José Aranguibel: ¿Y ahora qué?

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«La esperanza es poder ver que hay luz a pesar de toda la oscuridad».
                                                   Desmond Tutu

Excelente, sin ninguna duda, ha quedado registrada en la historia la jornada electoral que este domingo los venezolanos protagonizaron, dentro y fuera del país, sin miedo, temor o pánico, otorgándole a María Corina Machado un mandato democrático de abanderar a la oposición para enfrentar al continuismo político de Miraflores en las presidenciales de 2024. No obstante, la pregunta que sigue es que al margen de la euforia, pasión, entusiasmo y alegría por su indiscutible victoria, pesa sobre ella una inhabilitación política que el chavismo exhibe como su mejor trofeo que nos lleva a preguntarnos ¿y ahora qué?.

Sin ánimo de pasar por «aguafiestas» después de una extraordinaria expresión democrática donde los militantes de los partidos políticos organizados, trabajando en equipo con la «sociedad civil» de la que son parte, aún cuando a algunos no les agrada esa integración como si se tratara de extraterrestres, lograron contra todo pronóstico catastrófico proveniente de Miraflores y de la vocería nacional del Psuv, que las elecciones Primarias opositoras cumplieran su cometido y por la voluntad soberana de los electores fue ganadora en buena lid la dirigente de Vente Venezuela, María Corina Machado.

Salvo un aislado incidente de algún desadaptado que lanzó una bomba lacrimógena en un centro de votación caraqueño o de la estupidez de alcaldes o «pesados» del gobierno en pueblos de los Andes, cuando negaron surtir combustible en las estaciones de servicio, el domingo 22 de octubre transcurrió sin novedad en la minuta de los organismo policiales como suelen decirlo los colegas de la fuente de sucesos. Sin embargo, en cualquier evento masivo siempre hay un chiste o anécdota que permite liberar, drenar  y expulsar el estrés. Uno que corrió como pólvora lo protagonizó el candidato de AD, Carlos Prosperi, a quien la travesura de un «compañerito» llevó a la decepción a muchos de sus seguidores, cuando le filtraron en las redes sociales un vídeo grabado donde desconocía los resultados electorales a muchas horas del cierre del proceso.

La novatada o no de Prosperi, así como su desaparición por horas que ni Piero Maroun, su jefe de campaña, daba con su paradero obligó al secretario general de AD, Henry Ramos Allup, a desmentir al más joven de los aspirantes de la Primaria, llevándolo a decir que la posición de Carlos Prosperi fue a título personal. Este veterano de la política venezolana, verdadero astuto zorro viejo, enderezó el entuerto afirmando que el candidato socialdemócrata «despertó más emociones que votos». Sobre las razones de la conducta del candidato, Ramos Allup, reveló que “yo no tengo un psicoscopio». Lo cierto es que las novedades fueron otras nada desagradables que a despecho del chavismo, la lluvia, el sofocante Sol ni la intensa ola de calor en el territorio nacional, detuvieron la movilización de los electores que en su inmensa mayoría, casi en su totalidad, sufragaron por Machado.

Ella, convertida en la seleccionada que traduce la aspiración de más del 85,2 por ciento de los venezolanos que desean cambio de gobierno, tiene una medida de inhabilitación ilegal, injusta, violatoria y calificada de crimen de Lesa Humanidad, según el criterio del abogado, Oscar Mago Bendahán, doctor en humanidades y docente de la UCV. El especialista en Derecho sostiene que el artículo 65 de la Constitución Bolivariana de Venezuela dice que «no podrán optar a cargo alguno de elección popular quienes hayan sido condenados por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones y otros que afecten el patrimonio público».

Según su explicación, en un lenguaje muy sencillo, «sólo pueden ser inhabilitados quienes hayan sido acusados, procesados, sentenciados y condenados por un Tribunal Penal por un delito. No por una decisión de la Contraloría General de la República, puesto que no es un tribunal. Las inhabilitaciones de la Contraloría son por motivos de persecución política. Por lo tanto son absolutamente nulas por inconstitucionales». Es el caso de María Corina Machado quien, después de arrasar en la Primaria del domingo, si la dejan, tendrá seguro en cuestión de tiempo la seguridad de entrar, subir las escaleras y sentarse en la principal silla de Miraflores. Ello, obviamente, ocurre el día después del 22 de octubre, cuando su victoria aceleró y disparó las alarmas en el oficialismo.

No es casual que este lunes vociferaran de fracaso, fiasco y fraude la jornada comicial. Por eso sin apasionamiento, ceguera emocional o borrachera electoral, sino colocando mas bien los pies sobre tierra firme y segura, no podemos obnubilarnos que el triunfo del domingo significa que el gobierno está derrotado. Está si, golpeado, agotado y débil en las cuerdas del rin, más no vencido. No olvidemos que el triunfalismo puede derrotar al mejor ejército del mundo. Quizá a muchos mis palabras no le cuadren, desagraden y hasta me señalen de alacrán, tarifado o gobiernero. Eso no es lo que me preocupa. A muchos nos inquieta, intranquiliza y nos produce desasosiego la situación nada fácil que afecta la candidatura de María Corina Machado que otros no desean ver. No hablar claro, esconder una verdad, al final lleva a la gente a más frustración.

La dirigente venezolana ahora más que nunca es la joya de la corona. La figura opositora más importante que el oficialismo no permitirá llegar «hasta el final». Es, digamos, un punto de honor impedir a cualquier costo que su habilitación política e inscripción ante el CNE  sea posible. En el oficialismo están dispuestos a soportar cualquier dolor, retorcida de pescuezo o que les aprieten, machaquen o trituren las esféricas reproductoras, so pena de sacrificar la flexibilización de las sanciones económicas, pero no transigirán en su empeño de no restituirle los derechos políticos a María Corina Machado.

Lo cierto es que María Corina Machado está sometida a una «justicia» sin misericordia que significa demasiada crueldad. El mango del sartén de la «justicia» no creamos a ciegas que lo tienen seguro los gringos. El propio secretario de Estado, Antony Blinken, también el subsecretario Brayan Nickols y el asesor de la Casa Blanca, Juan González, han hablado, sin alzar el tono de voz, del tema de las inhabilitaciones a partir del acuerdo de Barbados, firmado entre Miraflores y la Plataforma Democrática Unitaria. Esos funcionarios de la administración del presidente Biden han preferido esperar un cambio hasta finales de noviembre. Algo así como dándole al gobierno venezolano el beneficio de la duda.

Creo que los gringos no torcerán, cambiarán o modificarán la decisión del oficialismo. Por algo sabemos que cuando asumen una postura, dicen algo y lo afirman con su clásico grito de «patria o muerte» es seguro que lo hacen. Eso es tan cierto como también que son malos gobernantes, arruinaron a este hermoso país, obligaron a huir a millones de venezolanos, cambiaron la calidad de vida de la gente, abrieron las puertas a la corrupción y destruyeron los servicios públicos, pero a la hora de decidir son disciplinados y coherentes. Por eso para después puede ser demasiado tarde. Es imperioso, necesario e impostergable que la ganadora y la Plataforma Democrática ordenen, organicen y construyan en unidad la respuesta que todos merecemos.
¡Amanecerá y Veremos!.

José Aranguibel Carrasco