Antonio de la Cruz: Un nuevo amanecer

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Una mujer simpatizante del candidato opositor, Henrique Capriles Radonski muestra su maquillaje alusivo a la bandera de Venezuela durante la llamada marcha Heroica realizada en Caracas, Venezuela. 7 Abril 2013. (Foto/ivan gonzalez)


Las bulliciosas calles de Caracas están llenas de susurros, la ciudad se siente vibrante. Afiches con el rostro de Edmundo González Urrutia se ven por doquier, no es difícil imaginar cuánto malestar producen a Maduro estos carteles publicitarios. Faltan varios días para las elecciones, y el aire está cargado con una mezcla de esperanza y miedo.


Edmundo González Urrutia está sentado en una habitación débilmente iluminada, con el peso de las esperanzas de la nación sobre sus hombros. Frente a él, María Corina Machado revisa los últimos datos de las encuestas.


«Veinticinco a treinta puntos porcentuales de ventaja», dijo y miró a Edmundo González. «Estamos cerca, pero no será fácil.»


Él asintió. «A Maduro se le está yendo el poder de las manos, pero no lo soltará sin pelear».
En el corazón de Miraflores está reunida la Banda de los Cinco: Nicolás Maduro, Vladimir Padrino López, Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez, Cilia Flores, y Diosdado.


«Nuestro control está tambaleándose,» advirtió Padrino López. «La desobediencia militar y policial está creciendo».


Cabello golpeó la mesa con el puño. «Entonces, apretemos nuestro control. Bloqueemos las carreteras, interrumpamos sus mítines, metamos presos a todo el que les venda así sea un vaso de agua. Mostremos nuestra fuerza. Ya lo advertimos, no entregaremos el poder ni por las buenas ni por las malas. Que se atengan a las consecuencias”.


En Táchira y Carabobo, el régimen de Maduro ejecutó su plan, bloqueó carreteras y arrojó tierra en las vías para evitar que los seguidores de Edmundo y María se reunieran. Sin embargo, las grietas eran evidentes. Los soldados y oficiales de policía dudaban, su lealtad ya no está asegurada.


Uno de los jóvenes soldados observaba el caos. Dividido entre las órdenes y su conciencia, recordó una cita de Albert Camus que le gustaba mucho a su papá, un lector empedernido: «Hoy gobiernan porque obedeces».


A medida que se acerca el día de las elecciones, los rumores de un megafraude inminente son cada vez más fuertes. Se habla de una oficina gubernamental secreta en la que se están trazando los planes. El referéndum constitucional de 2007 y las elecciones de la Asamblea Nacional de 2015 pesaban en la mente de todos.


El ministro de la Defensa es consciente de la responsabilidad que tiene ante el país. «El papel del ejército es crucial”, dice a sus confidentes. «Debemos asegurarnos de que se respete la elección del pueblo.»


En la víspera de las elecciones, la fachada de control del régimen comienza a desmoronarse. Las deserciones de alto perfil sacuden a la Banda de los Cinco y los rumores de un golpe interno dejan de serlo, ¡es una realidad! La gente perdió el miedo y solo cuenta con ansiedad las horas para el día más esperado.


En medio de la agitación, surgió un nuevo movimiento. Héctor Rodríguez y su partido Futuro simbolizan las esperanzas de una generación más joven. En un mitin, el exministro y líder chavista se dirige a la multitud con pasión.


«Somos el futuro de Venezuela», exclama. «Una nueva ola de líderes listos para guiar a este país hacia la democracia y la prosperidad».


El día de las elecciones la calma es inquietante. Los votantes están decididos a hacer oír sus voces a pesar de la amenaza inminente de fraude. Edmundo y María Corina aguardan ansiosos, su destino está entrelazado con el de la nación.


A medida que se cuentan los votos, la tensión alcanza su punto máximo. A medianoche el ministro Padrino López da un paso adelante y se dirige a la nación. «El ejército está con el pueblo,» anunció. «Nos aseguraremos de una transición justa y pacífica». Toda Venezuela, al unísono, estalló de la alegría.


Después de las elecciones, Venezuela estará en una encrucijada. La fragmentación del régimen, el papel crucial del ejército y la emergencia de nuevas fuerzas políticas pintan un panorama complejo.


Las calles de Caracas despertarán a un nuevo amanecer. La dramática telenovela que era el paisaje político de Venezuela había alcanzado su clímax. La nación, golpeada pero esperanzada, ahora mira hacia un futuro lleno de promesas de libertad, democracia y estabilidad.

@antdelacruz_