El presidente ruso ha destacado que, en su primer discurso sobre la invasión de Ucrania, señaló que el objetivo principal es «ayudar a la gente en el Donbás». «Sabemos que nuestras fuerzas están participando en una operación militar especial -el eufemismo ruso para referirse a la invasión de su país vecino- en el Donbás, en Ucrania, brindando asistencia a las repúblicas populares» de Donetsk y Lugansk, ha indicado el presidente. Para Putin, los efectivos rusos actúan con «valentía, de manera competente, eficaz y eficiente».
En este sentido, ha defendido que, con la operación, los rusos «toman medidas» para garantizar su propia seguridad. «Obviamente no teníamos otra opción. Esta es la decisión correcta», ha indicado, según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax. Por otro lado, ha hecho hincapié en que Rusia «no se va a aislar» del mundo, algo «imposible» a su juicio.
Para Putin, lo que está ocurriendo en Ucrania es una «tragedia» pero «sencillamente no había otra opción». «La única pregunta era cuándo comenzaría. Eso es todo», ha remachado.
En caso de haber tardado más la invasión rusa, «Occidente le habría asestado a Rusia un golpe demoledor», ha apuntado por su parte Lukashenko. «Nunca ha habido momentos tan peligrosos y difíciles en las relaciones con Occidente en nuestra historia moderna», ha enfatizado el presidente bielorruso, a quien Putin ha agradecido la gestión de la organización de los primeros encuentros entre Kiev y Moscú para poner fin a la guerra.
Sobre el descubrimiento de cadáveres de civiles en Bucha por los que Ucrania acusa a Rusia de crímenes de guerra, Putin ha comparado este caso con las acusaciones sobre el uso de armas químicas en Siria por parte de las fuerzas gubernamentales. «Resultó que era falso. Igual pasa en Bucha», según Putin.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ha señalado al régimen sirio por un ataque químico con un cilindro de cloro perpetrado el 4 de febrero de 2018 sobre la localidad de Saraqib, en el noroeste de Siria. Para Lukashenko, las acusaciones de Bucha forman parte de «una operación psicológica de los británicos» para justificar la imposición de sanciones a Rusia.
La Sexta