Rusia e Irán abandonan a su aliado Al Assad: Efecto Espejo para Maduro. Analiza Antonio de la Cruz y Dámaso Jiménez

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Aunque cada dictadura tiene particularidades, los factores comunes como la pérdida de legitimidad, la división interna, la presión popular y el cambio de lealtades en las fuerzas de seguridad, son determinantes en el momento que un dictador ha llegado al fin de su nefasto régimen.

Luego de fuertes presiones y una veloz negociación que permitió su salida, Al Assad terminó abandonando Siria temprano este domingo, luego de 14 años de una cruenta guerra civil para permanecer en el poder.

Una vez conocida la noticia los sirios inundaron las calles al son de disparos de celebración después de un sorprendente avance rebelde que alcanzó la capital, Damasco, poniendo fin a los 50 años de férreo gobierno de la familia Assad.

Moscú fue un aliado político y diplomático de Siria por décadas y lo apoyó con un bombardeo a Damasco en septiembre del 2015 que permitió derrotar a las milicias opositoras que luchaban contra su gobierno y que había utilizado armas químicas para acabar con pueblos enteros. Ahora, luego del debilitamiento de Rusia por la guerra de Ucrania, Assad se quedó sin salvación rusa y tuvo que abandonar el país

Hoy Siria da una clase magistral sobre la situación geopolítica de los paises que dependen de Rusia e Irán.

El Efecto Espejo le serviría bastante a dictaduras como la de Maduro, derrotado el pasado 28 de julio, pero con intenciones de desconocer los resultados y asumir ilegitimamente un nuevo período al frente del poder. ¿Podrá Maduro juramentarse el 10E y sostenerse ante el actual panorama político?

En conversación con el analista Antonio de la Cruz fueron subrayados importantes mitos que se cayeron esta madrugada. no solo para Siria sino para todas las dictaduras a reflejarse en el espejo de Bashar Al Assad.

En Siria, el uso de la represión masiva por parte del régimen Assad creó un efecto rebote, movilizando a más personas contra el gobierno. En Venezuela, el incremento de la violencia estatal, secuestros y asesinatos ha generado un fenómeno similar, donde las acciones represivas radicalizan a la oposición y erosionan la capacidad del régimen para desmovilizar a la sociedad.

El colapso del régimen Assad en este escenario hipotético se da porque las fuerzas de seguridad deciden no obedecer órdenes o cambian de bando. Esto es clave, pues la mayoría de las dictaduras dependen de la lealtad militar para mantenerse. En Venezuela y Cuba, las fuerzas armadas son el pilar central del régimen. Si este pilar se fractura (por presión internacional, descontento interno o incentivos de la oposición), el régimen colapsa.

Assad y Maduro han contado con el apoyo de actores externos como Rusia, Irán o China, que les han permitido sobrevivir mediante financiamiento, armamento y apoyo diplomático. Sin embargo, la intervención extranjera puede volverse limitada si los costos superan los beneficios. Esto ocurrió en Filipinas y Rumanía, donde los aliados internacionales abandonaron a los dictadores cuando la caída era inevitable.

En Filipinas (1986) y Rumanía (1989), las movilizaciones masivas fueron el detonante para la caída de los regímenes. Cuando los manifestantes logran mantenerse en las calles pese a la represión, generan un desgaste insostenible para el régimen. En Venezuela, aunque la oposición ha mostrado capacidad de movilización, el agotamiento social y la diáspora masiva son obstáculos, pero no imposibles a superar en un momento de crisis crítica.

Las dictaduras suelen colapsar desde dentro debido a luchas de poder o corrupción en la cúpula. En el caso de Marcos en Filipinas, los altos mandos militares abandonaron al dictador por diferencias internas. En Venezuela, los altos niveles de corrupción y el control fragmentado del poder (entre Maduro, figuras del chavismo y el narcotráfico) representan una amenaza potencial para la cohesión del régimen.

En Siria, la ofensiva relámpago de los rebeldes pudo desmoronar el mito de la invencibilidad de Assad, inspirando a otros movimientos. En Venezuela y Cuba, el mayor temor del régimen es que un evento similar haga visible su vulnerabilidad, motivando tanto a la oposición como a los militares a actuar.

Casos como el de Ceaușescu en Rumanía (ejecutado por sus propios hombres) o Marcos en Filipinas (exiliado) muestran que cuando las élites del régimen perciben que su supervivencia personal está en peligro, pueden volverse contra el dictador. Esto también podría suceder en Venezuela o Cuba, donde las élites militares y de inteligencia, al ver amenazados sus privilegios, podrían negociar con la oposición para garantizar su seguridad y participación en un futuro gobierno.

No se pierda nuestro Live Podcast sobre la caída de Al Assad y el efecto espejo que esta caída podría representar para Maduro.