1. Luego de un cuarto de siglo de combates políticos inútiles y que han llevado a Venezuela a un caos, los venezolanos que aspiran un cambio, es decir, la mayoría absoluta (incluidos los chavistas), están frente a dos algoritmos (algo así como la ruta) que conducen a resultados distintos.
2. Algoritmo 1. El primer paso consiste en poner fin a la confrontación política fracasada para luego poder construir escenarios de confianza mutua que faciliten a su vez una transición consensuada, incluyente, pacífica y avalada por los votos de los venezolanos.
3. Algoritmo 2. Como primer paso, seguir montados en el ring y radicalizar más la lucha política entre actores agotados, anémicos y con las defensas bajas, lo cual incrementa la desconfianza existente entre ellos, lo que que su vez motiva al gobierno a cerrar el paso e inhabilitar a sus oponentes (porque tienen poderes para hacerlo sin que nadie se los impida, y porque – a decir verdad- nadie le regala el hacha a su verdugo), convirtiendo a los actores inhabilitados en candidatos simbólicos que, por ser simbólicos, facilitarán la permanencia de Nicolás Maduro hasta 2030, mínimo.
4. Como vemos, ambos algoritmos generan resultados concretos, tangibles, y cada quien está en libertad de escoger al que más le cuadra en sus propósitos finales.
5. En realidad, hoy los candidatos opositores se dividen entre los que piensan e impulsan el algoritmo estratégico # 1 y los que le ponen acción y pasión al # 2. Como ya hemos dicho, ambos conducen a resultados completamente diferentes.
6. Y eso es lo que hace que las primarias opositoras (convocadas sin un propósito claro y único) sean como una carreta conducida por dos bueyes que van en dirección contraria cada uno. En realidad, más que unas primarias para escoger a un candidato presidencial efectivo y no simbólico son un plebiscito para definir al algoritmo que debe prevalecer. Un disparate estratégico descomunal.
7. Hoy no se trata de escoger a líderes salvadores de la patria. Los venezolanos ya hemos experimentado estas salidas mesiánicas con lamentables resultados. Hay que ser muy necios para insistir en esos mediocres niveles de selección.
8. Los venezolanos demostraron en las elecciones parlamentarias de 2015 y en las elecciones de Barinas en 2021 que les importa un bledo quiénes son los candidatos. De hecho, casi todos los candidatos ganadores fueron ilustres desconocidos, y con cero puntos en las encuestas.
9. A los venezolanos lo único que les importa es que la propuesta opositora sea totalmente unitaria, sin políticos jalándose las greñas por pendejadas, bien enfocados, con una sola estrategia, o sea, mostrando músculos suficientes para ganar unas eleciones que los aproximen a un cambio. Ya no les importa si el cambio es gradual y bajo el formato de una transición consensuada. Lo que les importa es sentir que se está avanzando.
10. La Venezuela de hoy no le sirve ni a chavistas, ni a opositores, ni a nadie. Nuestro país es una operación suma cero. Eso lo sabe hasta Nicolás Maduro. Así que sobran las razones para entendernos y reconstruir juntos el único país que tenemos.
11. Que cada venezolano escoja con madurez y fría racionalidad cuál es el algoritmo correcto que nos acercaría más al objetivo. Y el objetivo para el 82% de los venezolanos no es otro que comenzar la reconstrucción de Venezuela lo antes posible, que genere una mejor calidad de vida y que todo se logre en santa paz, pues bajo el esquema de la confrontación eso jamás ocurrirá.
12. Pedirle consejos al cerebro de las emociones en este momento puede conducir a fatales decisiones. Como país, llevamos un cuarto de siglo de fracasos en fracasos. Creo que ya está bueno.
@JesusSeguias
23 Ago. 2023