El pasado jueves 21 asistí a un foro promovido por Zulia Humana y la Escuela de Gobierno y Formación Política “Luis Beltrán Prieto Figueroa”, en el Gran Hotel Delicias de Maracaibo, que verso sobre las perspectivas de la economía venezolana para los próximos años, el mismo estuvo bajo la conducción de Eduardo Labrador y los ponentes fueron el presidente de Fedecamaras Zulia Ezio Angeline y los economistas profesores Gustavo Machado y Rodrigo Cabezas. El evento estuvo a la altura de las expectativas con una excelente calidad de la información suministrada por los ponentes y sus respuestas a las interesantes preguntas del público asistente. Algunos de los aspectos más importantes tratados por los conferencistas fueron los siguientes:
La problemática económica y la solución a la crisis actual, no depende de soluciones económicas, sino políticas. La actual casta política que gobierna el país no tiene la voluntad y menos la capacidad de diseñar el conjunto de políticas económicas que lleve a una recuperación del aparato productivo y a un crecimiento sostenido de la economía, donde se recupere el salario y el consumo entre otros aspectos no memos importantes.
Las disminución del producto interno bruto ha sido del 80 por ciento en los últimos 20 años, la inflación actual ya no califica de híper, pero es la más alta del planeta, siendo para el mes de junio de 14,5 por ciento.
Un dato muy interesante, la cartera de créditos bancaria en el país se encuentra alrededor de los 500 millones de dólares, cifra en extremo irrisoria que se equipara con cualquier banco importante de Colombia. Sin créditos no puede haber recuperación seria de la economía, la medida del BCV de mantener un encaje legal por el orden del 73 por ciento a los efectos de disminuir la liquidez monetaria y evitar la inflación tiene un daño colateral inmenso en términos del ahorro y la inversión, es imposible la recuperación sin inversión, es decir, ahorro, inversión y recuperación tienen una relación directamente proporcional.
Respecto al tipo de cambio, este ha seguido inestable, perdiendo el bolívar valor respecto al dólar, en lo que va de año la devaluación esta alrededor del 31 por ciento. Lo cual contrasta con la versión del gobierno que estamos en una estabilidad cambiaria. Por su parte, el desempleo anda por el 46 por ciento.
Sin lugar a dudas, actualmente existe un aumento muy leve en el dinamismo de la economía, que nos proporciona una mínima sensación de bienestar, donde el suministro de gasolina en nuestro Estado y la dolarización de la economía que medio ha contenido la vorágine inflacionaria, han jugado un importante papel, lo negativo es que ese dinamismo está circunscrito al sector de los servicios y no en el sector de la producción que es el determinante. Entiéndase bien, la mencionada sensación de bienestar no debe interpretarse como que el país se ha enrumbado por el derrotero correcto, situación que es imposible mientras no se resuelva al conflicto político y un nuevo gobierno que en términos de la economía asuma el sistema correcto, caracterizado por la preponderancia de las leyes del mercado, con una propiedad privada blindada y un sector empresarial sensibilizado y comprometido con practicas gerenciales de vanguardia en materia de liderazgo, planificación y productividad.
Existe una opinión colectiva, que la recuperación del país, tomara décadas para volver a tener lo que tuvimos antes del año 2000. Esta creencia definitivamente no la comparto, los tres grandes problemas que padece Venezuela; la destrucción de su economía, la desaparición del estado de derecho y al aumento de la corrupción generalizada a todo nivel, en lo político y en lo social, tienen soluciones a diferentes plazos. La economía, en buena medida, se recuperaría en un promedio de cinco años haciendo lo correcto y trabajando duro, estos plazos están íntimamente ligados a la madures de las inversiones en los diferentes sectores económicos. La restitución del estado de derecho, cobra menos tiempo con decisiones político-gerenciales que hagan cumplir la Constitución de la República, o en su defecto, con una Constituyente. Por último, el tema ético y moral, si tomara por lo menos una generación, porque se trata de una reeducación de la gente, en la universidades, escuelas, iglesias, comunidades, gremios y todo tipo de organización política, económica y social, que deben acometer un proyecto estratégicamente diseñado de reeducación, que llegue a las entrañas del espíritu y el alma del venezolano, para poder cambiar las creencias y valores en términos de nuevos principios y paradigmas.
Definitivamente, el tiempo que tome la reconstrucción del país en todos esos ámbitos, no importa, que sean cinco, diez o veinte años, lo que importa es que tengamos la oportunidad de iniciar la tarea, ya que en todo lo largo y ancho del proceso de reconstrucción vamos a “Gozar un bolón”.
Alberto Barboza
Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad
Mail: [email protected]
TW: @Abarboza192