El presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, reconoció este jueves que la subida de los precios -que llegó a un 7,5 por ciento interanual en enero- es «elevada», pero los pronósticos de que la inflación se moderará «de forma sustancial» hacia finales de este año impulsan su optimismo. Se trata de la mayor subida interanual desde febrero de 1982, informó la Oficina de Estadísticas Laborales.
«Lo de hoy es un recordatorio de que la presión sobre el presupuesto de los hogares estadounidenses está creando dificultades reales para poner comida en la mesa, pero también hay señales de que lograremos superar este reto», indicó Biden en un comunicado. El dato es «elevado”, pero -agregó- «los analistas continúan proyectando una flexibilización sustancial de la inflación para fines de 2022”.
El mandatario también destacó que en el arranque del año se vieron subidas en los salarios de los trabajadores estadounidenses y una «moderación» en los precios de los automóviles, «lo que había producido aproximadamente una cuarta parte de la inflación en el último año”. Asimismo, Biden recordó los datos de empleo, con una tasa de desocupación del 4 por ciento y la creación de 467.000 puestos en enero.
Republicanos culpan a Biden
La Oficina de Estadísticas Laborales atribuye esta nueva alza en especial a los precios de los alimentos, de la electricidad y de los alquileres. En un año, los precios de la energía aumentaron un 27 por ciento, en tanto los alimentos escalaron 7 por ciento. En enero, los alimentos aumentaron un 0,9 por ciento, mientras que la energía vio un alza también del 0,9 por ciento, compensada en parte por un retroceso en el precio de la gasolina y del gas natural.
Por su parte, el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, culpó a los demócratas de la inflación y la atribuyó al plan de estímulo que el Congreso aprobó el pasado año por iniciativa de Biden y que supuso una inyección a la economía de 1,9 billones de dólares para paliar los efectos de la pandemia. McConnell afirma que ese plan ayudó a los estadounidenses con el envío de cheques a sus casas, pero a cambio se han disparado los precios y ahora las «familias trabajadoras» no pueden hacer frente a gastos básicos.
AFP