José Lombardi: Política: Poder y servicio

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Nicolás Maquiavelo, en su obra El Príncipe (siglo XVI), nos ofrece una visión única del comportamiento humano frente al poder: cómo lo buscamos, lo obtenemos y lo mantenemos, creó un tratado descriptivo basado en hechos concretos de su época, estudiando la conducta de los personajes históricos que ejercían el poder, desnudando la conducta humana frente al poder, de ahí su famosa frase “el fin justifica los medios”. 

No es justo reducir su obra solo a esta idea. En El Príncipe, también encontramos pasajes que destacan la benevolencia y la magnanimidad en el ejercicio del poder, demostrando que no todo en la política es negativo. Este equilibrio entre lo positivo y lo negativo nos es más que un reflejo de la conducta humana.

El poder no se limita únicamente al ámbito político. El poder se manifiesta de distintas maneras y en situaciones cotidianas: desde un niño intentando conseguir un juguete de otro niño, hasta alguien compitiendo por un mejor puesto de trabajo. Incluso algo tan simple como el portero frente al restaurante, quien decide el acceso o no, todas son manifestaciones de poder. 

En este sentido, el poder es la capacidad de ejercer dominio sobre otro, algo que se da en todos los aspectos de la vida diaria. Los griegos acertadamente nos definieron como seres políticos y sociales; nuestra naturaleza nos lleva inevitablemente a buscar poder, desde niveles micro hasta macro. 

Este instinto ha dado lugar a lo que conocemos como la supervivencia de los más aptos; sin embargo, nuestra capacidad de razonar debería evitar que nos devoráramos unos con otros y terminar en una selva de supervivencia, en donde los menos aventajados o con menos oportunidades tienen las de perder.

La razón, como facultad humana, nos permite discernir entre lo correcto e incorrecto. Las leyes modernas son el resultado de este discernimiento, recogiendo experiencias humanas para establecer límites y guías de convivencia. Para ello la razón necesita ser alimentada, y esta será sana o insana, de acuerdo con los insumos que le demos. La crueldad y el odio traerán seguramente confrontación, mientras que el amor y la solidaridad seguramente paz.

Hoy en día la influencia de las redes sociales está incidiendo poderosamente en esta alimentación de la razón humana, desviando el poder a la riqueza material como único objetivo de felicidad, la política deja de ser una vocación social y termina degenerándose en un medio para acceder al poder, sobre todo al material en donde el bien común poco vale, el poder hoy es consumo, riqueza y fama.

José Lombardi

@lombardijose