Detienen al méxicano sospechoso de matar a 5 hondureños en Texas

251

Las autoridades en Texas arrestaron al sospechoso de matar a tiros a cinco vecinos de origen hondureño porque le habían pedido no disparar en su jardín. Igualmente fue detrenida su esposa y prosigue la búsqueda de nuevas conexiones.

Divimara Lamar Nava, de 53 años, esposa del sospechoso Francisco Oropesa, está detenida en conexión con el tiroteo del viernes en la noche, informó el jefe policial del condado Montgomery, Rand Henderson.

No es la única. Tim Kean, de la oficina de alguacil en el condado San Jacinto, habló de «varios arrestos» relacionados con el caso Oropesa, y adelantó que «otros están pendientes dependiendo de la investigación en curso. A esta altura es posible que tengamos el arma, pero tenemos que esperar al informe de balística».

Oropesa, un ciudadano mexicano de 38 años, fue arrestado el martes. La búsqueda de cuatro días concluyó cuando las autoridades, gracias a una pista recibida, hallaron al sospechoso escondido debajo de un montón de ropa en el clóset de una casa.

“Es un cobarde”. Así describió el alguacil del condado de San Jacinto, Greg Capers, al mexicano Francisco Oropesa, detenido este martes, tras cuatro días de cacería, por el asesinato de cinco vecinos hondureños en Texas, Estados Unidos.

Esposa de Francisco Oropesa

Capers detalló en conferencia de prensa que Oropesa fue detenido en una casa. Específicamente “en el clóset, debajo de la ropa”, en una ciudad del condado de Montgomery, a unos 50 kilómetros de la escena del crimen.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) recibió un tip que le permitió acercarse a la zona donde se ocultaba Oropesa, y revisó “casa por casa”. Más de 200 agentes participaron en la cacería del mexicano desde que el viernes asesinó a sus vecinos, incluyendo un niño de 9 años, molesto porque le habían reclamado por estar disparando su rifle AR-15 y no dejar dormir a un bebé.

Con ese mismo rifle, Oropesa, de 38 años y quien ingresó ilegalmente a Estados Unidos, asesinó a sus vecinos a sangre fría.

Oropesa estaba practicando tiro al blanco en su propiedad y los vecinos le habían pedido que se fuera más lejos porque el ruido no dejaba dormir a su bebé, según la policía.

El sospechoso será instruido de cinco cargos de asesinato, informó el jefe policial del condado San Jacinto, Greg Capers. Se fijó una fianza de 5 millones de dólares.

“Ahora pueden descansar en paz, porque él ya está tras las rejas”, dijo Capers sobre los familiares de las víctimas. “Pasará el resto de su vida en prisión por matar a esas cinco personas”.

El arresto puso fin a un amplio operativo policial que abarcó más de 250 personas de múltiples jurisdicciones y una recompensa de 80 mil dólares. El martes en la mañana, la policía había dicho que Oropesa “podría estar en cualquier parte”, subrayando cómo durante días las autoridades se esforzaban por dar con su paradero y reconocían abiertamente que no tenían pistas.

Todas las víctimas eran hondureñas. Wilson García, quien sobrevivió al ataque, dijo que amigos y familiares que se encontraban en la residencia intentaron ocultarse y protegerse a sí mismos y a los niños después de que Oropeza entró en el lugar y comenzó a disparar, asesinando primero a su esposa en la puerta principal.

Las víctimas fueron identificadas como Diana Velázquez Alvarado, de 21 años; Julisa Molina Rivera, de 31; José Jonathan Casarez, de 18; Sonia Argentina Guzmán, de 25; y Daniel Enrique Laso, de 9.

El Universal