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Este comentario es pertinente ente en estos días en que finalizaron los actos litúrgicos de la Semana Mayor de la cristiandad.
El evangelista Mateo, en el capítulo 5: 48, escribe » SED, pues, vosotros perfectos, como vuestro PADRE que está en los cielos es perfecto.»
Sabido es por todos que la perfeccion es sólo de Dios. El hombre, las instituciones y asociaciones son imperfectas, aunque perfectible s en grado relativo.
¿Somos en realidad perfectos? El ser humano es débil, frágil, miserable. pecador…; esto es lo que desde hace siglos la Iglesia repite sin cesar a los cristianos, hablándoles incluso de un pecado original, vale decir, la falta que cometieron Adán y Eva en el paraíso, cuando probaron las delicias del fruto prohibido (el Conocimiento), arrancado del árbol de la ciencia del bien y del mal, pecado ese que heredó toda la humanidad posterior por el simple hecho de nacer en el plano terrenal.
El pecado original cometido por los primeros padres, le fue transferido a todos los hijos y nietos, condenándolos definitivamente a una vida de tinieblas, de errores y miserias; y lo que es más grave aún, la Iglesia enseña que el hombre no puede escapar a su condición pecadora, habida cuenta de que el pecado se transmitió a través del semen de Adan.
Esta narrativa carece de lógica y de sustento racional, haciéndola no creíble a toda persona de criterio que no sea fanática religiosa.
A la misma le caben varias críticas contundentes, a saber:
1) En ninguno de los tres evangelios sinópticos, ni en el Evangelio de Juan, se menciona nada sobre el pecado original que heredaron los sucesores de Adán y Eva, una especie de maldición colectiva universal de culpabilidad que marca con tinta indeleble las almas de cada bebé que nace en el plano tierra. Tampoco hallamos mención alguna de ese pecado original en ninguno de los casi 80 evangelios que la Iglesia tildó de apócrifos, muchos de los cuales citan referencias y datos importantes de Jesús, de su vida de joven y de hechos que no aparecen en los 4 evangelios oficiales. ¿ A que se debe ello? ¿Por qué una cuestión tan grave como lo del supuesto pecado original imputado a millones de seres humanos que no lo cometieron, ni tuvieron nada que ver con Adán y Eva , no aparece reseñado por los evangelistas?
La respuesta a las interrogantes planteadas, es la segunda crítica. Dice así:
2) Ese señalamiento del pecado original no existía en los tiempos de Jesús de la Palestina del Siglo I. Nadie sabía eso, ni tenía idea alguna de qué se trataba. Aún más , es algo extraño a la fe judaica. La persona que inventó el argumento del pecado original fue San Agustín en el Siglo V ( quinto), vale decir, casi 500 años después de muerto Jesús. Sus razones fueron: A lo largo de finales del Siglo II hasta el Siglo V , la cuestión de la preexistencia del alma, la pluralidad de vidas y la reencarnación en la que creían muchos seguidores de las enseñanzas de Cristo, así como tambien gran cantidad de gentiles griegos y romamos, amenazaba la conformación progresiva del credo cristiano que se venía consolidando de manera lenta pero firme. La Iglesia tenía la necesidad de un argumento que fuese contundente para desbancar la tesis de la preexistencia del alma que los obispos cristianos mayoritarios combatían entre ellos mismos con denuedo, unos atacandola y otros defendiendola . Luego de interminables enfrentamientos, diatribas y ofensas entre la plana mayor de la Iglesia, con muchos obispos y religiosos de menor grado excomulgados, entre ellos Orígenes, brillante teólogo egipcio.
La creencia del pecado original le sirvió a la Iglesia de salvavida para poder resolver la tan espinosa cuestión de la tesis reencarnacionista, la cual fue considerada herética y prohibida en el siglo V.
