Daniel Castro Aniyar: El mundo Musulman y las banderas abandonadas de la libertad

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Por supuesto que los musulmanes son gente buena y pacífica. Pero han opacado su otrora valentía y virtud. No enfrentan a sus radicales, permiten que sus ciudadanos los financien, no construyen un discurso de paz , muy pocos se deslindan de esos monstruos (Al Qaeda, Boko Haram, Hamas, Jihad, Talibanes, Hezbollah, Daesh …) y siguen esperando un Mahdi, un rey que los salve.

Eso no es el reflejo de todos y mi corazón bendice a aquellos que rompen el molde y buscan un islam o una identidad filosófica universal desde su cultura, compatible con la trascendente noción de monoteísmo. Pero sus mayorías, por lo menos, han confundido la bondad con la indiferencia y la obediencia.

Uno puede decir lo mismo de otros países y cultura. Pero ello no desmerita el argumento. Por ello, a las mayorías islámicas no las veo como víctimas (como les gusta mostrarse). Han sido sometidos con la religión, pero muchos se complacen con ello.

Muchos en el fondo esperan secretamente que alguno de sus reyes (Hussein. Arafat, Nasrallah, Nasser, Khomeini, Bin Laden, etc…) domine el mundo y cumpla el designio sagrado con sangre y violencia. Hay que reconocer que la espiral de violencia y odio que gustan anidar y proteger en sus naciones, tiene su mayor corresponsabilidad en sus propios pueblos. Se dejan usar como escudos humanos, ponen a sus hijos pequeños a inmolarse, y leen el mundo desde maldiciones. Por eso no fructifican fuerzas democráticas, ni mucho menos comunistas, en sus tierras, luego de haber probado la modernidad, las universidades y el desarrollo de los soviéticos.

Tienen que ver la TV palestina, o las cosas que dicen en sus medios, para dejarse sorprender desde los parámetros occidentales. No es solo el tema de las mujeres, que puede ser lamentablemente interpretado como cultural, sino las palabras y acciones de muchos líderes y el silencio (y aprobación silenciosa, también) de sus habitantes, a favor de las peores tiranías y los eternos planes de dominación mundial.

Ellos tienen un problema grueso de convivencia y mucha confusión con el valor de la humanidad como un propósito común. Sin justificar sus acciones terroristas, Nasser y Arafat fueron líderes algo más interesantes, porque representaban un plan de modernización pan-arábica. Y una resistencia político Economica a formas del imperialismo. Aunque no comparto sus ideas , se supone en ellos una remodernizicanion de sus pueblos. Pero miren cómo cambió Gadafi de ser un lider laico, a un rey religioso lleno de odio. Así cambió, más que menos, todo el horizonte político en tantos países musulmanes: de una noción de independencia periférica, a una política basada en odios tribales y explicaciones metafísicas, que muchos de ellos hoy llaman religión. El islam no es eso. Ha demostrado por milenios ser algo diferente, iluminado por la ciencia, la elegancia del espíritu y la tolerancia. Pero este es un tiempo oscuro para ellos, con demasiado petróleo, amapola, piedras preciosas, y pocas luces humanísticas.

@danielcastroani