José Aranguibel: ¿Traje a la medida?

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“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas”. Albert Camus

Todos en Venezuela sabemos que las conversaciones de diálogo que inician este viernes en México, —tengan o no resultados—, son en resumidas cuentas parte del formalismo y protocolo de la otra fecha, 21N, cuando están convocadas las megaelecciones a las que la administración de Miraflores no le quita el sueño que la oposición democrática participe o no, ya que el Plan B entrará en escena cuando veamos el uso reservado de un traje a la medida que se le tiene a las tarjetas de AD, Copei, PJ, VP y otras organizaciones hoy secuestradas y en manos de las que no son sus autoridades originales o lo que han dado por llamar “alacranes” dado que lo que importa e interesa es enviar más allá de nuestras fronteras el mensaje de que las condiciones electorales en la patria de Bolívar son plenas, seguras, cristalinas y transparentes en la venidera elección de finales del 2021.

Tenemos que así ya amarrado el escenario del 21N, cuando aunque llueva, truene o relampaguee esas elecciones son inamovibles, los actores, negociadores y operadores políticos de uno y otro bando ya tienen listas las maletas para viajar a la encerrona que les espera en suelo mexicano aún sin saberse de quiénes se trata, pero que tienen ya el placet del gobierno de Andrés Manuel Lòpez Obrador como anfitriòn de las dos delegaciones venezolanas y de los representantes de buena fe de las negociaciones del diálogo en altos funcionarios noruegos, además de delegados de Rusia y Francia. También de invitados de Argentina y Holanda.

“Nosotros hemos aceptado, porque buscamos el diálogo y acuerdos entre las partes. Son conversaciones entre el gobierno de Venezuela y la oposición. Ojalá se logre un acuerdo. Nosotros ayudamos para que nuestro país sea sede”, aseguró López Obrador.

Por su parte el jefe de Miraflores, Nicolás Maduro Moros, ha afirmado que la agenda de discusión en las mesas de negociación se encuentra en debates dentro de su movimiento, asegurando que “hemos hecho un conjunto de exigencias y las mantenemos firmemente (…) el levantamiento de las sanciones, el reconocimiento de las autoridades, la renuncia a la violencia y conspiración». Otras peticiones pueden ser sacadas en su momento de la manga por los negociadores oficialistas, pero el objetivo sinecuanon es que sean levantadas las sanciones internacionales, enviando mensajes a la Casa Blanca, donde por aquello de ver para creer ya algunos funcionarios han dicho que tales medidas pueden “aliviarse a medida que se concreten escenarios democratizadores en Venezuela”.

Sin embargo algunos sectores en el país han advertido y, no dejan de ser suspicaces, al llamar a cuidar cada detalle que evite que el tren vuelva a descarrilarse y el proceso de diálogo ahora, como en 2019, 2017, 2016 y 2014 termine en otro fracaso y frustración para los venezolanos, especialmente para las miles de familias que se van a la cama con sólo un bocado de comida en el día o los cientos de miles de hombres y mujeres que gastan sus energías y adelantan sus arrugas en no salir de una cola para surtir gasolina, caminar como camellos buscando agua, madrugar para buscar un poquito de efectivo en algún banco, medio descansar por el trasnocho sin luz o tener mejor suerte que su vecino para lograr llenar la bombona de gas, entre otros logros gracias a la Revolución Bonita. Y claro, la otra angustia que nos llegó desde China que no deja conciliarle el sueño a millones de compatriotas que no ha sido vacunados contra la Covid-19 hasta el Sol de hoy.

“Si las partes de una pugna se mantienen obsesiva, orgullosa o intransigentemente encadenadas a sus ideas o a sus caprichos, el desenlace tendría que ser el peor”, opina el analista Américo Martín.

En tanto, el estrenado presidente de Fedecámaras, Carlos Fernández, ha dicho que el principal objetivo debe ser “proteger ese proceso de negociación”, pues de los pactos políticos se abrirían nuevas realidades económicas y sociales.

