El Gobierno de Nicolás Maduro no solo niega la emigración masiva de venezolanos, sino que también le manifiesta un claro desprecio.
La principal voz de Naciones Unidas, dedicado a atender las diferentes crisis que rodean a la migración masiva de venezolanos, sostiene que la situación «se ha complicado» y llamó a una mayor colaboración de la comunidad internacional, mientras que el Gobierno de Nicolás Maduro optó por «rechazar» la conferencia en la que se abordó este espinoso entorno.
Este 16 y 17 de marzo se celebró en Bruselas la conferencia internacional de gobiernos y entidades donantes para atender la migración venezolana, que según las agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) suma 7,2 millones de personas, prácticamente una cuarta parte de la población total de Venezuela, que salió de forma masiva especialmente a partir del año 2016.
El excanciller de Guatemala Eduardo Stein, nombrado como representante especial conjunto de ACNUR y la OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela, aseveró en Bruselas que la situación se ha «complicado», dado que se han sumado los desplazamientos por la región de ciudadanos de otros países, al tiempo que los contextos socioeconómicos en los países de acogida también se ven resentidos por el flujo masivo de migrantes.
Stein fue nombrado, en septiembre de 2018, para un inusual cargo con el fin de liderar las acciones tanto de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) como de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dedicadas al impacto en región de la salida masiva de venezolanos, bajo una plataforma conocida como R4V.
La reunión se cerró este 17 de marzo con el compromiso, liderado por la Unión Europea (UE), de recabar 860 millones para atender esta crisis humanitaria. Esta conferencia fue organizada de manera conjunta por ACNUR, OIM, UE y el Gobierno de Canadá.
El representante especial aseveró que los migrantes venezolanos siguen usando de forma mayoritaria los pasos irregulares, por encima de los puntos formales de migración.
Diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado que un problema que acompaña a migrantes y refugiados que huyen de Venezuela está en la falta de documentos. Tramitar un pasaporte puede representar al menos 200 dólares, a lo que deben añadirse sumas variables para «agilizar el proceso», ingresar los datos al sistema o cualquier traba que favorezca el pago de coimas.
En la conferencia se acordó solicitar la suma de 1.700 millones de dólares que se destinarán a los países de acogida, especialmente en Sudamérica, donde se concentra la mayor población migrante venezolana. El año pasado se solicitó una suma similar y apenas se recaudaron 676 millones de dólares, que no alcanzó a ser el 40% de lo requerido para atender esta emergencia humanitaria regional.
El mayor número de venezolanos se encuentran en estos países latinoamericanos: Colombia (2,4 millones), Perú (1,4 millones), Ecuador (502.000), Chile (444.000), Brasil (388.000), Argentina (171.000), Panamá (146.000), República Dominicana (115.000) y México (87.000).
El régimen de Nicolás Maduro rechazó esta conferencia, asegurando que fue «convocada con el objeto de rebuscar ingentes cantidades de dinero, además de ser un evento hostil» contra el país. Según un comunicado de la Cancillería en Caracas, la reunión celebrada en Bruselas fue «un espectáculo que solo sirve a los intereses mercantiles de algunos de sus participantes, quienes en convocatorias similares han administrado los recursos de manera opaca y sin ninguna rendición efectiva ante la opinión pública que intentan manipular».
«Obviamente el Gobierno ha rechazado esta reunión, como rechazó las anteriores, porque sencillamente ellos niegan la existencia de una crisis migratoria», resalta al ser consultada por DIARIO DE CUBA la investigadora Ligia Bolívar, exdirectora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello.
La columnista Dulce Yumar asevera que en el caso de la migración masiva de venezolanos, el Gobierno de Maduro no solo niega su existencia, sino que también le manifiesta un claro desprecio: «Los discriminan al presentarlas como personas que se van engañadas, manipuladas y luego explotadas como si de cierta manera merecen su tragedia, porque no aceptan vivir en Venezuela».
Yumar recuerda que la salida de una cuarta parte de la población, de Venezuela, en cuestión de pocos años, es solo comparable a países que han sido azotados por una guerra o un desastre natural de envergadura, cosas que no han ocurrido en el país sudamericano.
Stein, por su parte, en la conferencia de Bruselas señaló que los países de acogida «han mostrado un liderazgo continuo en la respuesta a la crisis, al establecer iniciativas de regularización y facilitar el acceso a la salud, la educación y otros servicios sociales, y a la integración económica». Empero, enfatizó que «sus capacidades están al límite y requieren apoyo internacional urgente».
Por su parte, la red de organizaciones de la Compañía de Jesús en América Latina dedicadas a la migración hizo un llamado a los países democráticos que conformaron esta conferencia en Bruselas, recordando la necesidad de que Venezuela se produzca un cambio favorable.
«Como organizaciones de la Iglesia Católica pedimos a la comunidad internacional atender la situación humanitaria en Venezuela e insistir en una salida democrática y pacífica a su crisis, ya que —mientras esta persista— migrar seguirá siendo la única salida para salvaguardar la vida de muchas personas», señalaron las entidades jesuíticas de la región.