En marzo, la tasa de inflación fue la más alta desde 1981, impulsada por los altos costos de la energía, los alimentos y la vivienda, y abre el camino a un agresivo aumento de tasas de parte de la Reserva Federal.
La guerra llegó al vecindario. El Departamento de Trabajo informó que su índice de precios al consumo aumentó un 8,5% en marzo con respecto a los 12 meses anteriores, impulsados por el atasco de las cadenas de suministro, la demanda de los consumidores y las alzas de los mercados mundiales de alimentos y energía, agravadas por la guerra de Rusia contra Ucrania.
En el dato intermensual, la inflación aumentó 1,2% de febrero a marzo, el mayor salto mes a mes desde 2005, con la gasolina empujando el aumento. El dato, aunque alarmante, era predecible. Una encuesta de Bloomberg pronosticaba que el alza interanual llegaría a los 8,4%, pero la realidad los superó.
Entre los aumentos más significativos desde un año atrás están el de la gasolina, que subió un 48%, mientras los autos usados subieron 35%, pese a las recientes bajas de febrero y marzo. Los muebles de hogar subieron un 14,7% y los comestibles 10% entre ellos el tocino y las naranjas que mostraron alzas de hasta el 18%.
Pr su parte, la llamada inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, subió un 0,3% de febrero a marzo, la menor subida mensual desde septiembre, pero a nivel general, los precios básicos subieron un 6,5%, el mayor aumento desde 1982.
«El fuego de la inflación sigue fuera de control», reaccionó Christopher Rupkey, economista jefe de la firma de investigación FWDBONDS LLC.
La invasión rusa en Ucrania, que desencadenó en sanciones occidentales de gran alcance contra la economía rusa, ya perturban los mercados de los alimentos y energía, reflejados por primera vez en el dato de inflación de marzo. Según la AAA, el precio medio del galón de gasolina subió un 43% respecto al último año, aunque en las últimas dos semanas se ha mostrado a la baja.
Los precios de los alimentos subieron un 8,8 % en el último año, especialmente los las compras de supermercado, que aumentaron un 10 %, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 6,9 %.
Algunos economistas sugieren que la inflación está en su punto máximo o cerca de él. Kathy Bostjancic, economista de Oxford Economics, espera que la inflación interanual alcance el 9% en mayo y luego comience «un lento descenso».
La demanda de los consumidores podría caer una vez que los salarios queden por debajo de la inflación y los hogares agoten sus ahorros y la Reserva Federal suba los tipos de interés, una fórmula que ayudaría a contener la inflación. Aunque esto es algo que también podría tomar más tiempo.
AP
