Marcelo Morán: El primer pesebre

1194

Un hombre cuarentón y vestido de harapos no imaginó que aquella nevada copiosa iba a limitar tanto su empresa. Ahora, frente a él, se alzaba una pendiente abrupta por la cual tendría que seguir andando. Solo se había detenido un instante para admirarla. A pesar de su precaria vestimenta continuó remontando la cuesta  con paciencia estoica y asombrándose por los vahos que producía su propia y forzada respiración.

 Al cabo de un rato, distinguió la figura de una cueva entre dos tupidos bosques de encina y se llenó de gozo. Sus roídas sandalias hacían crujir la nieve cuando aligeraba sus pasos hacia la ermita de Greccio, donde esperaba reunirse con otros frailes de su orden. Se llamaba Giovanni Bernardote.

Giovanni Bernardote nació de una familia acaudalada en Asís, al norte de Italia en 1182, y pasaría a la historia como San Francisco de Asís. Más adelante fundó la orden de los franciscanos y fue canonizado por la Iglesia católica en 1228.

Quince días después era 24 de diciembre de 1223. Greccio seguía  tapizada por la nieve y en la humilde ermita varios frailes  trabajaban muy duro siguiendo las instrucciones del  recién llegado, quien contaba con la anuencia del papa Honorio III, para escenificar  en vivo el primer nacimiento de la historia.

Aquel día con participación  de la comunidad fue representado el nacimiento de Jesús tal como se narra en el evangelio de San Lucas. Rellenaron  una gruta  con paja, trajeron un burro y un buey (aunque en el texto del apóstol no se mencionan) eran los animales utilizados para cumplir con las faenas del campo en esa época. Un puñado de pastores de carne y hueso complementaron la escena para darle una sensación de realidad. La única figura que no era humana en el pesebre era la del niño Jesús, pues era una escultura de barro moldeada –según la tradición–  por el mismo San Francisco de Asís.

Refiere también la tradición que esa noche cuando él ofrecía la misa de Navidad  para honrar el nacimiento, apareció de repente en sus brazos un niño sonriente y rebozado de fulgor. Prodigio que fue registrado para la posteridad  en varios frescos pintados en la basílica de San Francisco, en Greccio, por el celebrado artista italiano Giotto di Bondone.

Una de las razones que llevó a san Francisco de Asís a escenificar y después institucionalizar el nacimiento de Jesús fue acabar con las fiestas paganas conocidas como “Las Saturnales” que celebraban el 25 de diciembre (desde dos siglos antes de Cristo) con un banquete público en el Foro Romano en honor del dios Saturno. De modo que a través del pesebre la iglesia católica buscaba enraizar las verdaderas fiestas navideñas y darle aliento a la devoción en el Hijo de Dios.

¿Qué es un pesebre?                                                                                                                  

Según definición de la Real Academia Española (RAE). Del lat. Praesēpe

1. m. Especie de cajón donde comen las bestias. 2. m. Lugar destinado a la comida de las bestias.

¿Por qué se representa el nacimiento?

Según el Evangelio de San Lucas el emperador Augusto Cesar  decretó que todos los que vivían bajo la dominación romana debían ser registrados  en un censo. Para cumplir con ese mandato, José por descender del linaje del rey David, partió de la ciudad de Nazaret de Galilea para llegar a Judea junto con su esposa María, quien estaba embarazada. Pero en la estancia de Belén, María dio a luz a su primogénito en un pesebre  ante la imposibilidad de hallar esa noche  una posada.

Con el primer nacimiento escenificado por San Francisco de Asís en Greccio, Italia en 1223, comienza en el mundo esta hermosa tradición que llegó a América en tiempos de la Conquista instituida por los frailes franciscanos a fin de evangelizar a los reacios nativos. Fue más bien un hábil recurso para sensibilizar a los originarios, quienes aún no conocían el idioma castellano en la cual se expresaban los pacientes capuchinos.

A partir de allí se arraigó por todo el continente llegando a tener en el tiempo distintas denominaciones: belenes, nacimientos o pesebres, como le decimos en Venezuela. A partir del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción hasta el 6 de  enero, día los Reyes Magos, se exponen en hogares y en diferentes establecimientos públicos y privados. El material usado para escenificar un pesebre también es de origen diverso: las imágenes pueden ser de yeso, plástico o madera, como las figuras que tallaba a mediados de los 70 el carpintero Elías Morales en la isla Maraca, ubicada  80 kilómetros al norte de Maracaibo, Venezuela. Sobre su pequeña superficie se levantan cientos dos casitas. Al contemplarla en la distancia, y en medio de un largo y tupido cinturón de manglares, pareciera  un verdadero pesebre flotante.

En ese tiempo Elías era un adolescente y apoyaba a su padre en una carpintería a orillas del lago de Maracaibo.  Con los trozos de tablas que sobraban de la construcción de una chalana, Elías tallaba las imágenes más representativas del pesebre: La Virgen, José, el niño Jesús, el burro y el buey. Lo hizo como pasatiempo durante treinta años mereciendo la admiración  de los habitantes de otras islas vecinas quienes veían en los tallados decembrinos verdaderas obras de arte. 

Elías alternaba el tallado de los pesebres con la fabricación de cuatros (el instrumento de cuatro cuerdas que identifica el folclor venezolano). Producía apenas cinco juegos de nacimientos que le tomaba ocho meses de trabajo y vendía antes del 8 de diciembre por unos apreciables bolívares. Elías en la actualidad tiene  69 años, sigue construyendo chalanas y fabricando instrumentos de cuerdas. Pero ya no talla figuras para pesebres, pues la presbicia le ha impedido trabajar en detalles tan pequeños que han sobrevenido en varias  cortaduras en los dedos. “¿De qué le serviría a un carpintero una mano sin dedos?”, dijo en tono jocoso, cuando lo llamé por teléfono a comienzos de diciembre de 2018.

Como ya no puede tallar más pesebres, Elías tiene el consuelo en noches de  Navidad  de  acompañarse  con su cuatro y cantar de casa en casa (junto con sus hijos y nietos)  gaitas y villancicos para honrar el auténtico pesebre que aún vive fresco y luminoso en la vastedad de su memoria.

@marcelomoran