En la pasada entrega aborde el tema del camino hacia donde se dirige Latinoamérica en términos de gobiernos populistas y cuasi comunistas que plagarían de miseria esta región. No hice la salvedad que no toda la llamada izquierda pertenece al mismo tenor, y en este sentido, hago referencia a otro artículo donde mencione el trabajo de Teodoro Petkoff en su libro “Las Dos Izquierdas”, donde el autor delibera sobre la modernización de algunos partidos socialistas que actualizaron sus doctrinas pudiendo convivir en el marco de la democracia, la libertad y el estado de derecho, en contraste con el socialismo personalista, autoritario, nefasto y destructor de toda prosperidad.
Independientemente de la carrera política y el currículo del Presidente Electo de Colombia Gustavo Petro, que muchos están seguros pertenece a la rancia izquierda y que definitivamente llevara a su país por el sendero venezolano. Descanso en la fe, y tomando en cuenta el comentario del Ex presidente Álvaro Uribe, sobre la cualidad de inteligente de Petro, que el rumbo de Colombia sea diferente. Incluso, a pesar de los pesares, no creo que la institucionalidad de Colombia se pierda, es más, asumo que el estamento militar de ese país debe estar muy atento a cualquier indicio de politizar las fuerzas armadas y subordinarlas al partido de gobierno, que sería la acción estratégica de vital importancia para destruir el estado de derecho colombiano. Así que Colombia se encuentra en la encrucijada de dos caminos, el que lleva al socialismo totalitario, y el que lleva a la convivencia y sentido de transitoriedad del poder político.
Para referirme al socialismo totalitario, tomo el caso de Cuba, que en 1900 tuvo el primer tranvía que se conoció en América Latina y el primer automóvil, en 1925 con menos de 200 centrales, se produjeron más de 5 millones de toneladas de azúcar, en 1928 contaba con 61 emisoras de radio, ocupando el cuarto lugar del mundo, superada por USA, Canadá y la URSS, en 1940 aprobó la más avanzada de todas las constituciones del mundo de aquella época, reconociendo el derecho al voto a las mujeres, la igualdad de derechos entre sexos y razas y el derecho de la mujer al trabajo, en 1954 poseía casi una vaca por habitante, y ocupaba el tercer puesto en Iberoamérica detrás de Argentina y Uruguay en el consumo de carne per cápita, en 1955 era el segundo país de Iberoamérica con menor mortalidad infantil: 33,4 por cada mil nacidos, entre 1956 y 1957 la ONU reconoció a Cuba como el segundo país de Iberoamérica con más bajo índice de analfabetismo (23,6%), el mejor país en número de médicos per cápita (1 por cada 957 habitantes), el mayor porcentaje de viviendas electrificadas (82,9%), viviendas con baños propios (79,9%), en 1958 contaba con 7.567 escuelas primarias públicas gratuitas y 869 privadas, a mediados de los años 50 la educación pública contaba con 25.000 maestros y la privada con 3.500 maestros, en 1958 era el país de Iberoamérica con más automóviles 160 mil (uno por cada 38 habitantes) y el sexto del mundo en el promedio de automóviles por habitantes.
Eso era Cuba antes de la revolución de 1959, en contraste con lo que actualmente es, que no vale el esfuerzo describirla ya que es altamente conocida su situación en todo el mundo. Lo importante es tener bien claro las razones intrínsecas del socialismo totalitario que llevan a la destrucción y pobreza de cualquier sociedad por rica y prospera que sea. Entre las de mayor importancia están los siguientes anacronismos marxistas que todavía siguen vigentes en la mente de los líderes socialistas autoritarios:
Primero, que el capitalismo explota a los trabajadores y se queda con parte del fruto de su trabajo que se conoce como la “plusvalía”. Cabe la pregunta: ¿Donde quedan: los procesos gerenciales, la investigación y desarrollo, la productividad, el outsourcing, la automatización de los procesos organizacionales y la robótica?
Segundo, que la sociedad debe ser igualitaria, que hay acabar con la lucha de clases, que todos deben tener lo mismo. Pregunto: ¿Dónde quedan el esfuerzo individual, el emprendimiento y los deseos de superación de la gente?
Tercero, que se debe abolir la propiedad privada y los medios de producción que pasen al Estado, y por ende, en manos del pueblo. Pregunto: ¿No está contundentemente demostrado que estos procesos llevan a solo dos clases sociales, los burócratas dueños del estado y de los medios de producción, y por ende, dueños de todo y el resto de la gente quedando dueños de nada?
Cuarto, que los medios de comunicación deben ser públicos en poder del Estado logrando un enfoque único. Pregunto: ¿El desprecio a la verdad, al discernimiento y a la crítica es una violación a la dignidad humana?
Para describir el otro sendero, hago referencia a la experiencia Boliviana donde la gestión de Evo Morales, personaje que no está en mi lista de agraciados, no destruyo la economía de ese país, por el contrario, la hizo crecer. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística de la Bolivia, el Producto Interno Bruto en miles de bolivianos en los últimos cuarenta años tuvo un crecimiento casi sostenido, por ejemplo en el año 2000 fue de 20.532.088, cerrando el 2021 en 42.252.993. Ello me lleva a concluir que la administración de Evo Morales, comprendida desde el 2006 hasta el 2019, contribuyo con ese crecimiento, es decir, sus políticas económicas fueron asertivas en términos de crecimiento económico. Lo negativo de estos gobiernos socialistas es la solidaridad internacional que la colocan por encima de los derechos humanos, e independientemente, que sus políticas favorezcan las economías de sus países, el hecho de querer perpetuarse en el poder, les mancha las buenas estadísticas que hayan podido lograr.
Finalmente, si Latinoamérica toma el camino del socialismo, descansemos en la fe y esperemos que en la encrucijada tome el sendero del socialismo renovado y democrático.
Alberto Barboza
Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad
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