En el apogeo del boom petrolero de Venezuela, buques de transporte de crudo navegaban por todo el Caribe para entregar 200.000 barriles por día a una constelación de islas pequeñas, en su mayoría pobres.
El hecho de que esos países acumularan enormes deudas y pagaran parte de la factura con frijoles o maní le importaba poco a Hugo Chávez, ya que esta abundancia le permitía ganar fama mundial como el líder de lo que llamaba el socialismo del siglo XXI.
Dos décadas después, empobrecida y necesitada de efectivo, Venezuela trata de cobrar viejas deudas del programa Petrocaribe. El mes pasado, recibió un pago de US$500 millones de Haití (el país más pobre del hemisferio) para cancelar lo que había sido una deuda de US$2.300 millones, según documentos vistos por Bloomberg y personas familiarizadas con el asunto. Está trabajando en transacciones similares con otros países, dijeron las personas.
El acuerdo con Haití se concretó después de que el Tesoro de Estados Unidos concediera al país una licencia para transferir el dinero desde una cuenta de garantía a través del sistema bancario internacional. Para Haití, un país bajo el yugo de crisis crónicas, saldar la deuda le ayuda a avanzar con el Fondo Monetario Internacional en un posible paquete de préstamos.
Representantes de Venezuela, Haití y varias agencias involucradas en el acuerdo no respondieron a mensajes en busca de comentarios. Un portavoz del Tesoro de EE.UU. dijo que la Oficina de Control de Activos Extranjeros no comenta sobre licencias individuales.
Para Venezuela y su actual líder, Nicolás Maduro, quien asumió el poder después de la muerte de Chávez en 2013, el acuerdo marca otro paso en su esfuerzo por recuperar el reconocimiento internacional tras años de colapso económico y aislamiento internacional. El Gobierno y su estatal petrolera llevan años en default en bonos globales y le deben a China miles de millones por préstamos bilaterales.
Bloomberg