“El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino el que es capaz de dominarlo”. Nelson Mandela
En el fútbol las reglas claras de un juego penalizan la llamada posición adelantada —Offside— cuando por viveza o descuido un jugador pretende sorprender a sus contrarios. Sin embargo, el deber de imparcialidad del árbitro detiene la pícara intención al sonar el silbato. Por ello, en el deporte como en la política, las pautas de juego deben ser transparentes, pero en nuestro país eso choca con otras realidades. Lo digo porque días atrás el jefe de Miraflores advirtió a todo pulmón que las elecciones del 2024 podrían ser adelantadas el año entrante, cual si se tratara que él estuviese ungido de un poder divino, cuando es el CNE por mandato de la Constitución de la República Bolivariana el que debe determinar, anunciar y organizar los comicios.
No obstante, la suspicacia de los venezolanos nos pone a pensar que el anuncio del presidente Nicolás Maduro, a falta que el CNE diga algo, —imposible por el estado de invernación en el que está—, también busca conocer la reacción, atención y si no está “pillao” el sector opositor venezolano en cuanto a esa posibilidad de adelantarse alguna fecha, en momentos cuando la escogencia del candidato de la unidad sigue sin definirse. Quizá eso podría ser en el segundo trimestre de 2023. Por lo pronto ya son más que el número de dedos de dos manos los aspirantes a disputarle la silla a quien la ocupa en Miraflores desde el fallecimiento de Hugo Chávez Frías, “ratificado” en 2018 y preparado en continuar atornillado en la anhelada silla que cualquier político venezolano de éste o tiempos anteriores ha soñado. Durante un acto político del Psuv, escasos días atrás, el heredero del de la frase del “por ahora” que tanta sangre, sudor y lágrimas nos ha costado a los venezolanos dijo que “lo cierto es que nosotros estamos preparados para cuando haya elecciones, salir a una gran victoria popular, revolucionaria, cuando sea, donde sea y como sea. Si tú quieres, yo quiero”.
Sea o no cierto, mamadera de gallo o medir el pulso de la llamada Plataforma Unitaria, lo inobjetable es que la oposición tiene el deber y compromiso de no hacer de ese proceso de elección de primarias otro capítulo estéril, fracasado o convertirlo en otra frustración de la gran mayoría de quienes están dentro o fuera del país, ganados, dispuestos y esperanzados en salir de esta pesadilla populista a través del voto. Cada uno superando el derroche de físico, egos, individualismo y sectarismo como aspirantes de uno u otro sexo a hacer posible la unidad a toda costa. Asimismo, la lectura es un “Mensaje a García” para el radicalismo de algunos que aún no ponen los pies sobre la tierra, sino que defienden la que ellos llaman “la estrategia del coraje” que lamentablemente envió a la otra vida a decenas de valiosos jóvenes en distintas regiones del país. En todo caso como no se trata de un partido de fútbol ni de una diversión para drenar el estrés, los nacidos en esta tierra de gracia, llamada Venezuela, estamos siguiendo en el día a día el propósito del proceso de primarias que este viernes cierra el lapso de postulaciones de candidatos.
Lo conocido es que el pasado domingo a través de un comunicado, la Plataforma Unitaria anunció que llegó a un acuerdo definitivo en relación con el reglamento de las primarias. No ofrecieron mayores detalles sobre el reglamento, sólo se informó que culminado el proceso de postulación la etapa que sigue es integrar a la Comisión de las Primarias, empezándose a seleccionar a sus integrantes.
Una vez designados estos notables, probos y nada sospechosos hombres o mujeres de la sociedad civil, se hará un acto público en el que se presentará el reglamento definitivo, el cual se culminó “luego de una amplia consulta con sectores políticos y de la sociedad civil”.
Seguramente, porque no todo puede ser perfecto en la viña del Señor, habrá cada vez más opinadores, detractores y críticos malsanos al esfuerzo de construir la Unidad Opositora, deslizando dardos cargados de odio, cizaña y resentimiento contra figuras y/u organizaciones políticas. Eso veremos suceder en días, semanas o meses desde el oficialismo que sabe y les aterra ser desplazados del poder a punta de votos que están tomando forma en el aluvión electoral de las próximas presidenciales. En tanto, otros que dicen ser “opositores”, pero cargados de intenciones similares, seguirán afilando el metal de su misión destructiva, cuando lo que toca es unir voluntades, deseos y esfuerzos por una objetivo en común. No olvidemos que “todos los caminos conducen a Roma”.
José Aranguibel Carrasco