Los analistas Mirna Yonis, Antonio De La Cruz, Enderson Sequera y Fidel Canelón plantearon sus perspectivas sobre la nueva muestra de comunicación directa entre Joe Biden y Nicolás Maduro, que deja a un lado a la dirigencia opositora y que aleja la posibilidad de una justicia en una instancia internacional tan importante como la estadounidense.
El sábado pasado quedaron en libertad, por una parte, Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas —que cumplían una pena de 18 años de cárcel por haber intentado ingresar a Estados Unidos 800 kilogramos de cocaína en 2015—. Y, por otra, 5 exdirectivos de la refinería Citgo: Jorge Toledo, Tomeu Vadell, Alirio Zambrano, José Luis Zambrano y José Pereira; además del exmarine Matthew Heath y Osman Khan.
Analistas plantearon a El Nacional las perspectivas que surgen con esta nueva muestra de comunicación directa entre Joe Biden y Nicolás Maduro, que deja a un lado a la dirigencia opositora y que aleja aún más la posibilidad de que los venezolanos encuentren justicia en un país tan clave e importante como Estados Unidos.
Mirna Yonis, miembro del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales, considera que este intercambio revela la trastienda de las negociaciones, donde están mezclados los intereses de los gobiernos de Estados Unidos y de Venezuela y que tendrán consecuencias, aunque no se puede dilucidar cuánto están cediendo o ganando las partes.
“Una puerta de entrada”
Yonis afirmó que desde la administración estadounidense habrían apostado a que esto sea una “puerta de entrada” para pedir otras cosas a Venezuela en el futuro. Los asesores de la Casa Blanca, incluso el propio Biden, tendrían claro cuál es la calidad de confianza que pueden tenerle al gobierno de Maduro, más aún si creen que eso significaría un avance para ir hacia algún encuentro o una mesa de negociación.
“Parece que la consigna de ambas partes es tener un prudente silencio. No confío mucho en el prudente silencio por parte de Maduro porque va a exaltarlo como parte de un triunfo, aunque es un triunfo pírrico frente a lo que hasta ahora no se anuncia, que es una disminución en términos de las sanciones a bienes y otras operaciones, sobre todo las que le interesan al gobierno, y algunos podrían apostar también a los proveedores gringos sobre las facturas petroleras”, manifestó la internacionalista.
“Biden antepone sus intereses”
Antonio De La Cruz, director ejecutivo de Inter American Trends, dijo que la Casa Blanca tiene interés en que regresen sus ciudadanos que están bajo custodia de regímenes como el de Venezuela y resaltó que presos como los Flores constituyen para esta administración una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos.
“Eso significa que sus intereses predominan para buscar liberar a rehenes estadounidenses en países donde los han capturado como política para presionar a Estados Unidos para que tome decisiones con respecto a su política exterior”, dijo.
“El tema es que esos intereses pueden traer consecuencias si se considera que esto —hacer llegar los liberados (estadounidenses) a sus respectivas familias— le puede dar un rasgo más humano y así ganar votos, como ha sido señalado”, agregó.
El canje, indicó la experta, no tendrá beneficios para Biden frente a sus adversarios, ya sean republicanos o algunas alas dentro del propio Partido Demócrata.
“A esto hay que sumarle los lobbies de las distintas nacionalidades, en los que están los venezolanos que han migrado a Estados Unidos —no solamente los que se fueron hace algunos años, sino los que tienen un estatus para votar— y que pueden incidir en la opinión pública en algunos estados y zonas golpeadas por las acciones del gobierno de Estados Unidos, desde el punto de vista federal, y de las gobernaciones”, señaló.
“Un terrible precedente”
En opinión del politólogo Enderson Sequera, director estratégico del medio digital de análisis político Politiks y expresidente de la Federación Venezolana de Estudiantes de Ciencias Políticas, el canje de “presos políticos americanos inocentes por narcotraficantes probados” es un “terrible precedente” para la democratización en Venezuela.
“Básicamente, la administración Biden envía un mensaje a Maduro —y a sus aliados autócratas alrededor del mundo— de que lo único que necesitan para torcer el brazo del sistema de justicia americano es tomar rehenes estadounidenses para usarlos como ficha de cambio. Este canje crea incentivos perversos que los autócratas y enemigos de la democracia usarán para sentarse a negociar directamente con Estados Unidos”, dijo.
“(También) envía un mensaje terrible a las víctimas del chavismo en Venezuela, (donde) no hay Estado de Derecho. Muchas de las víctimas confían en los tribunales internacionales para que se haga la justicia que no reciben en casa. Con este intercambio, el gobierno de Biden le dice a las víctimas que la justicia tendrá que esperar”, afirmó.
