Marcelo Morán: Adios, Padre Liker

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El Padre Liker era el título de un comic que se publicó en el Diario Crítica de Maracaibo en honor de monseñor Roberto Lückert y tuve el honor de dibujar desde 1986 hasta 1990. Esta tira cómica no tenía parangón en Venezuela, porque el héroe era un obispo de carne y hueso. Y qué héroe. Este personaje se erigía como un Quijote cuerdo para defender su diócesis: la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, depauperada por acción del centralismo voraz que nunca retribuyó parte de la riqueza extraída de sus entrañas a lo largo de casi un siglo. También de la desidia de los políticos que solo iban  a pantallar  y a hacer turismo en Caracas.

Llegué a esta caricatura por un golpe de casualidad. Tenía apenas un mes saliendo en la página de humor del Diario Crítica cuando fui sorprendido por la llamada del director del periódico Miguel Ángel Rossel para darle continuidad, pues habían prescindido en esos días de su dibujante inicial. En ese momento me oficiaba de montador de publicidad al lado del maestro Elías Troconis en el departamento de arte. A partir de allí me encargué del personaje y de su hilo argumental que estuvo en la preferencia de los lectores del Zulia por espacio de cuatro años.

Nunca había tenido contacto con monseñor Roberto Lückert, y esa dicha llegó al fin en agosto de1990 cuando visitó la sede de El Regional del Zulia en Ciudad Ojeda antes de su apertura en septiembre de ese mismo año. En ese momento fue recibido por el periodista Eufrosino González que fungía como jefe de información. Después de recorrer con él y mostrarle las instalaciones, Eufrosino le comentó emocionado:

—Monseñor, le tengo una sorpresa.

—A ver, ¿qué será?

—Marcelo, el que dibujaba sus caricaturas en el Diario Crítica, trabaja ahora con nosotros.

—¿Marcelo? Dónde está pa ahorcarlo —contestó monseñor con ese tono tan maracucho que tanto lo identificaba.

Me llamaron y fui a la presencia del obispo. Cuando me paré delante de él, puso el dedo índice de su mano derecha sobre mi frente:

—¡Con que vos eras el de la vainita! —dijo, y a continuación me dio un abrazo.

De esa manera conocí e interactué por primera vez con este ilustre clérigo que es ya parte de la historia contemporánea y uno de los grandes baluartes de nuestra zulianidad de todos los tiempos.

La caricatura que ilustra esta nota la dibujé en 1995 como un regalo a mi amigo el doctor Guillermo Piñeiro Ríos, quien la exhibió después en su biblioteca. La misma representa la disputa que se presentó cuando corrió la noticia de que monseñor Roberto Lückert abandonaría Cabimas, donde era muy querido, para recibirse como el primer arzobispo de Coro. Nadie como él tendría guáramos para seguir defendiendo la Costa Oriental de Lago, que parecía quedar en una orfandad profunda, pero eran los designios de Dios, de la iglesia, y así  se cumplió.

De esta manera he querido despedir al apreciado padre Liker quien partió ayer para disfrutar de una mejor vida en la eternidad. El Zulia, la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y Venezuela nunca lo olvidarán, Y  Desde el Cielo, estoy seguro,  recibiremos siempre su bendición.

@marcelomoran