“Ha llegado el momento de acciones oportunas y decisivas.” Juan Guaidó. Mensaje a la O.N.U. 23-09-2020.
En democracia y con libertades ciudadanas es cuando más se requiere la inteligencia para hacer política. Lo que más nos motiva a la gran mayoría del pueblo venezolano es recuperar nuestro sentido de patria donde podamos vivir con dignidad y decoro, con decencia y honestidad, con comida y seguridad, con salud y educación, donde el talento se desarrolle con probidad y pensando en un mejor futuro para su población. Esas motivaciones son completamente distintas y antagónicas a las de un régimen dictatorial que se ha propuesto la destrucción del país y sus instituciones básicas, por diseño y mala copia de lo que la historia ha señalado de otras realidades.
Yo he venido insistiendo que el diálogo entre demócratas es una necesidad, con dictadores es una necedad; las motivaciones son contrarias, ya se ha dicho en otras oportunidades, la democracia no es una reunión de dos lobos y una oveja decidiendo qué comer. Hay razones de mucho peso para pensar que nuevamente el diálogo planteado por el régimen y aceptado por la oposición que se celebra en México, no traerá soluciones a la crisis que sufrimos los venezolanos. Es un evento que responde a la necesidad de hacer movimientos que ambas partes necesitan para salir del empantanamiento político en que se encuentran y que son aterradoras las consecuencias humanamente consideradas.
Tampoco hay que concluir, como lo hacen muchos analistas, que es una rendición de la oposición y una nueva derrota de Guaidó. Éste no anda sólo ni da pasos inconsultos. Sigue siendo el interlocutor válido de U.S.A., la U.E y países democráticos de América, los cuales no son ovejas. Es de suponer que son movimientos tácticos para invalidar algunos argumentos del régimen dictatorial. El Memorando de Entendimiento firmado por las partes, da para muchas interpretaciones. En él se escribieron los puntos que esperan discutir. Las discusiones y posibles negociaciones no han comenzado, por lo que no podemos sacar conclusiones a priori.
Particularmente creo que el régimen quiere seguir ganando tiempo que le permita sostenerse en el poder e impunidad por los actos delictivos cometidos y sustanciados; la oposición considera que mientras se alargue el tiempo, el régimen se debilita y se queda sin argumentos frente al mundo. Esto forma parte de “la paciencia estratégica” de la que hemos hablado en otra ocasión.
Lo que más preocupa es que “mientras tanto” la situación del pueblo es desesperante, en la diáspora crece la desesperanza y entre los aliados el desinterés. En ese sentido, es importante traer a colación lo que la iglesia catolica cristiana expresa: “Una tierra será fecunda, un pueblo dará fruto y podrá engendrar el día de mañana sólo en la medida que genere relaciones de pertenencia entre sus miembros, que cree lazos de integración entre las generaciones y las distintas comunidades que la conforman; y también en la medida que rompa los círculos que aturden los sentidos alejándonos cada vez más los unos de los otros.”
También muchos científicos sociales advierten sobre los arrolladores cambios que se suscitan a nivel mundial que no sólo obliga a reconceptualizarlo todo, sino a considerar cómo vamos a hacer para afrontarlos de manera decidida y sincera porque de lo que se trata es de nuestra propia existencia como seres humanos. No podemos perder más tiempo con regodeos inútiles ni parloteos absurdos. O nos entendemos como seres humanos civilizados o nos devoramos como fieras, porque el hambre no espera, desespera, y el progreso no se detiene, se aleja y nos deja.
Neuro J. Villalobos Rincón