Sequera expresó que mientras el presidente norteamericano recuperó a siete ciudadanos y Maduro a sus dos sobrinos, los venezolanos perdieron la oportunidad de hacer justicia.
El politólogo Fidel Canelón, profesor asociado a la escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, no considera sorpresivo el canje. Afirmó que este tipo de “acciones diplomáticas” entre países es más frecuente de lo que se cree: “Son herramientas de la diplomacia desde hace muchísimo tiempo, de manera que esto no es nada sorprendente; quizá las circunstancias, que no se conocía nada, eso por supuesto ha causado un impacto muy grande”, afirmó.
Destacó también que las personas que le interesaban a Maduro no eran presos políticos, sino enjuiciados por narcotráfico.
“No sé si hay precedentes explícitos en este sentido en Estados Unidos, que es tan duro en el tratamiento del narcotráfico, pero no sería de extrañar. Conocemos cómo es la justicia norteamericana: procede con mecanismos de intercambio de información y hasta puede dar la libertad según el tipo de condena. Esas son herramientas de la justicia de cada país y, en este caso, de la norteamericana”, señaló.
Canelón no descartó que detrás de la liberación de los estadounidenses esté una intención preelectoral de Biden porque este tipo de medidas hacen que tenga popularidad.
Casa Blanca, ¿débil ante Maduro?
La internacionalista expresó que las posibles debilidades en la Casa Blanca dependerán no tanto de la propia liberación de los Flores, sino de cómo podrá manejar el escenario que se presente. En lo político, analizó, parece que midió los costos y riesgos de esa decisión y que en corto tiempo puede haber resultados del impacto en la política interna de Estados Unidos. También frente al contexto regional, de cuánto valen las sanciones si se negocian de otra manera.
Sequera expuso asimismo que si Maduro hubiese intercambiado a sus sobrinos, por ejemplo, a cambio de levantar las inhabilitaciones de líderes de la oposición podría hablarse de “tragar sapos” y de una operación en donde los venezolanos ganaron en la restitución de derechos. Sin embargo, consideró que por el momento el canje solo fortalece la imagen de extrema debilidad de Washington hacia Venezuela.
“Yo agregaría algo más: la administración Biden de momentos se muestra indiferente, como si el tema no le interesara. Con la escalada de la guerra en Ucrania que, sin lugar a dudas, ha demandado atención del gobierno de Biden, veo muy poco probable que esta posición ante nuestra crisis cambie, al menos en los próximos meses, a una postura más firme”, observó.
Canelón consideró que no se trata de una señal de debilidad de Biden sino de una política más paciente, más elaborada y con más diplomacia en el tratamiento de las relaciones con Maduro.
“No lo veo, para nada, como una señal de debilidad. Hay una serie de cosas que tampoco conocemos y que se pueden estar negociando. Hemos visto la advertencia de funcionarios norteamericanos a Maduro, pidiéndole volver a la mesa de negociación. Vamos a ver si eso realmente se plasma o si sencillamente Biden seguirá con esta política de entendimiento directo con Maduro”, expresó.
“Un logro” para el chavismo
Franqui Flores y Efraín Campo cayeron en Haití en noviembre de 2015 en una operación secreta coordinada por la Administración de Control de Drogas. Dos años después, en diciembre de 2017, una corte de Nueva York los condenó a 18 años de prisión por intentar traficar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos.
Antonio De La Cruz considera que el indulto a los “narcosobrinos” supone un logro para el gobierno de Maduro.
“El régimen tiene la narrativa de que (la detención por narcotráfico) fue un montaje y, por lo tanto, fortalece el liderazgo de Maduro dentro de su partido y del país. Lo hace en un proceso para ir a una solución política de la crisis —Estados Unidos ha propuesto unas elecciones libres, justas y competitivas—. Maduro, en ese sentido, sale fortalecido”, expresó el director de Inter-American Trends.
Recordó que Juan González, asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental del gobierno de Biden, ha considerado que la solución para la crisis de Venezuela debe surgir de las negociaciones en México —congeladas por el régimen de Maduro en protesta por la extradición de Alex Saab a Estados Unidos—, donde se establezca una agenda electoral.
De La Cruz insistió en que la Casa Blanca piensa que tener una actitud colaboracionista es un modo de llevar a Maduro a una negociación donde finalmente salga humo blanco para una hoja de ruta electoral, que podría adelantarse para 2023, con una cancha todavía desnivelada de la oposición.
