Antonio de la Cruz: El futuro tiene rostro de pueblo

4
(Foto/ivan gonzalez)

El futuro tiene las manos abiertas,

como el río que despierta en la montaña,

como la raíz que busca la sombra

y asciende hacia la luz sin vacilar.

Hoy, Venezuela, es tu encrucijada,

la hora en que la historia

te llama por tu nombre,

con la voz honda de los siglos

y el temblor de la tierra que quiere germinar.

No es un sueño cualquiera,

es el latido de la libertad

golpeando en cada puerta,

es el susurro del alma herida

que se alza entre los escombros del miedo

y dice: «Basta».

El miedo, arma de los poderosos,

se vuelve contra ellos,

porque un pueblo sin miedo

es un trueno que estalla en el cielo.

El poder se aferra a su máscara gastada,

pero ya no tiene rostro,

ya no tiene voz,

es solo un eco hueco en el abismo

de su propia oscuridad.

Y nosotros, los que hemos perdido el miedo,

alzamos nuestra fuerza en un solo cauce,

en un solo nombre,

que es el nombre de todos:

Libertad.

Si juntos avanzamos,

el muro caerá

como caen los muros de arena

cuando el mar los toca.

Pero si nos dividimos,

si permitimos que el cansancio

teja su telaraña en nuestros pechos,

regalaremos el mañana

a la sombra que nos roba el sol.

Entonces, llamamos al hierro

de las Fuerzas que juraron

1bajo el cielo de la patria,

no bajo la sombra del tirano.

Les decimos:

Escuchen el clamor del pueblo

como se escucha el rugido del viento

en la noche ardida,

como se escucha el lamento del mar

cuando busca la orilla.

No traicionen su juramento,

honren la raíz de esta tierra,

no la mentira de los hombres

que con manos de ceniza

robaron la semilla y el pan.

El tiempo nos persigue

con pies de fuego.

Cada minuto es un puñado de tierra

que podemos sembrar

o dejar escapar

entre los dedos del destino.

No basta el deseo,

no basta la espera.

La libertad es una llama

que se enciende con el acto del hombre,

con su paso decidido

y su voz hecha de fuego y tempestad.

Hoy es el día,

el único día que existe.

No habrá mañana sin nuestras manos

ni amanecer sin nuestra marcha.

El régimen se deshace,

como la sombra cuando el sol despierta.

El pueblo ha despertado

y no volverá a dormir

hasta que la justicia

sea el pan de todos,

y la libertad

un aire limpio

en cada rincón de esta patria.

Adelante, Venezuela,

con el viento en el rostro

y la luz en el pecho,

porque cuando un pueblo decide ser libre,

2no hay cadenas que puedan detener su paso.

Que el miedo tiemble ante nosotros,

que el futuro cante en nuestras manos.

Gloria al bravo pueblo,

que ha lanzado el yugo

y escribe en cada calle,

en cada plaza,

el poema inmortal de su libertad.

Antonio de la Cruz

Día de Reyes 2025