Francisco se ha tomado con filosofía la foto que lo retrata saliendo de una tienda de discos en pleno centro de Roma. La prueba es que ha tomado papel y pluma y ha escrito al autor de la imagen, que en esta historia de tinte surrealista soy yo.
El Papa comienza dándome las gracias a unas letras que le había enviado. Al ver que la foto estaba en medios de todo el mundo, me excusé por haberle empañado esa visita privada; y le expliqué que la imagen había hecho sonreír a muchos, en un periodo en el que en los medios abundan las malas noticias.
Le dije también que me parecía un gesto de apoyo a la industria musical, herida a causa de la piratería ‘online’.
Horas después, recibo una carta escrita a mano por Francisco, que con su peculiar caligrafía, alterna explicaciones, consejos y bromas.
«Señor Javier Martínez-Brocal, no me negará que fue una ‘bruta sorte’ (mala suerte) -como dice la Señora del Serrallo- que, después de tomar todas las precauciones, justo había en el lugar un periodista esperando a una persona en la parada de taxis», responde en su carta Francisco. «No hay que perder el sentido del humor», añade inmediatamente. «Gracias por su comprensión hacia los vendedores de música», escribe también.
«Lo que más extraño en esta Diócesis (de Roma) es no poder callejear, como lo hacía en Buenos Aires, yendo caminando de una parroquia a otra», confiesa el Papa. Y añade justo a continuación un elogio a la profesión periodística: «Gracias por cumplir con su vocación aunque sea poniendo en dificultad al Papa».
«Gracias por contar las cosas que no van bien»
La breve mención constata el aprecio del Papa por la labor de los medios de comunicación. En el pasado, Francisco confió al corresponsal de ABC en el Vaticano, Juan Vicente Boo, que el buen periodista está siempre atento, de modo que no pierde detalle, y luego lo cuenta todo. También, en noviembre, durante la entrega de condecoraciones a los dos vaticanistas más veteranos, Valentina Alazraki y Philip Pullella, dio las gracias a los vaticanistas también por «lo que contáis sobre las cosas que no van bien en la Iglesia».
«Le deseo un buen y sereno año 2022. Que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide. Y, por favor, no se olvide de rezar por mí. Lo hago por Usted. Fraternalmente, Francisco», concluye su carta del 12 de enero.
El Papa no menciona en el texto el título del CD con el que salió de la tienda de discos el pasado martes. Mantiene el misterio. Aunque, bien visto, quién sabe si la mención a la ópera de Mozart ‘El rapto en el serrallo’ es una pista en ese sentido. Como él escribe, «no hay que perder el sentido del humor».
Francisco visitó la tienda de discos ‘Stereosound’, a pocos pasos del Panteón de Agripa en Roma, el pasado martes por la tarde. Llegó a las 19 y se marchó menos de un cuarto de hora más tarde.
Tiziana Sposito, la propietaria, explicó que Bergoglio es un antiguo cliente, y que les visitaba cuando viajaba a Roma como arzobispo de Buenos Aires. Desde que fue elegido Papa, no había vuelto a asomarse por allí. Con la pequeña revolución que ha provocado su visita, muchos no descartan que regrese.
Javier Martínez-Brocal
Fotografía: Javier Martínez-Brocal