Alberto Barboza: La responsabilidad política y empresarial que necesita la nueva democracia

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He venido reflexionando desde algún tiempo sobre el papel y la responsabilidad que nuestras democracias han tenido en el fomento de las fuerzas socialistas y procomunistas en Latinoamérica, donde justamente, la democracia se ha perdido cuando la gente decepcionada de los partidos y gobiernos tradicionales, les dan su voto de confianza a propuestas totalitarias disfrazadas de socialistas. Pero ¿Cuales son las razones que explican la pérdida de confianza de la gente en los gobiernos democráticos? Justamente, esta es la tarea en la cual nuestra clase política y empresarial, deberían estar inmersos, por medio de foros, congresos y reuniones privadas, debatiendo, analizando, evaluando las causas y diseñando las acciones para su empoderamiento en la psique de la gente. Si no lo hacen, bienvenida su obsolescencia. ¡Váyanse al diablo! ¿Qué más se les puede decir?

Nuestras democracias tienen varias debilidades, pero en esta entrega solo me ocupare de una, el factor empresarial, que tiene mucha incidencia en que los trabajadores pierdan motivación, identificación y confianza para con las empresas donde laboran y miren a los lados buscando opciones. Debido a mi rol de coach y consultor gerencial donde he pasado buena parte de mi vida profesional interviniendo empresas en la búsqueda del fenómeno de la “Excelencia Organizacional”, he llegado a identificar diez patologías empresariales que explican la falta de solidaridad de los empleados, de las cuales, por razones de espacio, me ocupare de cuatro.

La primera es, el “Síndrome de estructura formal e informal”, la estructura organizacional establece la posición de los cargos y sus ocupantes dentro de la empresa, el nivel de autoridad, el tipo de comunicación y las relaciones sociales en función de los procesos del negocio. Una empresa sin estructura organizacional es simplemente un cuerpo anárquico, aunque la mayoría de las empresas, desde medianas a grandes, poseen estructuras u organigramas, como también se les llama, en la mayoría, por su carácter de empresas familiares, hace que este dispositivo no funcione correctamente, y en su lugar, los asuntos de mando y control los determina el tipo de relaciones que existen en la familia de los propietarios, generando una serie de problemas y deficiencias organizacionales que afectan las relaciones de trabajo y hacen inoperante el binomio empresario-trabajador. 

La segunda es, la confusión en los “Principios del mayor beneficio”, buena parte de nuestros empresarios no creen que la mejor estrategia para lograr el máximo beneficio en sus empresas, es la optimización de los procesos, la calidad de los productos o servicios que generan, la satisfacción de los clientes y la lealtad de los empleados. Estas prácticas son las usadas históricamente por las empresas de “Clase mundial” para penetrar, conquistar y liderar sus mercados de interés. Pues bien, en nuestros ambientes, estas prácticas son sustituidas por aumentos irracionales en los precios de los productos, un pago mínimo de salarios, esto en el mejor de los casos, ya que en otros, muchos inescrupulosos empresarios utilizan el acaparamiento de las mercancías y la especulación como métodos de aumentar sus ganancias.

La tercera es, el desinterés por la “Formación del talento humano”, la mayoría de nuestros empresarios y gerentes, consideran los eventos de adiestramiento y capacitación, como un gasto superfluo, y entre sus estrategias de ahorros se encuentran estos conceptos, no entendiendo que el conocimiento es la clave de la mejora y prosperidad de sus empresas. No están conscientes que el mayor componente de las empresas son personas, que si estas son mediocres las empresas lo serán, y si la gente que las conforman son excelentes, irremediablemente las empresas serán excelentes.

La cuarta es, el desconocimiento de la “Sinergia empresarial”, concepto que he venido desarrollando por estar convencido es la base de la máxima rentabilidad y prosperidad organizacional. Nuestra clase empresarial cree todavía en el principio contable del “Debe y del haber”, es decir, un dólar que está en el debe no está en el haber y viceversa. Pues bien, la buena noticia es, que existen mecanismos gerenciales para lograr el máximo beneficio para las partes que conforman el binomio “Empresario-trabajador”, por mencionar solo uno, mientras más se invierte en el talento humano, en términos de solidaridad, respeto y emociones, mediante un “Liderazgo transformador” la gente gana en responsabilidad, y lo más importante y neurálgico, en términos de identificación y compromiso con las metas y objetivos establecidos, entendiendo que el logro de los mismos los benefician a ellos también. Esta es la base de la sinergia, donde dos más dos es cinco, seis o veinte.

Señores empresarios, en la solución de estas patologías está la clave del éxito en los negocios, de la máxima rentabilidad y de los mejores beneficios, esquema donde empresa y trabajador prosperan juntos, y justamente, donde los trabajadores están convencidos que su bienestar y el de sus familias, está ligado a las empresas donde laboran, al mundo privado de los negocios, y no en empresas estatales paternalistas que por ineficientes y corruptas no generan riqueza y por ende todos pierden empobreciéndose.

Señores políticos, en la solución de estas patologías está la clave del éxito gubernamental, del fortalecimiento de la economía empresarial privada con un adecuado tamaño del estado, que se ocupe de las actividades que les son propias por naturaleza, del compromiso de la gente con la democracia, con el estado de derecho, donde a nadie le interesen el populismo, el pro comunismo y ninguna fórmula donde el estado es dueño de todo incluyendo el destino de la gente.

Invito a la clase política y empresarial venezolana a reflexionar, a evaluar estos factores y al diseño de políticas económicas y sociales para cuando retomemos la democracia. Esta será la mejor estrategia para derrotar el populismo, totalitarismo y personalismo en la política venezolana y latinoamericana.

Alberto Barboza

Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad