Su sueño era intranquilo, se movía de un lado a otro, aunque como de costumbre, el dormitorio principal de La casona, se llenaba de ese acido olor a huevos podridos que no dejaban dormir a Cilia en la cama de al lado. Obviamente el presidente no tenía en su intestino grueso una colonia de bacterias felices.
Era domingo, se había hartado al mediodía una enorme tasa de frijoles negros (desde que llegó a Miraflores renunció a llamarlos caraotas negras, le recordaban otros días donde la abundancia de comida no era lo más común) así que la ansiedad, la preocupación y los gases no le permitían dormir.
A las tres de la madrugada decidió levantarse y llamar por teléfono a Jorge Rodríguez, con la seguridad de que, Jorgito, como lo llamaba en la intimidad, no duerme preparando la maldad del día.
-Aló! Jorge, soy yo. Lo sé, Nicolás, le respondió Rodríguez, Qué pasa. Es que estoy preocupado, mañana es la rendición de cuenta y, ¿qué voy a decir?, la voz, le sonó gangosa, y Rodríguez un poco molesto, pues le interrumpió sus maquinaciones de como liquidar, de una vez por todas, a María Corina Machado, la némesis del régimen que los amenazaba con quitarles el pastel de la boca.
-No te preocupes, Nicolas. Lo primero que vas hacer es leer la larga lista de invitados, desde la representación diplomática de las Islas Fiji, pasando por el gobernador de la Isla Santa Elena (los vas a dejar asombrados, pues allí murió Napoleón Bonaparte) y terminas con el alcalde de Santa Elena de Uairen, allí te vas a llevar por lo menos dos horas, cuando termines con eso pides una infusión de malojillo y dices unas de tus vainas. Maduro, carraspea y pregunta: ¿Cómo cual? Rodríguez, resopla un poco molesto y se contiene para no gritarle: di, que el té esta piche. Jajaja, se ríe Maduro, y le dice: Eso me gusta.
Luego, los entretienes con el bloqueo de los Estados Unidos, el imperialismo, “el genocidio” económico de los gringos contra Venezuela, eso no falla, habla de la falsa oposición y de su relación de dependencia y sumisión a los gringos, eso tampoco puede faltar. ¡Ah!, se me olvidaba, invéntate un intento de magnicidio. No, uno es muy poco invéntate cuatro, añádale que han sido descubiertos los implicados y que pronto presentaras las pruebas. Incluso, habla un poco del crimen del cantante Cancerbero y tira un aumentico, pero no del salario mínimo, de 5 dólares no más de eso, que no estarían mal para un bono a los pensionados, invéntate uno, cualquiera, puedes llamarlo como te salga en ese momento y a manera de sugerencia le dijo: Te parece bien “Bono de la “Gran Batalla de Pichincha”
…Y finalmente suelta una bomba que hará que nadie se acuerde de lo nada que has hecho durante el año pasado. ¿Si?, pero que cosa, puedo decir que los asombre.
Rodríguez, hace un silencio, corto y suelta, como si hubiese hecho el descubrimiento de la cura contra el cáncer: ¡pon en un cargo a Alex Saab! nómbralo, para cualquier vaina, invéntate también algún programa, una misión (que no sea diplomática) una fundación, un fondo de inversiones, pero no como el “Fondo Chino” ese hombre es peligroso cuando ve un billete de los verdes y nos deja sin nada. Eso va a entretener al país por lo menos dos semanas, después veremos.
Gracias Jorge, tú siempre “resolviéndome la papeleta”, creo que puedo dormir por lo menos una horita antes de ir a la Asamblea. Hasta luego “Presideeeente” le dijo Jorge con ironía. Ironía que, Maduro no captó.
Jorge, fue a tomar agua, mientras pensaba como deshacerse de María Corina Machado. Ya habrá una manera, ya habrá una manera. Mañas son las que a él no le faltan.
Creo que hay mil razones, mientras gobierne el chavismo, para suprimir la comparecencia ante la AN para decir que se ha hecho lo que no se ha hecho y celebrar que este si será el año de la recuperación económica del país. No se sabe cuántos años, Maduro, trae la misma promesa.
Durante 40 años fuimos testigos de ocho (¿?) mensajes anuales de los diferentes presidentes que pasaron por Miraflores. Eran cuentos llenos de kilómetros de carreteras, autopistas (con nombres de animales, nunca supe porque esa manía inicial del proceso democrático que llenó a Caracas de pulpos, arañas y ciempiés, algunos los hizo la penúltima dictadura que azotó al país) puentes, distribuidores, represas, centrales eléctricas, siderúrgica, petroquímica, nacionalizaciones del petróleo y del hierro, democratización de la educación, planes de becas, un fondo de inversiones, etc.
Para ser justos también, en esas alocuciones se hacían promesas que tampoco se cumplieron. En realidad, fueron muchas. Pero en descargo, hay que decir, que durante esos cuarenta años se construyó un país… un país moderno.
Pero, después…. Llegaron ellos y como si fuera parte de un plan preconcebido han destruido al país y lo han retrotraído al siglo XIX y, para “salvarlo”, Maduro acaba de nombrar a un vendedor de llaveros de Barranquilla, para que le construya una vía directa a la corrupción y sobre quien ha depositado la más sólida y plena confianza (Maduro dice).
Después del discurso en la AN, Jorge se le acerca a Maduro y le dice al oído: “Encontré la manera”.
@enderarenas