Ser un buen atleta no significa ser buen patriota, buen ciudadano y ni siquiera buena persona. Ser inteligente, tampoco.
La historia está llena de grandes pensadores y artistas que, en el aspecto social y político, eran portadores de ideologías que sustentaban prácticas detestables: Wagner para solo citar uno, fue abanderado y bandera del nazismo.
En lo particular, detesto ser esa especie de criticón, aguafiesta; pero, no me uno de manera delirante a esa especie de «fiesta nacional » por algunos logros olímpicos. En primer lugar porque no me sale; no tengo ánimo; luego, por la utilización que de dichos triunfos hace el régimen.
Yulimar representó una bandera; pero, la bandera, el himno y los escudos son símbolos que, no necesariamente, representan a la nación ( su gente). Si así fuera, debería sentirme representado por Maduro y los cubanos por Diaz Canel.
Se sabe que muchos atletas y artistas venezolanos logran cosas y no viven en el país; algunos, solo le deben al país haber nacido en él…y ni siquiera eso.
Yo no le pido, mucho menos le exijo a Yulimar, Miguel Cabrea u otros como Dudamel, que sean inteligentes, honestos o apoyos de nuestra causa contra el régimen. Es decir, me gustaría que lo fuesen, pero, no puedo exigirles.
Todos no pueden ser Gabriela Montero.
Mucho hacen con vestirse nuestra bandera y representar los símbolos.
Pero, no pretendan que en la situación que padecemos, me sea indiferente lo que declaren, utilizando la tribuna de ser exitosos.
Si asumen hablar guevonadas, incoherencias (sean por convicción o por conveniencia) deben asumir, entonces, las consecuencias.
Aquí no hay grises. En democracia sí.
El profesor Angel Lombardi acostumbra a decir: «mientras más hablamos, más nos equivocamos «. Al parecer, en algunas personas, el éxito desconecta la boca del cerebro.
Algunos amigos, con indulgencia que respeto y admiro, buscan darle la vuelta al discurso, lo cual presume una carga positiva. Pero, en Yulimar, no hay ingenuidad; es una militante cómoda del chavismo.
La veo alzar la medalla, cantar el himno y arroparse con la bandera: hasta ahí, me representa. Cuando habla y apoya lo que nos ha llevado al abismo y la desgracia, no.
Si ella optó por prestarse al régimen, es su decisión; yo, en consecuencia, la rebatiré y develaré su manipulación. No puedo hacer otra cosa. No es personal, es de causas.
Alexis Andarcia