Altos funcionarios demócratas del gobierno de EEUU han viajado discretamente y envueltos en un aire de secretismo a Caracas en un nuevo intento de acercamiento por parte de un Joe Biden bajo el pretexto de reconstruir relaciones con el otrora gigante petrolero de Sudamérica.
Mientras, la guerra en Ucrania se prolonga, los precios del combustible suben y la popularidad de la administración baja. A pesar de las numerosas críticas la Casa Blanca parece condenada al suicidio en cuanto a política exterior.
El dictador Nicolás Maduro, anunció que la delegación arribó a Venezuela para tratar diversos temas de agenda bilateral y continuar con las conversaciones iniciadas en marzo con Caracas.
Mientras, el presidente de la Asamblea Nacional ilegítima, Jorge Rodríguez recibió «a una importante delegación del gobierno de los Estados Unidos que ha llegado a Venezuela hace dos horas» y trabaja «para darle continuidad a las relaciones, a la agenda bilateral», anunció Maduro a través del canal estatal VTV.
La delegación que llegó el lunes a Caracas incluye al embajador James Story, que dirige la Unidad de Asuntos Venezolanos del gobierno estadounidense desde la vecina Colombia, dijo un portavoz del Departamento de Estado bajo condición de anonimato para no interferir en las discusiones diplomáticas.
También incluye a Roger Carstens, el enviado presidencial especial para asuntos de rehenes. El funcionario del Departamento de Estado describió el viaje de Carstens como una visita de bienestar centrada en la seguridad de varios ciudadanos estadounidenses detenidos en Caracas, incluido un grupo de ejecutivos de la compañía petrolera Citgo, con sede en Houston, que están encarcelados desde hace más de cuatro años.
No está claro qué más pretenden conseguir los funcionarios estadounidenses durante la misión. Pero se da tras una visita sorpresa en marzo de los dos hombres y de Juan González, el director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, que fue el primer viaje de la Casa Blanca al país sudamericano en más de dos décadas.
Desde entonces, tanto la administración de Biden como el régimen socialista de Venezuela han mostrado una disposición a comprometerse después de años de hostilidades entre Washington y Caracas a raíz de la reelección del dictador Nicolás Maduro en 2018, que se vio empañada por irregularidades.
Primero, Maduro liberó a dos estadounidenses como gesto de buena voluntad y prometió reanudar las negociaciones en México con la oposición respaldada por EEUU.
Posteriormente, EEUU renovó una licencia para que las empresas petroleras, incluida Chevron, puedan seguir operando en Venezuela, que ha estado bajo fuertes sanciones desde 2019. Luego, a principios de este mes, la Casa Blanca levantó las sanciones a un alto funcionario venezolano que es sobrino de Cilia Flores, esposa de Maduro.
Primer encuentro EEUU – Venezuela
El pasado mes de marzo, la Casa Blanca informó que una delegación estadounidense sostuvo conversaciones en Venezuela con el régimen de Maduro, y el tema de la energía estuvo sobre la mesa.
«El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética», declaró en rueda de prensa la portavoz del gobierno de Joe Biden, Jen Psaki.
Agregó que la delegación también planteó la situación de ciudadanos y residentes estadounidenses detenidos por el régimen de Maduro, incluidos seis ejecutivos de Citgo -filial en EEUU de la petrolera venezolana PDVSA- arrestados en 2017.
Pero enfatizó que el diálogo sobre energía y el destino de los detenidos son «conversaciones separadas».
«Hubo una discusión que tuvieron los miembros de la administración en el transcurso de los últimos días», señaló la vocera. «Y parte de nuestro enfoque también está en la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos».
Reunión con la oposición venezolana
Desde Caracas, el despacho de Guaidó, a quien Washington considera presidente interino de Venezuela, informó de una reunión con altos funcionarios estadounidenses, pero declinó dar detalles «atendiendo razones de interés y seguridad nacional de nuestro aliado», según un vocero.
Los funcionarios estadounidenses se reunieron también con Gerardo Blyde, quien encabeza la Plataforma Unitaria. Esta es la alianza política opositora venezolana que participa en el diálogo con el régimen de Maduro, lanzado en agosto pasado en Ciudad de México para poner fin a la aguda crisis política y económica del país, según un Memorando de Entendimiento.
Pero las conversaciones, bajo el auspicio de Noruega y el acompañamiento de Rusia y Países Bajos, fueron suspendidas en octubre por Caracas por la extradición a EEUU del empresario Alex Saab, acusado de ser el testaferro de Maduro.
Con información de AP y AFP