Afirmó que unas elecciones con garantías democráticas le darían legitimidad de origen al nuevo presidente y, si fuese Nicolás Maduro el ganador, tendría legitimidad de origen y se restablecerían las relaciones de Estados Unidos con Venezuela. Y aseguró asimismo que el presidente colombiano Gustavo Petro es “un gran aliado” de Maduro que le sirve como plataforma para que logre un estatus de legitimidad ante la comunidad internacional.
Sequera, sin embargo, cree que la comunicación directa entre la Washington y Caracas significa un retroceso y un grave error porque termina de empoderar a Maduro y, en consecuencia, disminuirán los incentivos para que el régimen negocie con la oposición. “Si Maduro puede torcer el brazo del sistema de justicia americano negociando directo con Biden, ¿para qué va a querer ir a negociar con la oposición en México?”, cuestionó.
El problema no es volver a México
Dijo el politólogo que el problema no está en que el chavismo y la oposición regresen a México, sino en construir los incentivos necesarios para que se logre un acuerdo político que lleve a los venezolanos a la democratización. Afirmó que el chavismo ha demostrado un manejo hábil de los tiempos de los procesos de negociación.
“El problema no es anunciar mañana una vuelta simbólica y cosmética a las conversaciones”, manifestó.
Resaltó que Maduro solo ha mostrado disposición a iniciar negociaciones cuando está bajo mucha presión y, de momento, esa presión no existe: “Está estable en el poder y pudiendo mostrar a su base a sus sobrinos como un trofeo de cuando venció en una negociación a Estados Unidos”.
Se demostró, opinó Yonis, el poco músculo que tiene la oposición para ejercer presión, aunque Biden sigue reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y, por lo tanto, a sus comisionados y delegados en Estados Unidos. Pero, afirmó, no ha habido mayores concesiones, una situación que además ha generado incertidumbre en los venezolanos que migran hacia el norte.
“Toda una serie de situaciones arrastradas por la dualidad de gobiernos (en Venezuela) y por el reconocimiento del gobierno de Biden, que previamente hizo (Donald) Trump. Dos gobiernos que, en la práctica, no lo son si consideramos que las acciones efectivas desde el punto de vista interno están neutralizadas totalmente. El clima electoral en Venezuela por unas elecciones primarias muestra una vez más las debilidades y falta de músculo, casi una situación de desnutrición política”, expresó.
Canelón añadió que la debilidad de la oposición venezolana ha sido uno de los elementos que ha llevado a la Casa Blanca a establecer una comunicación directa con Miraflores.
“El hecho de que no haya una presión interna ha generado que el gobierno de Biden tenga esta política más paciente. No tiene la impulsividad de la política de Trump, que no fue para nada eficiente, sino que es como una política llena de paciencia, que está esperando, quizá, que se den algunos avances en otros elementos. Pero no tenemos información acerca de qué se está eventualmente negociando. Que no sea la simple libertad de Alex Saab, como se rumorea, sino cuestiones de la política interna de Venezuela, con nuestra agenda política concreta”, manifestó.
“Depende de los venezolanos”
El director ejecutivo de Inter American Trends cree que, en los términos de las fuerzas democráticas venezolanas, hay un mensaje fuerte: “Al tratarse de los intereses de Estados Unidos, es muy claro que resolver la crisis de Venezuela depende de los venezolanos. Estados Unidos solamente acompaña esta solución y no el supuesto de que lucha contra los autoritarismos en el mundo y enfrenta a estos dictadores para establecer la democracia y la libertad en los países”.
“Este baño de realidad es muy fuerte porque los venezolanos tenemos que enfrentarnos solos a Maduro, considerando que la Misión de Determinación de Hechos concluyó que Maduro y su estructura son una organización que comete crímenes de lesa humanidad. Biden negoció con el secuestrador y logró la liberación de siete estadounidenses, pero desde la perspectiva de los venezolanos estamos secuestrados y será muy difícil. Estados Unidos lo logró por su posición de fuerza, pero internamente en Venezuela es cuesta arriba llegar a una negociación para liberarse a sí mismo”, agregó.
De La Cruz manifestó que, ante esa realidad, los factores del Partido Socialista Unido de Venezuela que no acompañan a Maduro, al igual que la oposición democrática, tendrán que replantearse la lucha para evitar que el madurismo continúe en el poder. Y advirtió que si los factores democráticos de la oposición no anteponen el bien del país de los objetivos personales será difícil lograr una transición política.
“Si cometemos errores habrá Maduro para rato”, alertó.
