El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que promoverá la desclasificación de documentos confidenciales sobre el múltiple acto terrorista. El objetivo, además de ser una revelación, es complacer a numerosas familias que llevan años intentando saber si el Gobierno de Arabia Saudita estuvo implicado.
En los próximos meses, las familias de las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 podrán estar más cerca de esclarecer la verdad sobre lo sucedido aquel día. Este 3 de septiembre, el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que instará a la desclasificación progresiva de todos los documentos confidenciales relacionados con el ataque.
La orden llega a poco más de una semana para que se cumpla el veinte aniversario de la tragedia y tras las numerosas peticiones de centenares de familiares que reclaman saber si en la planeación de los atentados tuvo alguna implicación el Gobierno de Arabia Saudita. Algo que muchos sospechan.
Las reclamaciones de varias asociaciones de víctimas chocaron directamente con el actual mandatario debido a la tardanza que estaba mostrando en liberar estos documentos. De hecho, se amenazó a Joe Biden con boicotear su asistencia a los homenajes previstos en Nueva York para el próximo 11 de septiembre si seguían desclasificados.
En la orden ejecutiva se puntualizó la importancia de mostrar transparencia ante las víctimas y sus familiares. «Es fundamental garantizar que el Gobierno de Estados Unidos maximice la transparencia, confiando en la clasificación solo cuando sea estrictamente adaptada y sea necesaria».
A través de esta orden se obligará al Departamento de Justicia y a las agencias de inteligencia que revisen todos los documentos previos y posteriores al atentado y comiencen con su desclasificación progresiva, un proceso que podría llevar unos seis meses.
Un familiar de una víctima de los atentados del 11 de septiembre llora frente al memorial. En Nueva York, Estados Unidos.
Un familiar de una víctima de los atentados del 11 de septiembre llora frente al memorial. En Nueva York, Estados Unidos. © Carolyn Cole / Reuters
Las supuestas implicaciones de funcionarios sauditas, bajo el punto de mira
El objetivo de todas estas reclamaciones se basa en investigaciones que vinculan a numerosos ciudadanos sauditas –relacionados con el Gobierno de Riad– con la preparación de los atentados del 11 de septiembre. Aunque se demostró la relación de estas personas con varios de los secuestradores de los aviones, jamás se ha inculpado al Gobierno de dicho país.
De hecho, desde hace años, existe una demanda en un tribunal federal de Nueva York, que alega que los funcionarios sauditas brindaron un apoyo significativo a algunos de los secuestradores antes de los ataques. Por ello, cientos de familiares de víctimas buscan que esta nación rinda cuentas y se pueda demostrar o aclarar su posible implicación.
La principal sospecha recae sobre un diplomático saudita que, al parecer, apoyó y recibió en Estados Unidos a dos de los secuestradores.
Las protestas han señalado a los diferentes gobiernos estadounidenses de obstaculizar sus demandas de documentos, y durante el jueves instaron al inspector general del Departamento de Justicia a investigar la aparente incapacidad del FBI para localizar fotografías, vídeos y otros registros.
Aún más, en una carta enviada a la policía federal, varios familiares aseguraron sospechar que el FBI «pudo haber destruido pruebas que implicarían a Arabia Saudita en los atentados».
En el comunicado que anunció esta orden ejecutiva, Biden aseguró que de esta manera cumple una de sus promesas de campaña. «Cuando me postulé para presidente, me comprometí a garantizar la transparencia con respecto a la desclasificación de documentos sobre los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos».
El mandato de Joe Biden atraviesa uno de los peores momentos, desde que comenzara al frente de la Casa Blanca en enero. En el último mes, la caótica evacuación de Afganistán tras la toma de Kabul por parte de los talibanes ha puesto muy en entredicho la figura de Estados Unidos en el exterior.
Precisamente, esa evacuación se dio después del fracaso estadounidense de instaurar una democracia en Afganistán que pudiera hacer frente al movimiento Talibán, acusado en 2001 de dar cobijo a Al Qaeda, el grupo terrorista al que se acusa de perpetrar los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono.
AP y Reuters