Rosalind Mathieson: Seis meses de guerra

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Seis meses despuรฉs de la invasiรณn de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, y la guerra en el terreno estรก empantanada. Las fuerzas de Moscรบ luchan por avanzar, pero igualmente las tropas de Kyiv no las hacen retroceder.

La guerra se ha cobrado un precio terrible en Ucrania y su gente, causando numerosas bajas entre las tropas rusas y destruyendo gran parte de su maquinaria militar. Lo que Putin gana al final en Ucrania, en todo caso, estรก por verse.


Sin embargo, si su objetivo tambiรฉn era sembrar la agitaciรณn de manera mรกs amplia, podrรญa decirse que ya lo ha logrado.

La guerra ha repercutido mucho mรกs allรก de las fronteras de Ucrania. Se ha sumado a la escasez de alimentos existente a medida que la inflaciรณn se dispara en muchos paรญses, expandiendo la pobreza y la desesperaciรณn en los rincones mรกs pobres del mundo. El grano ucraniano puede estar en movimiento nuevamente despuรฉs de meses, pero aรบn va lento.

Putin estรก utilizando la energรญa como un arma con Europa, jugando con los gobiernos abriendo y cerrando el grifo del gas natural y disparando los precios, con advertencias de un invierno terrible por delante tanto para las empresas como para los consumidores.

Europa y EE. UU. se unieron detrรกs de Ucrania, enviando armas y ayuda financiera e imponiendo sanciones a Rusia, mientras que la OTAN se ha vuelto mรกs cohesionada y estรก ampliando su membresรญa a Suecia y Finlandia. Aรบn asรญ, la guerra ha exacerbado la divisiรณn entre las naciones del Grupo de los Siete y lo que a menudo se denomina el Sur Global.

Los paรญses de รfrica, Asia y Oriente Medio se han negado a firmar las sanciones y han actuado en gran medida como si todo fuera como siempre con Moscรบ. A algunos les ha molestado que se les haya pedido que adopten una postura mรกs crรญtica contra Rusia, diciendo, para empezar, que econรณmicamente no pueden permitรญrselo.

Muy poco le ha ido bien a Putin en Ucrania, un reflejo tanto de los pasos en falso de su propio ejรฉrcito como de la dura resistencia de los ucranianos.

Pero como alguien que prospera creando desorden en todo el mundo para aprovechar la influencia de Rusia, puede sentir que ha logrado al menos una versiรณn de su misiรณn.

Rosalind Mathieson/ Bloomberg