¿En qué quedó todo ese jaleo interreligioso? En mayores discordias dentro del seno de la Iglesia y muchas divisiones.. Triunfó la tesis de la Iglesia romana y el argumento de San Agustín, que es del siguiente tenor: El sufrimiento humano y la miseria de millones de seres que languidecen en medio de guerras, dolor y enfermedades; de hambrunas, violencia y asesinatos, esclavitudes y enfermedades, no se debían a hechos pecaminosos de vidas pasadas cometidos por los hombres, ni a causa de un Dios iracundo y vengativo, sino al pecado original de Adán y Eva, cuando vivían en el Paraíso, pecado ese que le fue cargado a todo ser humano por el sólo hecho de nacer.
Esta es la otra critica: 3) La responsabilidad delictual siempre es personal y así lo establecen los códigos penales en todo el mundo. Si así hacen los humanos, que son imperfectos y falibles, ¿Dios que es perfecto e infalible va incurrir en establecer responsabilidades delictivas ( pecaminosas) supuestamente cometidos por dos personas, sobre los hombros de miles de millones de seres humanos inocentes? Esta absurda argumentacion agustiniana, genera otras nuevas criticas: 3-1: Hace a la gente inocente que ni estuvo en el Paraíso ni comió del fruto prohibido, reos de un pecado que no cometieron; y 3-2: ¿Cómo puede esto conciliarse con el caso de los bebés que sufren y mueren a temprana edad? ¿Acaso pecaron en el vientre de su madre?
Estos planteamientos son de la autoría del Maestro espiritual, místico y filósofo búlgaro que residió en Francia largos años, quien fue el fundador de la Fraternidad Blanca Universal, autor de más de cien libros, Maestro Omraam Mikael
Aivanhov. Así lo explica: » En sí, la creencia en el pecado original, fue un invento de la Iglesia para no tener que aceptar la doctrina de la preexistencia del alma y la reencarnacion.
Las discusiones sobre esta cuestión tan controversial, se inician con San Agustín en el Siglo V d. C., después que la Iglesia rechazara las enseñanzas del Obispo Orígenes y la doctrina de la preexistencia del alma.
Para llenar el vacío y darle a lo evidente en la creencia de muchos cristianos de los primeros cinco siglos después de muerto Jesús, tenía que conseguir otra explicación para contestar la pregunta de por qué le suceden tantas cosas malas a la gente buena.
Como no había explicación lógica alguna, la Iglesia tomó de San Agustín la doctrina del pecado original.»( Tomado del libro » Sois Dioses», O.M.A ).
Jesús, en vez de hablar sobre un supuesto pecado original, más bien enseñó otra cosa maravillosa: «Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto». (Mateo 5: 48). Si fuera verdad eso del pecado original, ¿como entones Cristo se le ocurre decir que el hombre puede ser perfecto como su Padre celestial? ¿Cómo podrían unos seres disminuidos realizar ese ideal de perfección divina? Jesús no sólo soltó esa valiosa perla de su intelecto, sino que dijo otras muy sublimes : «Sois dioses!».
Aivanhov concluye con el siguiente parlamento: «La naturaleza inferior del hombre (el alma pasional e instintiva) , es de índole pecaminosa: Cae en la tentación, es violenta, pasional, de mal carácter, codiciosa, celosa y mal pensada, entre tantos otros defectos y limitaciones; nadie puede negarlo, pero eso no tiene nada que ver conque el hombre nace en pecado y se mantiene en pecado, salvo que la Iglesia le dispense el perdón , liberándolo.
Cristo, como buen judío, enseñó muchas otras joyas espirituales que extrajo de su devoción absoluta a la Tora y su fe hebrea. Su afán fue extraer lo más sublime y puro de la ética mosaica. Enseñó que somos hijos del Padre. En consecuencia, si somos hijos de su ABBA (Padre), significa que estamos hechos de la misma naturaleza de Dios: Somos espíritu, por lo que no es posible sostener que tenemos una naturaleza pecadora en esencia desde el origen para explicar el lamentable estado en el que la humanidad se encuentra…
(continuará)
@kaledyorde