“Oposición y venezolanos, perdedores”
Enderson Sequera dijo que el chavismo es el gran ganador del intercambio de detenidos y que la oposición y los venezolanos son los grandes perdedores.
“El chavismo no solo gana devolviendo a los sobrinos de Maduro, sino que gana porque amplía la línea roja de lo que es negociable para la administración Biden. Ahora, podrían volver a la negociación directa con Estados Unidos, por ejemplo, para exigir la liberación de Alex Saab u otros temas de interés estratégico”, sostuvo.
Explicó asimismo que los opositores perdieron por la disminución de los incentivos para que el régimen se vea obligado a regresar a la negociación y, en última instancia, los muestra impotentes y como “una especie de actor de reparto” en la crisis de Venezuela.
Así, continuó el politólogo, se profundiza la asimetría de poder entre las partes y, a su vez, esto podría convertirse en un elemento de división en el seno de la oposición.
“Es el pueblo venezolano el que ve esfumarse su anhelo de justicia en las instituciones internacionales. En adelante, el mensaje es claro: la justicia queda supeditada a los intereses de los Estados de turno. En el contexto de lo narrado en el tercer informe de la Misión de la ONU sobre Venezuela, esta es una perspectiva devastadora y desoladora de nuestra crisis”, dijo.
¿Qué va a pasar ahora? Las hipótesis
El director estratégico de Politiks dijo que la política de Biden hacia Venezuela dependerá de sus próximos pasos, pero planteó dos hipótesis.
“La primera, sostenida desde sectores de la oposición, es que habrá un relanzamiento de las sanciones para forzar a Maduro a negociar en México. Argumentan que la razón sería hacer lucir a Biden más firme de cara a las elecciones de mitad de mandato. Para mí, esto luce muy poco probable”, señaló.
“La segunda opción es que se siga consolidando la línea de comunicación directa entre Caracas y Washington. ¿Cuál podría ser el siguiente tema a negociar? Levantamiento progresivo de las sanciones sectoriales petroleras. ¿Qué exigir a cambio? Restitución de derechos políticos para las primarias de la oposición y mejores garantías electorales para 2024”, agregó.
Esta última, para Sequera, parece lo más viable.
El caso de los “narcosobrinos”
En julio de 2016 los dos sobrinos de Cilia Flores admitieron que intentaron contrabandear 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos. Todo esto ocurrió en momentos en los que crecían las revueltas políticas y se dinamitaba el descontento de los venezolanos por la imparable debacle económica, que ocasionó meses intensas protestas antigubernamentales.
Campo, de acuerdo con The Associated Press, aseguró en ese entonces a los agentes de la DEA que la droga provenía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
También se describieron presuntas conexiones de alto nivel con el gobierno que facilitarían el traslado de la cocaína a través del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía y que también evitarían que el avión con el cargamento fuese rastreado por organismos de seguridad. En una declaración, los Flores señalaron que la aeronave despegaría como si alguien de la familia estuviera a bordo.
“Campo dijo que tenía problemas financieros y ganaba apenas 800 dólares a la semana de una flota de taxis que tenía en Panamá, según los documentos. También describió que fue desairado por su primo Erick Malpica Flores, en ese momento director de finanzas de la estatal petrolera Pdvsa, en un plan para cobrar comisiones a los comercios que intentaban cobrar adeudos de la compañía”, reseñó AP.
El joven, que en ese entonces tenía 29 años de edad, dijo que quería ganar 20 millones de dólares provenientes del narcotráfico para irse a vivir a Estados Unidos con su esposa y su hijo, agregó la agencia de noticias.
Cilia Flores apenas llegó a hablar de la situación de sus sobrinos, al igual que Maduro. La “primera combatiente” aseguró en una ocasión que a sus sobrinos los “secuestraron” los agentes antidrogas estadounidenses.
San Vicente y las Granadinas, aliado rojo
Mirna Yonis dijo que otro punto que debe mencionarse, que parece poco visible en algunas publicaciones y que se ha señalado un poco en los medios caribeños, es que la liberación de los “narcosobrinos” ocurrió en San Vicente y las Granadinas.
La analista internacional, que se ha especializado en los estudios de la región del Caribe, señaló que San Vicente y las Granadinas ha sido aliado de Venezuela, no solo en la época de Hugo Chávez, sino en la actual gestión de Nicolás Maduro. Y recordó que la revolución bolivariana condonó en abril pasado la deuda de 70 millones de dólares que mantenía San Vicente y las Granadinas con Petrocaribe.
Luis de Jesús @Luisdejesus_ / El Nacional