logre la recuperación de la democracia.

@enderarenas