La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela presentó este martes su tercer informe sobre la violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad en el país.
Allí detalla el papel que desempeñan la personas involucradas en estos sucesos, que forman parte de los distintos niveles de las cadenas de mando del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
La Misión asegura que ambos organismos de seguridad del Estado ejecutan un plan dirigido por Nicolás Maduro y otras autoridades de alto nivel con el objetivo de reprimir a dirigentes de la oposición.
Los expertos de la ONU señalan que los funcionarios del Sebin y de la Dgcim aplican torturas de extrema gravedad, constitutivas de crímenes de lesa humanidad.
«El Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y a sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos», afirma el informe de la Misión.Anuncios
La Misión de la ONU asegura, además, haber documentado los casos de 173 víctimas sometidas a tortura, violencia sexual y a otros tratos inhumanos en centros de servicios de inteligencia.
Cadena de mando
Nicolás Maduro
Es considerado la cabeza de la cadena de mando por ser el comandante en jefe de la FANB. Ante ello, la Dgcim depende funcional y organizativamente del presidente y del Ministerio de Defensa.
El informe señala, basado en distintas fuentes, que Maduro es la persona que da órdenes directas a Iván Hernández Dala, director general de la Dgcim.
Estas órdenes son transmitidas en persona o por teléfono, pero nunca por escrito.
Iván Hernández Dala
El mayor general está al frente de la Dgcim desde enero de 2014, en reemplazo del entonces general Hugo Carvajal Barrios.
La Misión asegura en el informe que «cada vez más» depende directamente de Maduro, mermando la participación del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, en las órdenes.
Pasa parte de su tiempo en Boleíta, lugar de ubicación de la sede del organismo, y otra parte en el Palacio Presidencial de Miraflores.
Carlos Ramón Enrique Carvallo Guevara
Ocupa el cargo de subdirector de la Dgcim desde el 21 de agosto de 2020, en sustitución del general de división Blanco Marrero, quien obtuvo la designación en 2018 luego de que el general Cristopher Figuera se rebelara a Nicolás Maduro.
Carvallo Guevara es general de división. Estuvo varios años en la región andina de la Dgcim. Además, trabajó en la Inspectoría General de la Dgcim.
Alexander Granko Arteaga
Es el director de la DAE (Dirección de Asuntos Especiales) desde finales del año 2017. Los expertos de la ONU señalan que el director de la Dgcim, Hernández Dala, da órdenes directas a la DAE pasando a menudo por encima de la Dirección Especial de Investigaciones Penales y Criminalísticas (Deipc).
«La DAE tiene prioridad sobre la Deipc para llevar a cabo investigaciones sobre disidentes reales o percibidos», dice el informe.
Granko Arteaga siempre ha sido considerado el hombre de más poder en la Dgcim porque actúa en nombre de Hernández Dala.
En el informe también se explica que la DAE solicita apoyo de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional Bolivariana, entre otros, en determinadas investigaciones.
Un exempleado de la Dgcim le refirió a la Misión que la DAE es conocida internamente como la mano negra de Hernández Dala. Otras personas entrevistadas por la Misión dijeron que Granko Arteaga también depende directamente de Nicolás Maduro.
Asdrúbal José Brito Hernández
Es teniente coronel y jefe de la Deipc. Este cargo lo ocuparon anteriormente Wilman Nabor Hernández Aquino (2013-2016), Franco Quintero (2016-2018) y Hannover Esteban Guerrero Mijares (2018-2019).
Varias fuentes refirieron a la Misión que en el caso de objetivos políticos, el presidente Maduro aprueba y a veces también ordena la detención de opositoras y opositores reales y percibidos del gobierno.
«Un exempleado de la Dgcim le expresó a la misión que Hernández Dala le llevaba al presidente Maduro informes de investigación preparados por la Deipc para su aprobación».
Diosdado Cabello
Varios testigos describieron a la Misión la influencia de Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, en la cadena de mando de la Dgcim.
La Misión constató que Cabello ejercía una influencia significativa dentro del Sebin, «a pesar de que durante el período examinado no tuvo una posición dentro de la jerarquía de la organización».
Cabello además es diputado y jefe de la fracción parlamentaria del PSUV en la Asamblea Nacional, electa en 2020.
Tareck el Aissami
El informe detalla que información interna fiable indica que Maduro tiene un círculo íntimo de asesores de confianza, entre ellos Cabello. Aquí entra en juego Tareck el Aissami, pues forma parte de las personas a las que el oficialista consulta para impartir esas órdenes.
«Las decisiones se comunican luego a la cadena de mando, lo que da lugar a la comisión de violaciones y delitos».
El Aissami es ministro de Petróleo desde 2020. Además, fue vicepresidente de la República y ministro para Industrias y Producción Nacional de Venezuela.
Gustavo Enrique González López
En el caso del Sebin, la Misión señala al actual director general, Gustavo Enrique González López, al director de El Helicoide entre 2014 y 2018, Carlos Alberto Calderón, y a su número dos en ese período, Ronny González, como principales responsables de los abusos cometidos en este centro.
«Las torturas a los detenidos eran ordenadas en su mayoría por Gustavo González López y Carlos Calderón Chirinos. Si los agentes del Sebin se negaban a participar en los actos de tortura, Calderón Chirinos los golpeaba para intimidarlos ‘y así hacerse respetar».
Delcy Rodríguez
El informe incluye a la vicepresidenta ejecutiva del país e indica que conocía o debió haber conocido la comisión de esos delitos en el Sebin.
«A pesar de que tenía la autoridad efectiva para hacerlo, no evitó los crímenes y violaciones ni los reprimió», dice.
«Los cubanos entrenaron, asesoraron y participaron»
Exfuncionarios de la Dgcim también dijeron a la Misión que los cubanos “entrenaron, asesoraron y participaron en actividades de inteligencia y contrainteligencia con la Dgcim”.
El informe señala que esta colaboración se remonta al menos a un memorándum de entendimiento confidencial firmado en 2008 entre Cuba y Venezuela que encomendaba al Ministerio de Defensa cubano la supervisión de la reestructuración de los servicios de inteligencia militar venezolanos, incluso mediante la creación de nuevos órganos.
Exempleados de la Dgcim señalaron que los oficiales cubanos comenzaron a dirigir entrenamientos en la academia militar de Boleíta y a acompañar a los oficiales de la Dgcim en las oficinas regionales y en Boleíta.
“Los cubanos formulaban las instrucciones como sugerencias y no como órdenes, pero si un agente de la Dgcim no las seguía era marcado o marcada como persona de interés operativo”.
Nuevos insumos para la CPI
Ali Daniels, director de la organización Acceso a la Justicia, aseguró que este informe de la Misión de las Naciones Unidas aporta nuevos insumos para la investigación de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, en suspenso desde abril.
Señaló que se trata de un «riguroso» informe que aporta «insumos para la investigación que lleva a cabo la Fiscalía» de la CPI, ya que «pone de manifiesto» que en Venezuela «no se investigan las cadenas de mando», debido a que en esos hechos «están involucradas las más altas instancias del Estado».
«Solo se limitan a hacer, en casos muy contados, responsables a autores materiales, cuando en realidad se trata de políticas de Estado que se vienen ejecutando de una manera sistemática», argumentó.
El Nacional