Moscú exige la promesa por escrito de que Kiev nunca formará parte de la Alianza Atlántica.
En el Kremlin están abiertamente irritados con los nulos resultados de los encuentros mantenidos con representantes de Estados Unidos y la OTAN, el lunes y el jueves en Ginebra y Bruselas. Su portavoz, Dmitri Peskov, calificó este jueves el balance de estos contactos de «fallido». Así que, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, que encabezó la delegación rusa en las conversaciones con EE UU en Ginebra se ha apresurado a advertir que Moscú «no descarta» desplegar tropas en Cuba y Venezuela.
Estas últimas negociaciones con EE UU y la OTAN versaron en torno a las tensiones provocadas por el emplazamiento de unidades del Ejército ruso junto a la frontera con Ucrania y sobre las «garantías de seguridad» que Rusia exige a cambio de que tal confrontación cese, en primer lugar, la promesa por escrito de que Kiev nunca entrará a formar parte de la Alianza Atlántica.
El canal de televisión RTVI difundió este jueves una entrevista en la que a la pregunta de si la cúpula rusa está considerando la posibilidad desplegar tropas e infraestructura militar, por ejemplo, en Venezuela o Cuba, Riabkov respondió: «no quiero confirmar nada, pero tampoco lo descarto». Según sus palabras, «de acuerdo con el estilo de actuación estadounidense, la opcionalidad de la política exterior y militar es la piedra angular para garantizar la poderosa influencia de este país en el mundo».
Por tanto, el que sean enviadas o no fuerzas rusas a Cuba y Venezuela, añadió, «depende de cómo actúen en adelante nuestros colegas estadounidenses». A este respecto, Riabkov dijo que «el presidente ruso –Vladímir Putin- ha hablado repetidamente, incluso sobre esta posibilidad, en cuanto a nuestras medidas de respuesta, por ejemplo, mediante el empleo de la Marina rusa, si de lo que se trata es de ir en la línea de provocar a Rusia o aumentar aún más la presión militar sobre nosotros desde Estados Unidos». Pero el vicecanciller ruso, aseguró que «no queremos esto, pensamos que es mejor que los diplomáticos lleguen a un acuerdo».
Envíos a Venezuela
En diciembre de 2018, Rusia envió transitoriamente a Venezuela dos bombarderos estratégicos Tu-160 con capacidad nuclear en una muestra de apoyo a Nicolás Maduro. En cuanto a Cuba, el Kremlin ha intensificado en los últimos años los contactos y la cooperación en todos los terrenos, incluido el militar.
Riabkov explicó ante las cámaras que «el principal problema es que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, bajo cualquier disfraz o por cualquier motivo, no están preparados para cumplir con nuestras demandas clave de no expansión de la OTAN, de reducir las infraestructuras de la Alianza y devolverlas a sus fronteras de 1997 y, por supuesto, (…) que esos sistemas no se desplegarán en las inmediaciones de nuestras fronteras».
Según su relato, «la posición de la OTAN sobre la cuestión de su no expansión es inamovible y esto es alarmante. EE UU y la OTAN están dispuestos a hablar sólo sobre las garantías de seguridad que les resulten a ellos convenientes». Por ello, Riabkov considera que «no hay motivos para una nueva ronda de contactos a corto plazo entre Rusia y Estados Unidos y la OTAN sobre seguridad, las conversaciones ha llegado a un callejón sin salida».
«Sin que aclaremos si hay flexibilidad en la otra parte sobre cuestiones importantes, no hay razón para sentarse en la mesa de negociación en los próximos días, reunirse de nuevo y empezar las mismas discusiones», manifestó el alto diplomático ruso. Para él, «Occidente ha respondido de facto con un rechazo de las propuestas sobre garantías de seguridad y la no ampliación de la OTAN, no tenemos ya a donde retroceder».
En relación con Ucrania, Riabkov cree que Kiev «busca una excusa para negarse a cumplir los acuerdos de Minsk» de febrero de 2015. El viceministro de Exteriores avisó además de que «Rusia no se doblegará ante la presión de posibles nuevas sanciones estadounidenses y buscará alternativas a su existencia (…) Rusia nunca ha cedido a la presión, nunca ha sucumbido a las amenazas y a los chantajes».
Medida «extremadamente negativa»
Desde el Kremlin y en relación con el proyecto de ley de nuevas sanciones presentado por un grupo de senadores demócratas estadounidenses, esta vez dirigidas directamente a Putin, Peskov advirtió que «aplicar sanciones contra un jefe de Estado es una medida extremadamente negativa que cruzaría un límite, supondría la ruptura de relaciones». Tal iniciativa, agregó, «no propicia el establecimiento de una atmósfera constructiva para las discusiones en curso con Occidente».
El proyecto de ley prevé también sanciones contra el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, contra altos responsables del Ejército y afectaría al sector bancario. «Sin embargo, nos gustaría esperar que prevalezca el sentido común (…) a Rusia nunca le ha faltado ni le faltará nunca la voluntad política para proseguir el diálogo», declaró el jefe de Prensa de la Presidencia rusa.
Washington, Kiev y la OTAN acusan a Moscú de que la concentración de sus tropas en la frontera ucraniana demuestra que prepara un ataque. Sin embargo, el embajador de Rusia en Washington, Anatoli Antónov, estima que quienes piensa así «sufren trastorno mental fruto de una imaginación enfermiza en el seno de círculos rusófobos». Según sus palabras, «no tenemos intenciones agresivas hacia Ucrania».
Pero lo cierto es que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha alertado repetidamente de que, si Ucrania decidiese recuperar Donbass por la fuerza, se enfrentaría a una situación similar a la que vivió Georgia en agosto de 2008, cuando intentó por la vía militar meter en cintura a los separatistas de Osetia del Sur. Rusia acudió en auxilio de los osetios, venció a las tropas georgianas y reconoció la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, enclaves en donde Rusia tiene ahora desplegados efectivos del Ejército.
Las explosivas declaraciones de Riabkov se producían mientras en Viena el Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se reunía con la delegación rusa. En su discurso ante los enviados de los 57 miembros de la OSCE, el ministro de Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau, se refirió a las tensiones en Ucrania, Georgia, Armenia y Moldavia, todos países con conflictos activos o congelados en los que se sugirió que Rusia está implicada. A su juicio, «el riesgo de guerra en el área de la OSCE es ahora mayor que nunca en los últimos 30 años«, afirmó el jefe de la Diplomacia polaca. Rau inauguraba así la presidencia anual de su país de la OSCE.
Rafael Mañueco/ El Correo