“La violencia es el último recurso del incompetente”, fue una de las frases célebres del escritor de ciencia ficción, Isaac Asimov, totalmente ajustada a lo vivido en la Venezuela en los últimos días, luego del anuncio de la chavista Contraloría General de la República, dirigida por Elvis Amoroso, inhabilitando a la favorita candidata de la oposición, María Corina Machado, jugada que se veía venir pero que -contrariamente- fortaleció su imagen.
Pero más que el término incompetente, al régimen de Nicolás Maduro, que solo busca eternizarse en el poder aún con su corrupción e ineptitud, se le puede adaptar la expresión “de los que no tienen la razón”, porque es que el chavismo “no merece”, seguir en el poder, toda vez que solo trajo ruina y miseria a un país llamado a ser el “modelo de desarrollo de Latinoamérica”. Los hechos y estadísticas históricas evidencian la dimensión de un “ estruendoso fracaso”, fundamentado en un cinturón ideológico fracasado que solo espera ser enterrado, como lo decía recientemente, el SJ Luis Ugalde.
Lo ocurrido con MCM evidencia que las prometidas “elecciones libres y democráticas”, que expuso el gobierno de Estados Unidos de América en las conversaciones en México, no se cumplirán, el chavismo lo ha demostrado y lo seguirá haciendo. Desde Hugo Chávez hasta Maduro, el uso de los poderes institucionales, ilegalmente elegidos y parcializados totalmente en sus decisiones, han favorecido al régimen. Aquí entra una variable que se debe considerar cuando se evalúa la calidad de las democracias: no solo se debe respetar el origen del elegido, sino el desempeño de sus funciones. Solo de esa manera se puede determinar si el sistema respeta o no los fundamentos que lo sostiene.
Inteligentemente, MCM comenzó a trabajar -con antelación- en su proyecto político. Sus desaciertos en su discurso inicial los fue corrigiendo, haciéndolo menos radical y más incluyente, hasta que llegó su momento. El grupo de Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ) y Un Nuevo Tiempo (UNT) comenzó a mostrar sus grietas y su abierto compromiso con el régimen de Maduro, este último afanado por lograr sus objetivos de eliminación de sanciones, reconocimiento e impunidad. En las conversaciones de México, aparentemente avanzó lentamente, pero sus expertos cubanos saben lidiar con los gringos.
Durante 60 años, la dictadura cubana fue pragmática, negoció con “dios y con el diablo”. Chuleó a los gringos cuando necesitó resolver sus problemas internos, con las remesas que le dan de comer al mísero pueblo, y con el Éxodo de Mariel (1980) para quitarse sus conflictos facilitando la salida de 125.000 cubanos, ahora se hace pasar como víctima de las sanciones económicas, un discurso que extrapolaron a la realidad de Venezuela, donde gran parte de su población y ola comunidad internacional avala esa absurda tesis, mientras el régimen oculta el origen de una crítica situación generada por su corrupción e ineptitud, pero, como decía el estratega de la propaganda Nazi, Joseph Goebbels: “Una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad”. Efecto que se refleja en los empresarios, los políticos del G3, analistas de todo tipo y el común de la gente.
La estrategia de MCM de recorrer el país, despertar a los venezolanos de ese letargo, contactar a líderes y organizaciones internacionales, asistir a foro y discutir ideas, le permitieron fortalecer su imagen, proyectándola como la favorita para derrotar a Maduro. Al mismo tiempo, generó un frente común en su contra: El régimen y el G3. La opción de “la cohabitación”, planteada en octubre de 2022, por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en la que compartirían el poder ambos bandos, generó una doble opción, con un grupo “blandengue” que garantizara la impunidad de la nomenclatura (AD, PJ y UNT) y otro opuesto a esa indulgencia representado por Machado.
En el fondo, la decisión de Amoroso no debía extrañar a Machado, luego de la petición de inhabilitación por parte del alacrán, José Brito (ex MAS, Podemos y PJ). Este oscuro personaje integró un grupo de siete diputados de la AN-2015, que defendió al corrupto chavista hoy detenido en EUA, Alex Saab. Este denunciante tarifado conformó una comitiva que hizo una gira secreta por Europa (2019) en defensa del rey del Clap. El resto de la comitiva la integraron Conrado Pérez (PJ), Adolfo Superlano (Prociudadanos), William Barrientos (UNT), Chaim Bucarán (UNT), Héctor Vargas (UNT) y José Luis Pirela (Movimiento Progresista), quienes financiados por Sabb visitaron Alemania, Suiza, Francia, España, Bulgaria, Portugal y el principado de Liechtenstein. Carlos Herrera, editor del portal Primicias24, también formó parte del grupo (Armando Info 16 de enero de 2020 publicó la investigación con fotografías).
