El renacer que experimentó la economía venezolana en los últimos tres años parece haber llegado a su fin. El deseo de emigrar a consecuencia de los bajos ingresos laborales o el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas al cierre del 2024 demuestran que el renacer económico del que presume la coalición gobernante en el país nunca se convirtió en un proceso de recuperación general de la actividad económica.
El economista Omar Zambrano advierte que luego de “atravesar la recesión más profunda y prolongada de su historia moderna entre 2013 y 2021, la economía venezolana retomó una senda de moderado crecimiento a partir de mediados de 2022″.
Sin embargo, a finales de 2024 «se ven señales de agotamiento”
Según Zambrano “la reactivación de la actividad económica tuvo siempre una base sectorial y territorial muy estrecha. Mucha gente se encuentra fuera de la dinámica económica: Venezuela tiene la tasa de participación en el mercado laboral más baja de la región; junto con esto, el desempleo abierto y el subempleo, hace que cerca de la mitad de los mayores de 16 años no tengan capacidad de generar ingresos laborales autónomos”
Desde su perspectiva “parte del problema es que el único sector que realmente ha mostrado signos de recuperación es el de comercio y servicios: 3 de cada 5 empleos están en este sector, si le sumamos el empleo público, estos dos sectores se llevan de 8 de cada 10 trabajadores (…) La mayor parte de estos empleos son de baja productividad y mal remunerados.”
Por otra parte, el Observatorio Venezolano de Finanzas estima que entre enero y agosto de 2024 el salario promedio de un trabajador comercial en Caracas -con diferencia la ciudad más dinámica de Venezuela- fue de aproximadamente 230 dólares mensuales. El salario más alto de Venezuela equivale en promedio a la mitad del salario mínimo en la mayoría de los países de la región.
Dinámica política es clave
Para el director de la firma Ecoanalítica Asdrúbal Oliveros “la variable de más peso el próximo año es la dinámica política y cómo se materializa eso en el mantenimiento de licencias petroleras o su eliminación”.
Oliveros advierte que mantener el actual esquema de sanciones de EE UU a Venezuela o que este esquema se vuelva más agresivo generará dos economías totalmente distintas el próximo año.
Según Oliveros “en una economía donde se mantenga el estatus quo, con las licencias tal como están, proyectamos un crecimiento bastante moderado de 3%. La producción puede subir alrededor de 10% y el flujo de ingresos petroleros también pudiera subir en torno al 10%. El escenario es totalmente diferente si se vuelve a tener un esquema de sanciones agresivas, eliminación de licencias importantes, con una economía que se contrae, habría una caída de producción petrolera en torno al 30% y una contracción de ingresos en torno al 40%. Allí aumentan las expectativas de inflación y devaluación”.
Por otra parte, el presidente de la Academia de Ciencias Económicas y Sociales Leonardo Vera indica que en 2025 existen muchos factores críticos que pueden incidir en el desempeño económico como la trayectoria que tomarán los precios del petróleo, el alcance de las sanciones internacionales, el grado de desequilibrio que se presente en el mercado de divisas y el ritmo al que avance la inflación y el poder adquisitivo o el volumen de remesas.
Sin embargo, advierte que, aunque “el menú de factores críticos es muy variado, ninguno luce tan determinante en esta coyuntura como el devenir de las sanciones internacionales”.
Vera concuerda con Oliveros en que “un cambio o no en el régimen de sanciones determinará decisivamente la trayectoria que podrán tomar los ingresos externos de origen petrolero, el aporte fiscal que hace la industria de los hidrocarburos al sector público, la presión tributaria que se ejerce sobre la actividad no petrolera, la oferta de divisas en el mercado cambiario, la presión sobre el tipo de cambio, la tasa de inflación interna, el poder adquisitivo de la población, el grado de inserción internacional de la economía, las decisiones de inversión y, desde luego, la tasa de crecimiento de la economía”.
El análisis de Vera sugiere que en el escenario de mayor severidad en las sanciones al país la tasa de inflación interanual se puede elevar hasta 45%.
En este caso el retroceso de la actividad económica será evidente lo que incentivará aún más el deseo de abandonar el país.
Según recientes estudios de opinión pública realizados por organizaciones no gubernamentales 24% de los ciudadanos dicen estar dispuestos a emigrar en 2025, la mayoría impulsados por el retroceso económico del país.
@puzkas/ DLA