Durante las próximas semanas, Estados Unidos debería esperar un aumento en los casos de la variante BA.2 de COVID, dijo el Dr. Anthony Fauci a ABC News, pero es posible que no provoque un aumento tan grave de hospitalizaciones o muertes.
“No me sorprendería si en las próximas semanas vemos algo como un estancamiento en la disminución o tal vez incluso un aumento”, dijo Fauci a Brad Mielke de ABC News en el podcast “Start Here”.
La predicción del asesor médico jefe de la Casa Blanca se basa en sus conversaciones con colegas en el Reino Unido, que actualmente está experimentando un aumento en los casos. La trayectoria de la pandemia de COVID-19 en EE.UU. a menudo ha seguido a la del Reino Unido por unas tres semanas.
A principios de marzo, Estados Unidos dio por superada la ola de la variante Ómicron, la que causó el mayor número de contagios desde el inicio de la pandemia, y relajó el uso de mascarillas en interiores.
Fauci afirmó que “no está claro” si ello conducirá hacia una nueva ola o una “mini ola”, pero destacó que no está aumentando la ocupación de camas de terapia intensiva en Reino Unido, “lo que significa que no hay un brote grave de la enfermedad”.
Fauci predijo que la subvariante BA.2 de ómicron superará a la BA.1 como la dominante en Estados Unidos y afirmó de que “no hay duda de que tarde o temprano” se requerirán segundas dosis de refuerzo de la vacuna.
La farmacéutica estadounidense Pfizer pidió el martes al regulador estadounidense que autorice la administración de una segunda dosis de refuerzo para los mayores de 65 años, y el jueves Moderna lo solicitó para los mayores de 18 años.
Ambas compañías aludieron a datos recolectados en Israel, que ha sido pionero en la distribución de la segunda dosis de refuerzo.
Los casos de COVID han disminuido considerablemente en todo el país durante los últimos dos meses, con un promedio de casos nuevos que asciende a poco más de 30,000.
Estados Unidos es el país más afectado del mundo por la pandemia de COVID-19 y acumula casi 80 millones de contagios y más de 970,000 muertos desde el inicio de la pandemia, según datos de la Universidad John Hopkins.