La supuesta inhabilitación no tiene peso jurídico señalan expertos con Román Duque Corredor, pero el atropello constante al Estado de Derecho es evidente. Ya Chávez y Maduro lo han puesto en práctica, similar a lo hecho por el dictador disfrazado de demócrata nicaragüense, Daniel Ortega. Es parte del guion del Foro de Sao Paulo (FDS), dirigido ahora por uno de sus fundadores, Ignacio Lula da Silva, ya que el otro murió, Fidel Castro de Cuba.
Entre el 29 de junio y el 2 de julio de 2023, el FDS (forodesaopaulo.org) revisará su agenda política como lo ha hecho anteriormente, definiendo a quienes deben combatir. En su documento final de 2018, se detalla que escogieron a Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñeira (Chile), Iván Duque (Colombia) y Lenín Moreno (Ecuador). La escala de las protestas violentas se desataron en 2019, demostrando que su poder destructivo era ilimitado, contando con los aliados de derechos humanos cuyo poder sancionador o denunciante los acompañan y avalan sus actos. De esa estrategia surgen Pedro Castillo, Alberto Fernández, Gustavo Petro y Gabriel Boric.
No es casualidad que previo a su reunión en Brasilia, saquen del juego a MCM y al expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro (inhabilitado por 8 años), mientras el corrupto más grande de Latinoamérica, Lula da Silva, es exonerado de culpa. La izquierda sabe utilizar el andamiaje democrático internacional y eso ocurrió con la decisión de 2017 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que ordenó al Estado colombiano restituir los derechos del inepto y corrupto, Gustavo Petro, sancionado por la Procuraduría General de la Nación, dadas sus acciones dolosas durante su gestión en la Alcaldía de Bogota, decisión que le permitió posteriormente ganar la presidencia en 2022.
La izquierda latinoamericana sabe moverse en las aguas de la legalidad, los derechos humanos y la manipulación de asuntos sensibles como la pobreza y los asuntos ambientales. Cuando las decisiones los favorecen presionan para que las cumplan, pero cuando no, ocurre lo que sucede en Nicaragua, Cuba y Venezuela. MCM es un objetivo político porque Venezuela, estratégicamente, es vital para los parásitos de La Habana y como fuente de financiamiento con sus petrodólares, tal como lo hizo Chávez y cuando tenía la botija llena, Maduro.
Luego del planteamiento de “la cohabitación”, planteada por el secretario General de la OEA, Luis Almagro (agosto 2022), la oposición se divide en dos, “la blandengue” del G3 que le garantizan impunidad y eliminación de las sanciones al régimen de Maduro y su nomenclatura, para así seguir el festín de la corrupción; y la línea dura de Machado que pide justicia y castigo a los corruptos y genocidas del chavismo. Lógicamente el frente “todos contra MCM” fusionó al G3 y al régimen y sus armas se enfilaron contra ella.
El crecimiento sostenido interno y externo de la candidatura de MCM, es impulsado por el apoyo de gobiernos y políticos democráticos como el Grupo iberoamericano IDEA, el Parlamento Europeo, Vox y PP de España, representantes de EUA, etc. Ese auge la colocó en el centro del huracán. Hace varios años, un gerente de un prestigioso banco de Venezuela, comentaba que la orden de la directiva era bajar el perfil de la institución para evitar problemas con el régimen y descartar la posible expropiación. Eso pasó con Machado, levantó el vuelo muy rápido y se convirtió en objetivo no solo del régimen chavista, sino de la inepta y corrupta izquierda latinoamericana, obsesionada con saquear, disfrutar del poder y eternizarse en él.
Ahí esta la esencia de la cacería. La respuesta de lo que puede venir, la da el pensador irlandés, Edmund Burke: “Lo único que necesita el mal para triunfar, es que los hombres buenos no hagan nada”.
@hdelgado10