Ramón Cardozo Álvarez: La crisis venezolana en la Asamblea General de la ONU

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Del 24 al 30 de septiembre de este año, en el marco de la cita anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas, jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo vuelven a tomar la palabra en esta alta instancia mundial para abordar aquellos temas que consideran cruciales, no solo para sus propios países, sino también para la comunidad internacional. 

En el debate general de esta 79ª sesión de la Asamblea de la ONU, un importante grupo de mandatarios de las principales democracias del mundo manifestaron su firme rechazo a las violaciones de derechos humanos en Venezuela, reafirmando su apoyo a la lucha del pueblo venezolano por recuperar la democracia y restablecer el orden constitucional.

La compleja crisis venezolana: tema recurrente en la Asamblea de la ONU

En los últimos años, la crisis venezolana ha sido un tema recurrente en los discursos de múltiples mandatarios ante este importante foro mundial. Este hecho pone de manifiesto que la grave situación política y humanitaria que los venezolanos han soportado por más de una década ha trascendido el ámbito nacional, convirtiéndose en un asunto de interés global, especialmente para el continente americano y para las democracias del mundo. 

Aunque la crisis migratoria venezolana, que ya supera los 8 millones de personas, ha sido uno de los aspectos de la crisis venezolana más tocado en los discursos de los mandatarios, especialmente de aquellos cuyos países han sido impactados por este fenómeno, la mayoría de estos líderes han subrayado que este descomunal flujo migratorio es consecuencia directa de la profunda y compleja crisis humanitaria que los venezolanos padecen desde hace años, y cuya responsabilidad recae principalmente en un régimen violador de derechos humanos que gobierna de forma autocrática a Venezuela. Esta comprensión del problema ha puesto cada vez más en evidencia que la raíz última de la crisis venezolana radica en el sistemático desmontaje de la democracia llevado a cabo por el chavismo.

Ya en 2017, durante la 73ª Asamblea General de la ONU, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, refiriéndose a Nicolás Maduro como un «dictador», afirmaba que su régimen socialista había destruido una nación próspera, había desmantelado las instituciones democráticas y había usurpado el poder de los representantes electos. Por su parte, el presidente de Colombia para ese momento, Juan Manuel Santos, expresó su profunda preocupación por la «destrucción paulatina» de la democracia en Venezuela, la persecución a la oposición política y la violación sistemática de los derechos humanos. En la misma dirección se manifestó el presidente de Brasil, Michel Temer, quien, tras referirse a los migrantes y refugiados venezolanos en su país, destacó igualmente el deterioro de los derechos humanos en Venezuela y advirtió que «en América del Sur ya no hay espacio para alternativas a la democracia».

Único camino para solucionar la crisis: el fin de la dictadura chavista

Desde el 2017 hasta el presente, de manera recurrente, otros jefes de Gobierno y Estado han sumado sus voces reclamando la solución de la crisis venezolana. EN 2018, por ejemplo, durante la 74ª Asamblea, se refirieron a la crisis venezolana los presidentes Michel Temer de Brasil, Mauricio Macri de Argentina, Lenin Moreno de Ecuador, Martín Vizcarra del Perú, Donald Trump de Estados Unidos e Iván Duque de Colombia. Este ultimo catalogó al éxodo venezolano como «la crisis migratoria y humanitaria más indignante de la historia reciente de la región, por cuenta de una dictadura que aniquiló las libertades», reiterando que el único camino que existía para que este éxodo trágico llegara a su fin era que el mundo se uniera y actuara para alcanzar «el fin de la dictadura, el retorno a la democracia y la plena libertades». 

En 2021, durante la 76ª Asamblea, los presidentes de Brasil y Colombia volvieron a llamar la atención sobre la crisis de refugiados venezolanos en la región. Jair Bolsonaro señaló que el Gobierno Federal del Brasil había recibido a «400 mil venezolanos desplazados por la grave crisis económica y política desatada por la dictadura bolivariana». Por su parte, Iván Duque reiteró ante los mandatarios reunidos en la 75ª Asamblea de la ONU su convicción respecto a que «el fin de la dictadura de Nicolás Maduro es el único camino viable para el bienestar del pueblo venezolano, y debe ser el propósito de la acción internacional».  

