Venezuela sigue estando un paso por detrás de Siria, como el país con más migrantes y refugiados en el mundo. La crisis causada por el chavismo ha expulsado a más de 5,6 millones de venezolanos de su territorio, y la frontera colombo-venezolana ha sido una opción común entre los más afectados por la crisis. Antes de que llegara la pandemia, 5.000 venezolanos atravesaban a diario el puente Simón Bolívar que comunica el estado venezolano Táchira con Cúcuta (Colombia). Pero desde marzo de 2020, el ritmo de inmigrantes y refugiados mermó por el cierre fronterizo. Sin embargo, hasta 700 personas logran cruzar a diario por caminos irregulares huyendo de la devastadora crisis. Ahora, el Gobierno de Iván Duque baraja reabrir el paso por Cúcuta, y de tomar la decisión, abriría también la posibilidad de que haya un mayor registro de desplazados. La cifra podría superar las 7 millones de personas en los próximos meses, superando de esa manera a Siria.
Aproximadamente, el 90% (4,7 millones) de los venezolanos que han salido de su país (desde 2015) están repartidos en América Latina y el Caribe. «Si se prolonga más la usurpación de Nicolás Maduro, como desgraciadamente se ha prolongado, y si se abre la frontera que ha estado más de un año cerrada por la pandemia, estimamos que entre finales de 2021 y el primer trimestre de 2022, habrá más refugiados venezolanos que sirios», dijo a ABC el coordinador de la crisis migratoria venezolana en la Organización de Estados Americanos (OEA), David Smolansky. En ese sentido, el exalcalde venezolano precisó que de los más de cinco millones de venezolanos exiliados, el 51% son hombres, mientras que el 49% son mujeres.
Siria, que ha estado en guerra por más de 10 años, registra 6,7 millones de desplazados. En segundo lugar está Venezuela con 5,6 millones de personas. Le siguen Afganistán con 2,7 millones, Sudáfrica con 2,3 millones y Myanmar con 1,1 millones de desplazados hasta 2020, según cifras reveladas en un informe de la OEA. La ola migratoria venezolana es considerada la que mayor impacto ha tenido en la historia reciente de la región. La OEA también explicó en su informe que «la pandemia del Covid-19 empeoró la crisis migratoria venezolana. Si bien el flujo de salida se ralentizó por el cierre de fronteras y el confinamiento obligatorio, estas medidas aumentaron las dificultades que enfrentan los migrantes y refugiados venezolanos y, por lo tanto, los desafíos de atención, protección e integración».
Smolansky afirmó que Colombia sigue estando de primero en la lista de países que han acogido, con 1.729.000 venezolanos en su territorio. Le siguen Perú (1.000.000), Chile (457.000), Estados Unidos (422.000), Ecuador (417.000), Brasil (262.000), Argentina (180.000), Panamá (120.000), República Dominicana (114.000) y México (100.000). España por su parte, tiene a más de 300.000 personas, y es el país con la comunidad más grande de venezolanos fuera del continente americano. Estos son por mencionar unos pocos de los países que han dado refugio a ciudadanos que han salido de un país que no se halla en guerra como Siria. «Si no hay solución en Venezuela a corto plazo, Venezuela podría tener más migrantes y refugiados que Siria», advirtió la OEA en su informe. De acuerdo con el organismo, actualmente, el número de migrantes y refugiados venezolanos es mayor que la población de Noruega, que tiene 5,3 millones de habitantes.
Frontera cerrada
Desde que el Covid-19 llegó a Venezuela en marzo del año pasado, «se estima que entre 500 y 700 personas se iban a Colombia por caminos irregulares. Mientras que a Brasil llegaron 200 aproximadamente. Es decir, el flujo migratorio siguió estando activo a pesar de la pandemia y a pesar de estar la frontera cerrada. Desde noviembre y hasta la fecha han llegado a irse alrededor de 900 personas a diario», explicó Smolansky a este diario. Este registro sigue siendo una cifra igualmente alarmante para el país petrolero.
La Cancillería de Colombia anunció el miércoles a través de Twitter que inició un proyecto de evaluación de la pertinencia de abrir la frontera el 1 de junio, tomando en cuenta medidas especiales de bioseguridad para evitar la propagación del coronavirus. Pero esta iniciativa del Gobierno de Duque no fue vista con buenos ojos por Maduro, que consideró que la decisión es «unilateral»: «Por las buenas se puede, con controles, abrir las fronteras. Por las malas, nada», dijo Maduro el domingo, al tiempo que acusó a su homólogo colombiano de buscar «perturbar la frontera» para «desviar la atención» de las protestas que se han registrado en el país neogranadino.
La opacidad del régimen
Para el régimen de Nicolás Maduro, los venezolanos que se fueron después de las protestas antigobierno de 2017, 2018 y 2019, rondan las 600.000 personas, basándose en datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un organismo apegado al Gobierno chavista. Desde que comenzó a registrarse esta movilización de venezolanos en todo el mundo, el régimen ha limitado la publicación de datos oficiales. Y aunque en varias ocasiones Maduro ha reconocido que sus conciudadanos han salido de Venezuela en busca de «una oportunidad de vida, una oportunidad económica» en Estados Unidos, España, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil, también ha asegurado que «muchos de ellos, al llegar a esos países, se dieron cuenta de que la realidad era otra, son países neoliberales».
De lejos, la cifra arrojada por el presidente chavista en enero pasado, está muy lejos de la que ofrece el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). «En los últimos años, países de América Latina y el Caribe se han enfrentado a una de las mayores crisis humanitarias y éxodos jamás experimentados en la historia de la región», expresó en diciembre, Eduardo Stein, representante especial conjunto de ACNUR y la OIM para refugiados y migrantes de Venezuela.
Ymarú Rojas / ABC