Las negociaciones entre el Gobierno y la oposición de Venezuela para resolver la crisis política y social del país arrancaron este viernes en México con la firma de un memorando de entendimiento en el Museo de Antropología de la capital mexicana.
En el documento firmado, ambas delegaciones mostraron su disposición a “acordar las condiciones necesarias para que se lleven a cabo los procesos electorales consagrados en la Constitución con todas las garantías y entendiendo la necesidad de que sean levantadas las sanciones internacionales”.
El diálogo en México llega tras el fracaso de las negociaciones que se llevaron a cabo en 2019 después de que el líder opositor Juan Guaidó se proclamara presidente interino de Venezuela y fuera reconocido por medio centenar de países.
En un acto público en el Museo Nacional de Antropología, en Ciudad de México, el representante de la delegación del Gobierno de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, y el de la oposición, Gerardo Blyde, firmaron un memorando para dar el pistoletazo de salida a las conversaciones.
Este proceso, impulsado por Noruega con el apoyo de Países Bajos y Rusia, llega tras los fracasados acercamientos de los últimos años en Barbados y en República Dominicana, y podría alargarse hasta el próximo lunes.
La oposición busca que este encuentro facilite elecciones “libres” el próximo 21 de noviembre, cuando los venezolanos están llamados a las urnas para elegir a los próximos alcaldes, gobernadores de los estados y diputados locales y regionales.
El presidente Maduro ha dicho que está listo para negociar pero ha exigido que se levanten las sanciones internacionales.
Dag Nylander, jefe del equipo noruego, quien atestiguó la firma junto al canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo que la agenda del proceso tiene siete puntos: derechos políticos, un cronograma electoral con garantías, respeto al estado de Derecho, el levantamiento de sanciones, la renuncia a la violencia, medidas de protección social y garantías de implementación de lo acordado.
Además, subrayó que los resultados de la negociación “serán irreversibles desde su emisión”.
“Esta firma significa mucho, significa todo, porque significa esperanza. Cuidemos esta esperanza, cuidemos nuestra capacidad y audacia, para conseguir puntos de confluencia”, expresó tras la rúbrica Jorge Rodríguez, quien también es presidente del Parlamento venezolano.
Dijo que se buscarán “puntos de confluencia para garantizar el porvenir y la felicidad del pueblo”, y advirtió que “Venezuela no funciona con presiones”.
Por su parte, Blyde, de la Plataforma Unitaria de Venezuela, que agrupa a los opositores, expresó que el objetivo es “lograr un acuerdo integral que conviene a todos, en el que nadie se sienta vencido y todos nos sintamos incluidos”.
“No ha sido fácil acordar la agenda a ser discutida y desarrollar las pautas que regirán el proceso”; añadió Blyde, quien dijo que trabajará “todo lo que haga falta para un pacto”.
Un proceso complejo
Las negociaciones tendrán lugar durante todo el fin de semana en un hotel de la capital mexicana.
De parte del Gobierno de Nicolás Maduro también se espera la presencia del hijo de Maduro, Nicolás Maduro Guerra, y de Héctor Rodríguez, gobernador del céntrico estado Miranda.
La delegación de la oposición la integran también el exdiputado Stalin González, de la formación Un Nuevo Tiempo, y Tomás Guanipa, cercano al líder opositor Juan Guaidó y secretario general del partido Primero Justicia (PJ), del que el dos veces excandidato presidencial Henrique Capriles forma parte.
“Estoy seguro de que la mayoría de los venezolanos desea que este encuentro permita de manera definitiva que podamos decidir nuestro futuro en democracia”, expresó Capriles en Twitter tras la firma.
Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, agradeció a México por albergar el encuentro y defendió un “diálogo soberano, con apoyo internacional, sin presiones, ni extorsiones”.
El último intento de negociación fracasado tuvo lugar en Barbados hace dos años, meses después de que el líder opositor Juan Guaidó se proclamara presidente interino del país y fuera reconocido por medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos.
En aquel entonces, México y Uruguay fueron de los pocos países de la región que se mantuvieron equidistantes e hicieron un llamado por el diálogo entre el Gobierno y la oposición.
“Desearles lo mejor y decirles que toda la comunidad de América Latina y el mundo entero tiene los ojos puestos en ustedes. Bienvenidos, muchas gracias y mucho éxito”, dijo este viernes el canciller mexicano.
El fin de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos y la nueva era de Joe Biden ha facilitado un ambiente menos tenso para el inicio de este proceso, cuyo resultado sigue siendo muy incierto.
Estados Unidos reiteró este jueves que está dispuesto a revisar su política de sanciones a Venezuela de darse “avances significativos” en las conversaciones.
EFE