En 2022, durante la 77ª Asamblea, Guillermo Lasso de Ecuador, Jair Bolsonaro de Brasil y Gabriel Boric de Chile insistieron en llamar la atención del mundo sobre la crisis humanitaria venezolana y sobre el flujo migratorio inédito en nuestra región que ella ha producido. Por su parte, el presidente del Paraguay, Mario Abdo Benítez, manifestó su apoyo a los venezolanos que estaban luchando por la democracia y señaló que su país estaba liderando en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU una resolución que permitiría seguir investigando a profundidad la violación de los derechos humanos en Venezuela.

Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección 

La 79ª sesión de la Asamblea de la ONU se ha realizado pocos meses después de que el régimen de Nicolás Maduro frustrara las esperanzas y esfuerzos de la oposición democrática y de muchos miembros de la comunidad internacional. Estos actores buscaban dar una salida pacífica a la larga y profunda crisis venezolana a través de las elecciones presidenciales del 28 de julio.

Las condenables acciones del régimen de Nicolás Maduro volvieron a darle entrada a la crisis venezolana a los debates del más relevante foro mundial y marcaron el tono de los discursos de más de once jefes de Estado y de Gobierno que se dieron cita en este debate general de la ONU. Entre ellos se encuentran Joe Biden de Estados Unidos, Javier Milei de Argentina, Gabriel Boric de Chile, Arnoldo André-Tinoco de Costa Rica, Pedro Sánchez de España, Giorgia Meloni de Italia, Laurentino Cortizo de Panamá, Santiago Peña de Paraguay, Dina Boluarte de Perú, Luis Lacalle Pou de Uruguay, y Luis Abinader de República Dominicana. 

Dentro de las preocupaciones compartidas por estos lideres sobre la crisis venezolana, resaltó el rechazo a la conducción del proceso electoral venezolano, la arbitraria proclamación de Maduro en la madrugada del 29 de julio, sin ningún tipo de sustentación verificable, y la despiadada represión gubernamental para acallar las protestas en contra de este evidente fraude electoral. 

«Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección, que persigue a sus opositores” afirmó Gabriel Boric. En la misma dirección se expresó Joe Biden: «Observamos ese anhelo universal por los derechos y libertades en Venezuela, donde millones votaron por el cambio, y no se les ha reconocido. Pero no se puede negar, el mundo conoce la verdad». 

Otra posición donde existen coincidencias es en que la grave crisis migratoria venezolana está vinculada directamente con el desmantelamiento del sistema democrático y del Estado de derecho en el país.  «La creciente degradación de su sistema institucional ha ocasionado la desbandada de casi 8 millones de venezolanos», señaló en su intervención el presidente de Panamá. Con otras palabras, así también lo reafirmó el presidente de Costa Rica: «Venezuela no puede considerarse una democracia. Una democracia no expulsa a ocho millones de sus ciudadanos, ni provoca una crisis migratoria sin precedentes cuyas repercusiones se sienten en todo el hemisferio occidental»​. 

Tolerancia con Maduro podría desencadenar más autocracias en Latinoamérica

Otro punto en el que coincidieron varios mandatarios fue la urgencia de que la comunidad internacional actúe de manera rápida y coordinada ante la crisis venezolana. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, expresó claramente esta inquietud: «La comunidad internacional no puede permanecer indiferente mientras, casi dos meses después de las elecciones del 28 de julio, el resultado aún no ha sido reconocido, y mientras tanto se ha llevado a cabo una represión brutal». 

En la misma línea se manifestó el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien exhortó a la comunidad internacional a pasar de las palabras a los hechos: «Sé que muchos líderes han hablado sobre esto. En mi opinión, ha llegado el momento de actuar. Ha llegado la hora de actuar por Venezuela, por los venezolanos».

La exigencia de actuar del presidente Lacalle vino acompañada de una crítica a otros mandatarios que, por omisión o acción, terminan haciéndole el juego a la autocracia venezolana: «Muchos líderes mundiales han mirado para el costado, por falta de interés algunos de ellos, o lamentablemente algunos por interés».

El mandatario uruguayo dejó, además, una grave advertencia de mucha importancia, sobre todo para las fuerzas democráticas: «Si la comunidad es tolerante ante estas actitudes (refiriéndose al régimen de Maduro), sólo resta esperar saber cuál va a ser el próximo país que va a verse sometido a lo que están sometidos los venezolanos». La advertencia de Lacalle apunta así al peligroso «efecto demostración» que podría seguir expandiéndose en Latinoamérica si Maduro, con el apoyo de potencias autoritarias extrarregionales, logra estabilizarse en el poder. Por ello, es muy importante recordar que la autocracia venezolana, además de ser un problema de los venezolanos, representa un grave peligro para el hemisferio.

DW