Debe recordarse que en 2016 la Santa Sede inició un diálogo que tuvo, entre otros, la presencia del exjefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, —hoy de muy mal grato recuerdo—. Asimismo otra iniciativa que fue probada sin resultados positivos fue en República Dominicana cuando al no lograrse un consenso sobre los comicios presidenciales, ese encuentro en la capital Santo Domingo fue suspendido en febrero de 2018.

Finalmente, Nicolás Maduro Moros fue reelecto en mayo de 2018 en una cuestionada elección sin participación opositora y sin reconocimiento internacional que lo mantiene en el poder hasta 2025. En otro intento, la mediación de Noruega, —país que también colaboró en los Acuerdos de Paz de Colombia—, logró que quedara establecida una mesa de diálogo en Barbados que después de más de 40 días fue abandonada por el oficialismo en septiembre de 2019, dos días después que el expresidente, Donald Trump, ordenó “congelar todos los activos del Gobierno venezolano en territorio estadounidense”.

En 2020, el gobierno noruego exploró nuevas posibilidades de retomar las negociaciones entre ambas partes que ahora podría rendir frutos, pero conocido el frustrado historial esta instancia sería clave. Los noruegos saben que de no prosperar nada a partir de este viernes, la próxima oportunidad mediadora podría retomarse en 2023, antesala de elecciones presidenciales del 2024. Por eso en muchos sectores creen que nada le cuesta al oficialismo hacer sombra, ganar tiempo y correr la arruga de la crisis venezolana cada vez más invivible que les ha funcionado en el pasado.

«Es difícil pensar que esta ronda de negociación pueda ser diferente a las que han ocurrido en el pasado. Una variable clave es que se ve muy improbable que el régimen chavista acepte cualquier condición que pueda significar que tarde o temprano deban dejar el poder. En este caso, como en anteriores, el régimen acepta negociar cuando tienen mucho por ganar y poco por perder. Su intención es tratar de liberarse de algunas de las sanciones económicas que han afectado profundamente su modelo, pero no sorprendería que en el momento de ceder, sobre todo en contar con las condiciones electorales libres y justas, no cumplan lo pactado. No sería la primera vez, lo han hecho en varias oportunidades, incluso cuando el mediador era el Vaticano y el mismo Papa”, señala el analista venezolano Miguel Velarde.

Salga sapo o salga rana a la delegación de la oposición democrática lo que le toca es amarrarse bien los pantalones, ponerse duros y no ser presa fácil del chantaje y maniobras a las que seguramente jugará su contraparte. Un país entero estará pendiente de lo que pueda o no suceder en México, donde han sido convocados los dos equipos por el árbitro noruego que no debe dudar en sacar tarjeta amarilla o roja cuando las reglas del juego pretenda ser infringidas por el equipo que ya tiene un currículum en picardías, dilaciones y bravocunadas. A esta cita la oposición democrática enviará, entre otros, a Gerardo Blyde, quien estará acompañado de la denominada “Plataforma Unitaria”, constituida por representantes de Voluntad Popular, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia. Una de las incógnitas es la posible participación de Henrique Capriles y de María Corina Machado.

Con una oposición dividida, algunas de las vertientes políticas apuntan a que antes de viajar a México es necesario decidir posibles candidatos para los comicios del 21N, donde se elegirán gobernadores y alcaldes, cuyo período de inscripción legal es entre el 9 y 29 de agosto.

Ya son cinco años en que los partidos han rechazado aparecer en las papeletas acusando al chavismo de amañar los resultados, pero ahora ambas partes buscarán un punto medio que permita a las organizaciones políticas opositoras participar del próximo proceso electoral. En México, opositores y oficialistas, firmarán un “memorando de entendimiento” para establecer el marco en que se darán las conversaciones más detalladas que partirían en septiembre con el objetivo de entablar acuerdos de las condiciones para los comicios regionales. ¡Amanecerá y veremos!.

José Aranguibel Carrasco