Les presento rápidamente a Genaro García Luna: ingeniero de 54 años, después de una carrera de continuo ascenso en el área policial y de investigación criminal, en México, ocupa durante el gobierno de Felipe Calderón de 2006 hasta 2012 el cargo de secretario de Seguridad Pública. Fue calificado como el zar antidrogas del Estado mexicano, esto es, ha sido calificado como el hombre fuerte después de Calderón en ese período presidencial.
Desde allí impulso una política agresiva contra el narcotráfico conocida como “la guerra contra el narco” que dejó 250 mil muertos.
Ha sido señalado por fuentes ligadas al Chapo Guzmán como un hombre del Cartel de Sinaloa y de haber recibido, en efectivo, millones de dólares para llevar cocaína a los EE. UU, no interfiriendo en los envíos de la droga, revelar información a los narcotraficantes sobre operaciones de control, eliminación de miembros de carteles rivales y de colocar funcionarios corruptos en puestos de poder.
El caso es que esta semana fue hallado culpable de los cinco delitos que se le imputaban: “tres por conspiración de narcotráfico, uno por pertenencia continua de organización criminal y otro por emitir declaraciones falsas a las autoridades estadounidenses cuando solicitó la ciudadanía de ese país en 2018”, aunque la defensa argumentó que solo había testimonios y no pruebas concretas, el jurado lo encontró culpable de todos los cargos arriba mencionados.
¿Por qué traigo este caso y lo vinculo al chavismo madurismo?, bueno, primero porque, mas allá, de que ya antes del veredicto del jurado había sido declarado culpable por funcionarios el gobierno de AMLO, en su interés de sacar provecho político y culpabilizar a sus opositores, el caso de García Luna revela la relación entre el estado y los poderes del Estado con organizaciones criminales, por un lado y la impunidad de los delitos por otro.
Como en México, esa relación entre Estado y organizaciones criminales se dan en Venezuela. Esta relación no es de ahora; esa relación esta registrada en el país desde finales de los 90 cuando la FARC utilizó el territorio venezolano como puente para llevar la droga a los EE. UU y Europa con el apoyo de la Fuerza Armada venezolana. Desde 1993, se viene registrando la relación entre las Fuerzas Armadas, específicamente, a través de la Guardia Nacional, encabezada por el general Guillen Dávila, jefe antidrogas, y quien le sucede Orlando Hernández Villegas. Desde entonces se menciona al Cartel de los Soles, organización jefaturada por generales de la Fuerza Armada venezolana y que se consolidad a partir del 2000 ya bajo la hegemonía política de Chávez en el poder.
Con Chávez en el poder el negocio del narcotráfico se expandió, corrompiendo al Ministerio Público, al Sistema Judicial y a elementos importantes de las Fuerzas Armadas, se llegó a permitir la salida por territorio venezolano del 90% de la producción de cocaína colombiana hacia EE.UU y Europa.
El país se convirtió así en la ruta mas segura para el tránsito de la cocaína que termino por consolidarse, una vez que Chávez en 2005 expulsa a la DEA del país.
Según las agencias de inteligencias norteamericanas y británicas señalan que personal de confianza de seguridad de Chávez, la Guardia Nacional y aviones de la Fuerza Aérea custodian aviones colombianos cargados de droga.
Se produce un cambio importante en el negocio del narcotráfico, pues elementos de las fuerzas armadas, tanto de la Guardia Nacional Bolivariana como de otras ramas de la Fuerza Armada pasaron de extorsionadores de los narcotraficantes a compradores, almacenadores, transportes y ventas de la cocaína, aquí la vinculación se optimiza. Así el juez Aponte Aponte quien es retirado de sus funciones por la Asamblea Nacional chavista por vínculos con el narcotráfico, al huir a EE:UU confiesa que fue obligado a absolver a un general comandante que tenía conexiones con dos toneladas de cocaína y además señala al exministro de defensa Henry Rangel y a Cliver Alcalá Cordones como miembros del cartel de los soles, otros oficiales son señalados de trabajar con carteles mexicanos.
En fin, la historia del narcotráfico y su vinculación con el régimen chavista ha sido demostrada y en algún momento habrá que sacarla plenamente a la luz. Y debe ser así, pues, los involucrados en el negocio señalan al mismo presidente Maduro, a su esposa Cilia Flores, Diosdado Cabello, Freddy Bernal, Néstor Reverol, al actual ministro de Defensa Padrino López, los llamados narcosobrinos (Efraín Campos Flores, Francisco Flores de Freitas) encontrados infraganti en Haití negociando una cantidad nada despreciable de cocaína con agentes de la DEA infiltrados.
Volviendo a la relación con el caso de García Luna, además de lo señalado, es que tanto Maduro como Diosdado Cabello, para citar los dos casos mas emblemáticos han sido señalados con los mismos cargo del exjefe de seguridad mexicano, por la relación estable y duradera con el narcotráfico colombiano y su apoyo a la FARC y al ELN protegiéndolos y facilitando en calidad de socios, el tráfico de cocaína.
Los cargos que recaen sobre Maduro y Diosdado Cabello son: Conspiración para transportar y distribuir cocaína, pertenecer a una empresa criminal. Sobre sus cabezas se ha puesto una recompensa tentadora 15 millones y 10 millones de dólares respectivamente. A ellos, como a García Luna, les llegará su hora, probablemente será un sábado.
@enderarenas