Yulimar Rojas, con 15,08 metros, en el último intento, se proclamó en Budapest, este viernes 25 de agosto, campeona del mundo de triple salto por cuarta vez, siendo la atleta más laureada de la historia de la competencia en esta disciplina.
La venezolana refrendó su favoritismo arropada por el público que abarrotó el Centro Nacional de Atletismo de Budapest, que cada vez que saltó la animó con aplausos al unísono.
A la criolla le costó encontrar el ritmo de la competencia y, de hecho, se jugó todo a una carta y en el último salto.
El primer salto fue nulo, en el segundo llegó a 14,33 metros y en el tercero se quedó en 14,26. El cuarto y quinto volvieron a ser nulos, por lo que el desenlace quedó para el final.
Antes de afrontar ese salto, Yulimar levantó los brazos pidiendo al público apoyo. Se dio la vuelta, se puso de espaldas a la tierra, se volvió a girar y, antes de iniciar la carrera, comenzó su ritual de gestos con los brazos. Concentrada al máximo trató de realizar un salto seguro, sin buscar mayor marca que la de superar los 15 metros de la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk, que hasta ese mismo momento había dominado el concurso con ese registro.
Yulimar Rojas revalidó su título de campeona del mundo con suspenso en un podio formado por Bekh-Romanchuk, plata, que hizo un nulo en el último salto con máxima presión, y por la joven cubana Leyanis Pérez, que, a sus 21 años, brincó hasta los 14,96 metros para colgarse la medalla de bronce y lograr su primer podio en un Mundial.
Con este oro, Yulimar, campeona olímpica en Tokio 2020, ya posee una cuarta parte de todos los títulos femeninos de triple salto de la historia de los Mundiales de atletismo, tras la introducción de la disciplina en el programa en 1993.
La otra cubana en concurso, Liadagmis Povea, que fue quinta en los Juegos Olímpicos de Tokio, finalizó sexta.
EFE