Alberto Barboza: La necesidad de un pacto de gobernabilidad

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No existe una sola realidad, existen tantas realidades en función del número de observadores que perciban esa realidad, es bien sabido que cada ser humano dependiendo, sobre todo, de sus primeras experiencias, de su historia, de todo lo que le toco ver, escuchar y aprender, se forma en su consciente y subconsciente, lo que se conoce como “mapa mental”, siendo una estructura de elementos aprendidos, como creencias, valores, principios y paradigmas, con los cuales interpreta la realidad observada, el mapa mental es como una especie de filtro de esa realidad, donde algunos elementos de la misma, lo traspasan y otros no, es decir, los que pasan ese filtro llegan como insumos en el proceso de interpretación y los que se quedan, simplemente no son tomados en cuenta. He aquí el porqué, nadie ve exactamente la misma realidad.

Supongamos que determinada realidad, es decir, un hecho específico o fenómeno político, económico o social, lo componen ochenta elementos o características. En este caso ese evento, llámese realidad, es percibido por cinco observadores al mismo tiempo, y como cada uno de ellos tiene su particular mapa mental, esas ochenta características son percibidas de manera diferente; algunos observadores solamente perciben sesenta, otros cincuenta y otros cuarenta, y así por el estilo. Conclusión, primero, ninguno de los observadores se forjo una concepción perfecta y fidedigna de la realidad, ya que ésta la conforman ochenta características, y segundo; cada concepción es diferente una de la otra debido a los filtros individuales. Por lo tanto, habrá cinco realidades en lugar de una sola. Así que aseveraciones como yo tengo razón y tu estas equivocado, es una aberración, propia de gente anquilosada con un alto grado de egolatría.

Por lo antes planteado, las opiniones de muchos comunicadores sociales que desde el exterior critican sobremanera a líderes de la oposición hoy en funciones de gobierno, debido al último proceso electoral, por sus platicas con el gobierno central, lo considero un acto de “infantilismo”, como se les ocurre, que en un país altamente centralizado en el marco de un autoritarismo que raya en totalitarismo, un Gobernador o Alcalde pueda realizar una gestión de gobierno medianamente aceptable, sin el apoyo y de “malas” con el gobierno nacional, sin un pacto de gobernabilidad, lo “Cortez no quita lo valiente”. Se puede interactuar, negociar, llegar a acuerdos, perfectamente sin renunciar a principios específicos y posición ideológica en términos de la realidad política del país y en función de la tan ansiada próxima elección presidencial.

Independientemente que un grupo de importantes países del mundo libre no reconozcan al actual Presidente de Venezuela, en la práctica, lo es, ¿Quién “diablos” atiende el teléfono en Miraflores?, ¿Quién ordena esto y lo otro?, ¿Con quién se tienen que conversar o negociar de cara a los graves problemas de país? Esta situación se debe a que en la última elección presidencial, no participamos la mayoría, sin lugar a dudas, la pudimos haber ganado de “calle”, ah! pero el EGO de muchos de nuestros líderes de oposición simplemente no lo permitió, ¿Por qué tiene que ser aquel y no yo? Esta interrogante en el fuero interno de cada líder de oposición, explica la falta de acuerdos estratégicos, rápidos y oportunos en función del bien nacional. A pesar de todo, y lo duro que sean mis palabras con esos actores políticos, particularmente, siempre esperare el “Gran acuerdo nacional”, debido a que muy en el fondo confío en la sensatez de esos actores, de cara al nuevo evento electoral supremo que tiene como tope el 2024, pero que también podría ser para el 2023.

Debo finalizar esta entrega haciendo honor al preámbulo de la reflexión, que se refiere a la “Teoría de las percepciones”, es decir, mi opinión de que no es un pecado interactuar con el gobierno central, que se tiene que llegar a un acuerdo mínimo de gobernabilidad en función de las necesidades y premuras de la gente, que se tiene que buscar una fórmula pacifica para que el actual gobierno deje el poder y nos enrolemos en una transición y que aquellos “malhechores” que desfalcaron las finanzas nacionales sean felices para siempre pero lejos de nosotros, que nos dejen solos para poder reconstruir el país, es una percepción individual con todas las deficiencias descritas, porque mi mapa mental también es particular y no está apto para interpretar fidedignamente la realidad en que vivo. Sin embargo, existen percepciones de percepciones.

Alberto Barboza

Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad

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