Obama rechaza candidatura de Kamala: «Debemos nominar un candidato extraordinario»

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El expresidente de EE UU, Barack Obama, pidió este domingo 21 de julio al Partido Demócrata nominar a un «candidato extraordinario» para las elecciones de noviembre, en un comunicado en el que evitó respaldar a la vicepresidenta, Kamala Harris, como futura candidata.

Obama calificó al actual mandatario, Joe Biden, quien fuera su vicepresidente entre 2009 y 2017, como «un patriota de primer orden» por haber renunciado este domingo a su campaña de reelección tras semanas de presiones internas por su “desastroso papel” en el debate electoral contra Donald Trump.

«En los próximos días navegaremos por aguas desconocidas, pero tengo una enorme confianza en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que surja un candidato extraordinario», afirmó Obama.

El expresidente pidió que durante la Convención Nacional Demócrata de agosto en Chicago, donde el partido podría nominar a su candidato para las elecciones, se exhiba «la visión de Biden de unos Estados Unidos prósperos y unidos».

«Espero que todos y cada uno de nosotros estemos preparados para llevar ese mensaje de esperanza y progreso en noviembre», agregó.

Obama, sin embargo, no mencionó en el comunicado a Kamala Harris, a quien Biden respalda como su sucesora para hacer frente a Trump el próximo 5 de noviembre.

El expresidente participó en varios eventos de recaudación de fondos para la campaña de Biden y de Harris, pero durante las últimas semanas varias filtraciones lo señalaban como uno de los operadores que estaban intentado que el líder demócrata tirara la toalla.

La tensión aumentó cuando antiguos asesores de Obama, ahora presentadores del popular podcast «Pod Save America», sugirieron que Biden debería retirarse. Esto se interpretó, acertada o erróneamente, como un mensaje proveniente del círculo cercano al exmandatario.

En el comunicado de este domingo, Obama dijo que la renuncia de Biden es un testimonio «del amor por su país» que tiene el presidente y «un ejemplo histórico de un servidor público que antepone los intereses del pueblo estadounidense a los suyos propios».